¿Por qué Madrid es cada vez más “cochista”?

Las políticas de concentración de residencias y trabajos en el extrarradio fomentan el dominio del automóvil en la región, según los datos de la última encuesta de movilidad

Álvaro García.

A los madrileños les gustan ahora los coches más que hace una década. O por lo menos los usan más: cuatro de cada diez desplazamientos en la región se realizan en coche, según la Encuesta de Movilidad regional 2018 (EdM 18). Los resultados del estudio —realizado hace dos años, pero publicado la semana pasada— no son buenos. Concluye que en la Comunidad se realizan 15,8 millones de viajes en días laborables y que el uso del vehículo privado ha aumentado un 5%, con respecto al anterior sondeo, realizado ...

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A los madrileños les gustan ahora los coches más que hace una década. O por lo menos los usan más: cuatro de cada diez desplazamientos en la región se realizan en coche, según la Encuesta de Movilidad regional 2018 (EdM 18). Los resultados del estudio —realizado hace dos años, pero publicado la semana pasada— no son buenos. Concluye que en la Comunidad se realizan 15,8 millones de viajes en días laborables y que el uso del vehículo privado ha aumentado un 5%, con respecto al anterior sondeo, realizado en 2004. También disminuye un 8% el uso del transporte público: ahora representa un 24% del reparto modal. Y la bicicleta no despega (no llega ni a los 0,5 viajes por cada cien en la región). Lo único bueno, suben los desplazamientos a pie.

“Esta encuesta nos ofrece una imagen nítida de cómo nos movemos los madrileños”, presentó Ángel Garrido, consejero de Transportes de la Comunidad, la EdM18. “Nos aporta el conocimiento para poder intervenir en la oferta de transporte público con precaución, precisión y responsabilidad”, agrego Garrido.

Más allá de datos generales —cada madrileño realiza una media de 2,4 viajes al día en los que recorre 17,1 kilómetros y que nvierte casi una hora y diez minutos (69 minutos) al día en recorrerlos—, la primera instantánea es que en Madrid persiste la afición al automóvil. Una diferencia con respecto a ciudades europeas como París, donde en los últimos años ha disminuido el uso del coche un 4%.

Esa pasión por el coche no se distribuye de manera homogénea: hay notables tensiones entre centro y periferia. La encuesta divide la región en cuatro zonas: dos que describen la capital —llamadas almendra y periferia— y otras dos en la región (las coronas metropolitanas y, más alejada, la regional). Cuanto más cerca de Gran Vía, menos fuerza tiene el coche: cuatro de cada diez hogares del centro carecen del mismo. Ahí, el transporte público despunta: concentra casi siete de cada diez viajes. En las coronas ocurre lo contrario: el 88% de los hogares posee cochey lo usan en un 70% de los viajes.

“La Comunidad no ha tenido más plan de movilidad que incentivar el transporte privado”, resumió Rita Maestre, portavoz de Más Madrid, que describió los datos de la EdM18 como “nefastos” y “catastróficos”. Maestre remarcó el comportamiento divergente entre la capital y la región.

“La ciudad de Madrid es la única que tiene datos positivos: el transporte público crece desde 2015”, agregó la política que relacionó ese éxito con las políticas promovidas por Manuela Carmena, como el Plan A de Calidad del Aire o Madrid Central. Maestre también criticó al Consorcio Regional de Transportes, organismo que coordina la movilidad en Madrid y controlado por la Comunidad, y reclamó un “cambio de rumbo”: “Si no, la boina de contaminación no terminará jamás”.

“Como las grandes ciudades europeas, la capital ha promovido el transporte público mientras limitaba el tráfico privado. Como muestran los datos, es la única receta que funciona”, concluye Adrián Fernández, responsable de movilidad de Greenpeace. Alerta de que “la ambigüedad del actual Gobierno municipal” con respecto a la política medioambiental “pone en riesgo esta tendencia”.

El estudio concluye también que la almendra (dentro de la M-30) ha perdido casi el 4% de su población y más del 12% del empleo desde 2004. Eso no significa que el centro se haya vaciado, sino que los residentes han sido sustituidos por otro público de paso, como los turistas. A la vez, se evidencia una fijación de población y de masa laboral en las coronas. Una migración genera un aumento de los viajes desde el extrarradio, zona con mayor prevalencia del coche. Los viajes al trabajo y a los estudios concentran el 43% de recorridos en la Comunidad. Los laborales son los más habituales (28%) y en los que más se utiliza el vehículo privado.

Los principales movimientos se producen dentro de la corona metropolitana: 5,4 millones de viajes. Como por ejemplo, un trayecto de Móstoles a Alcobendas. “Esto evidencia la insostenibilidad de un sistema que acumula puestos de trabajo en el norte y residencia en el sur”, resume Marta Serrano, consultora de movilidad y fundadora de Mujeres en Movimiento que avisa de que “estamos pasando de una ciudad compacta a una dispersa, cuando las tendencias globales van en la dirección contraria”. Hacia la capital llegan unos 2,5 millones de desplazamientos diarios.

Los expertos en movilidad resaltan que el descenso en usuarios del transporte público ocurre en una época de ampliación de Metro: “Demuestra que no se hizo acorde con la demanda”, apuntan desde Greenpeace. Frente a este modelo “desfasado” de transporte, los ecologistas piden a la Comunidad un plan de choque”: “Es necesario un giro estratégico”.

Mujeres olvidadas; bicis, estancadas

”Los patrones de movilidad entre hombres y mujeres son cada vez más similares”, concluye la encuesta de movilidad du análisis de género. Las mujeres usan más el transporte público (casi tres de cada diez viajes frente a los dos de los hombres). En el coche dominan ellos con un 44% de los recorridos (diez puntos más que las mujeres). También caminan más: 38% frente al 31%. “Las mujeres nos movemos más por temas de cuidados”, explica Marta Serrano, consultora de movilidad y fundadora de Mujeres en Movimiento. “Si no se ha diseñado bien la encuesta, la movilidad femenina ha podido quedar de nuevo eclipsada”, avisa.

A la vez, la bici no arranca. En la región se realiza un viaje en bici por cada 200 recorridos. En el centro crece levemente ese dato. “Es necesaria la creación de redes ciclistas protegidas”, reclaman desde Pedalibre”, “si no, este medio seguirá sin ser una alternativa al alcance de toda la población”.


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