¿A qué prestar atención el 4-M? Las claves de la jornada
Un repaso a los datos más relevantes de la cita electoral, del puzle de la participación, al ritmo del escrutinio o la recomposición de la derecha
Las elecciones de mañana dejarán un nuevo Gobierno en Madrid, pero también otras señales relevantes a nivel autonómico y nacional. A continuación hago un repaso cronológico de los datos clave de la jornada.
1. Qué pasa con la participación. Las encuestas no se ponen de acuerdo sobre cuántas personas irán a votar; algunas hablan del 68% (un poco más de lo normal en unas autonómicas) y otras elevan esa cifra hasta e...
Las elecciones de mañana dejarán un nuevo Gobierno en Madrid, pero también otras señales relevantes a nivel autonómico y nacional. A continuación hago un repaso cronológico de los datos clave de la jornada.
1. Qué pasa con la participación. Las encuestas no se ponen de acuerdo sobre cuántas personas irán a votar; algunas hablan del 68% (un poco más de lo normal en unas autonómicas) y otras elevan esa cifra hasta el 75% (al nivel de unas generales). Tampoco daría por seguro que una afluencia masiva beneficie necesariamente a la izquierda, como se ha repetido en campaña.
Por supuesto, eso es una posibilidad. Sabemos que los barrios de rentas medias-bajas votan menos, y que lo hacen más por la izquierda, de manera que seguramente ayudará a los partidos de ese bloque si votan masivamente. Pero la participación se puede elevar en otras partes y tener otros efectos: en las elecciones generales de abril de 2019 votó el 80% de los madrileños y la derecha ganó allí por 10 puntos sobre la izquierda. En la repetición de noviembre, votó el 70% y la derecha volvió a ganar por 7 puntos.
Mi advertencia cuando lleguen los primeros datos de participación es la misma de siempre: calma. Las especulaciones a partir de la cifra a medio día o incluso a las 20.00 suelen ser fútiles (luego pasa cualquier cosa). Esta vez se suma que se votará en martes. Sobres eso tenemos un dato —los votantes de izquierdas declaran más dificultades por votar entre semana—, pero en verdad sabemos poco sobre los efectos de esta novedad.
2. Arranca el recuento: ¿tiene opciones Ciudadanos? Sabremos pronto si el partido de Edmundo Bal queda fuera del reparto de escaños. Si empieza muy débil en el escrutinio, cerca del 2% o 3% en votos, tendrá difícil recuperar el terreno que necesita. Su entrada es una de las sorpresas posibles del 4-M, pero si se descarta, el recuento será un duelo entre dos cifras: la suma de escaños de PP y Vox (73 según los sondeos) y la de PSOE, Más Madrid y Podemos (64).
3. Sobre el recuento, un patrón: suele empezar mejor para la izquierda. En Madrid lo habitual ha sido que los partidos de izquierdas empiecen bien, y que al avanzar el escrutinio la derecha vaya subiendo. Estas regularidades se rompen, pero es lo que pasó en 2015 y 2019. Lo más práctico en la noche electoral es ir fijándose en la tendencia. Si un partido gana escaños cuando el escrutinio sube del 10% al 20%, lo probable es que siga subiendo después.
¿Hasta cuándo bailan escaños? Suele haber bastantes cambios antes de que se alcance el 50% de voto escrutado. Luego ya depende: hay veces que sigue habiendo mucho movimiento hasta el 80% y otras veces que no. De nuevo, es útil mirar la tendencia.
4. Quién va a gobernar. Esta es la incógnita obvia. No todas las elecciones se resuelven la noche electoral, porque el resultado deja alternativas y se negocian después, pero en Madrid lo probable es que el Gobierno quede casi cerrado el mismo 4-M. En esencia hay cuatro opciones: (1) que PP y Vox consigan 69 escaños y tengan mayoría; (2) que lo hagan PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos; (3) que esos dos bloques empaten a 68 diputados; o (4) que Ciudadanos sea decisivo.
5. Medir el momento de derechas. Si los sondeos aciertan y la derecha efectivamente acaba imponiéndose, una clave será medir la magnitud de su victoria. No es igual de significativo que la suma de PP, Vox y Cs supere a la izquierda por 3 puntos o que lo haga por 12. Para juzgarlo, es útil tener los resultados de 2019 como referencia: la derecha ganó por 10 puntos en las generales de abril de ese año, por 3 en las autonómicas de mayo y por 7 en las generales de noviembre.
6. El nuevo equilibrio dentro de cada bloque. En la izquierda la pregunta fundamental es hasta dónde baja el PSOE, que rondó el 27% en todas las elecciones de 2019, pero que los sondeos colocan ahora alrededor del 21%. Si resiste peor (o mejor) de lo esperado se harán distintas lecturas, también a nivel nacional. Al resto de fuerzas se las juzgará con el listón de las últimas autonómicas: Más Madrid defiende un 15% de votos que logró Iñigo Errejón y Podemos un 5% o 6%.
Más profunda será la reordenación de la derecha. El PP absorberá gran parte del electorado de un Ciudadanos que se disuelve, pero no solo eso: también recuperará, presumiblemente, muchos votos que se fueron a Vox. El partido de Santiago Abascal logró el 9% de los sufragios en las autonómicas de mayo de 2019 y hasta el 18% —en Madrid— para las generales de aquel otoño.
El día después de las elecciones, uno de los análisis minuciosos más interesantes será averiguar qué votantes recupera exactamente el PP. Los sondeos dicen que son personas de 35 a 55 años, de rentas medias-altas. Si es así, lo podremos confirmar poniendo la lupa en el voto calle a calle.
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