Es habitual que al calor de los mítines se prometan cosas que luego no se cumplen. Los electores saben bien cuando introducen la papeleta en la urna que muchas de las propuestas que escucharon en campaña no las volverán a oír en cuatro años. Pero es menos común que las escuchen una vez y la siguiente, porque no se cumplieron en su momento. ¿Qué garantías existen de que ahora sí, en los próximos cuatro años, se lleven a cabo? Es el caso de algunos puntos del programa electoral del candidato del PP y alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, que busca la reelección con medidas estrella que ...

Es habitual que al calor de los mítines se prometan cosas que luego no se cumplen. Los electores saben bien cuando introducen la papeleta en la urna que muchas de las propuestas que escucharon en campaña no las volverán a oír en cuatro años. Pero es menos común que las escuchen una vez y la siguiente, porque no se cumplieron en su momento. ¿Qué garantías existen de que ahora sí, en los próximos cuatro años, se lleven a cabo? Es el caso de algunos puntos del programa electoral del candidato del PP y alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, que busca la reelección con medidas estrella que ya se escucharon en 2019, no avanzaron en el tiempo en el que estuvo en el cargo y hoy las vuelve a promocionar a pocos días de las elecciones municipales.

A falta de conocer el documento completo, pues el programa electoral de Almeida se iba a ir “desgranando a lo largo de la campaña”, según han confirmado fuentes de su entorno, algunas de las propuestas que ha ido haciendo en los últimos días han llamado especialmente la atención. La última, la de los árboles.

Más árboles

Almeida prometió plantar 500.000 árboles si gana las elecciones. Es decir, 343 al día. Uno cada 20 minutos. La medida la difundió el mismo día en que en el que el periódico económico internacional de referencia, Financial Times, publicaba un reportaje en sus páginas bajo el título: “Árboles vs. hormigón: acusan al alcalde de Madrid de romper con la moda de las ciudades verdes”. Al echar un vistazo a su programa de 2019, el entonces candidato fue menos ambicioso, un cero menos: plantar 50.000. No menciona en la nueva medida la cantidad de árboles talados —que han provocado fuertes protestas vecinales para impedirlo, especialmente en Madrid Río— y que uno nuevo no reemplaza en sus funciones a uno maduro. Porque, según los datos, en cuatro años Madrid ha pasado de tener 400.739 árboles viejos en 2019 ―aquellos que dan sombra y tienen más de cuatro años―, a 322.323 en 2023, un descenso del 20%.

Madrid ha perdido árboles en los últimos años, en lugar de ganarlos, pese a las promesas de campaña. Almeida presume, no obstante, de haber plantado 215.000. Una cifra que se vio afectada por la deforestación masiva que supuso la tormenta Filomena para la capital. De los que plantó el Gobierno de Almeida, 185.000 corresponden a las calles y 30.000 al Bosque Metropolitano. Una portavoz de Medio Ambiente explica en este artículo que “respecto a los distritos, y revisados todos los años que hay en la web, las cifras absolutas nos dicen que ahora tenemos más de 13.000 árboles respecto a 2017″.

La bajada del IBI prometida

Otra de las medidas estrella, que los madrileños han vuelto a escuchar este año, es la de rebajar el IBI al mínimo legal, es decir, el 0,4%. Desde que Almeida aterrizó en Cibeles en 2019, ha aprobado dos rebajas en el IBI. Si en 2019 estaba en el 0,510%, ahora se sitúa en el 0,456%. Pero no ha logrado lo prometido y lo vuelve a hacer.

Para reducir una de las principales fuentes de ingresos del Ayuntamiento —y ganarse a un electorado propietario de grandes inmuebles—, necesitaba el apoyo de Vox en los Presupuestos de 2023, pero no lo tuvo. Y nada hace presagiar que esas disputas no se repitan si sale elegido por segunda vez. “Los madrileños deben saber que no han ahorrado más de 130 millones en impuestos gracias a Ortega Smith, que se negó a sentarse a negociar los presupuestos con este equipo de Gobierno”, señaló el alcalde a mediados de abril.

El fracaso de las ayudas a la vivienda

Otra de las promesas que ha repetido el alcalde estos días tiene que ver con la vivienda. En 2019, Almeida ya observaba que los jóvenes tenían “dificultades” para conseguir una, según se lee en su primer programa. Por eso, ofreció construir 15.000 viviendas “destinadas al alquiler a un precio más barato”. Para eso, puso en marcha el Plan Integran de Alquiler, que incluía dos programas: el ReVIVA y el plan ConFianza Joven. Sobre el primero, que contemplaba, además de que el propietario cediera su vivienda en usufructo a la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS), un bono vivienda para que el inquilino nunca pagara más del 30% de sus ingresos.

Pero aunque la medida fue anunciada a bombo y platillo en marzo de 2021, dos años después, solo hay 73 viviendas cedidas a la EMVS, de estas, solo se dan ocho ayudas. Y de esas ocho ayudas, cinco las cobran familias y tres menores de 35, que era el objetivo del candidato, según difundió el periódico El Plural, a través de una petición al Portal de Transparencia. Al segundo programa, que busca adelantar el pago de la fianza a los menores de 35 años, solo se han inscrito siete personas. O sea, el Plan Integral de Alquiler ha ayudado a 15 personas desde que se implantó hace dos años.

Ahora, Almeida vuelve a proponer combatir las dificultades de los jóvenes para acceder a un alquiler. Aunque esta vez, propone la construcción de 12.000 viviendas, de las cuales el 50% se destinarán a los jóvenes y familias jóvenes. La medida la anunció para contrarrestar el efecto que el PSOE le había dado a la precampaña, que arrancó con el anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para promocionar 50.000 pisos sociales y asequibles de la Sareb.

Promesas vacías

Hubo otras promesas electorales en 2019 que cayeron en saco roto y este año no se han vuelto a mencionar. Una de ellas fue la de construir un monumento en memoria de las Víctimas del Terrorismo en la Plaza de Colón, “para recordar a las personas que murieron por defender la libertad, la democracia y la unidad de España”, rezaba el folleto. Cuatro años después, y aunque se pidió un presupuesto para llevarlo a cabo en otra glorieta más modesta, la de López de Hoyos, ese homenaje a las víctimas de ETA no se ha hecho todavía. Estas medidas se elaboraron como contrapeso a las que tenían que ver con la ley de Memoria Democrática ejecutada por Manuela Carmena cuando fue alcaldesa.

En el mismo sentido, prometió también un recorrido con placas de reconocimiento para las víctimas del terrorismo, en un sendero denominado Itinerario de la Libertad. Sin mencionar que el equipo de Carmena ya había diseñado un “itinerario de la memoria”, que determinaba colocar placas en todos lugares en los que se hubieran producido atentados terroristas con muertes. Tal fue el caso de la placa que inauguró la alcaldesa en honor a Pedro Antonio Blanco García, asesinado por ETA en 2000.

Almeida, que fue director general de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid entre 2007 y 2011, retiró otras con el apoyo de Ciudadanos y Vox. Como la de Largo Caballero, una placa protegida por Patrimonio cuyo traslado no estaba permitido y que acabó hecha añicos en un almacén.

Prometió entonces otras cosas, como ampliar Bicimad. Aunque ha apurado casi hasta el término de su mandato para lograrlo y ha provocado un caos para integrar el viejo sistema con el nuevo. En menos de un mes de que entrara en vigor el nuevo plan, el 7 de marzo, desaparecieron unas 3.000 bicicletas del sistema público. Además de la oleada de quejas de los usuarios a los que han cancelado el servicio hasta 2099 por errores del propio sistema.

Su eslogan de campaña en 2019 fue: “Acabaremos con Madrid Central”. Pero cuando llegó al cargo, la medida que implementó para reducir las emisiones de los vehículos en el centro de la capital se diluyó tanto, que al final, pocos madrileños notaron más cambio que el de nombre: Distrito Centro. Una propuesta que sí le sirvió para cumplir por los pelos la normativa europea que buscó Carmena con su plan para rebajar la contaminación en puntos estratégicos de la ciudad.

Otro de los puntos sobre medio ambiente, hizo aguas durante su gestión. “Favoreceremos medidas para reducir la contaminación del aire”, prometió. Pero el alcalde olvidó algunos de los vehículos a su cargo, como los llamados camiones chatarra que destapó este diario. El 53% de la flota de limpieza es vieja y contaminante. El Gobierno de Almeida no multó a las poderosas empresas que en 2021 ganaron el contrato municipal más elevado (1.636 millones) a pesar de que debían comprar vehículos nuevos.

De las escuelas infantiles prometidas, entre 2019 y 2023, según reconoció el Ayuntamiento, solo se pusieron en funcionamiento cinco, ubicadas en Moncloa-Aravaca, Retiro, Centro, Villaverde y Vicálvaro, que suman 502 plazas. Sin embargo, de esos cinco centros, solo uno era de nueva proyección y ha sido inaugurado este año. Los otros cuatro estaban tramitados en el mandato anterior, bajo la Alcaldía de Manuela Carmena. Sí cedió, como publicó en su programa, un terreno municipal para que una empresa construya un colegio privado concertado en una zona, Vicálvaro, donde los vecinos reclamaban más escuelas públicas. Unos 23.000 metros cuadrados de parcela, valorados en 18 millones de euros, que entregó gratis junto a la Comunidad de Madrid liderada por Isabel Díaz Ayuso.

Y para rematar otro de los puntos oscuros del folleto que parecían un hecho: la Banda Sinfónica Municipal sigue esperando una sede, pese a las promesas de inaugurarla en el pabellón 12 de Casa de Campo.

Sigue las claves de la campaña con el boletín Diario de elecciones. Y aquí, las últimas noticias sobre las elecciones en Madrid.