Unos comicios con efectos retardados

Con el comienzo de la campaña electoral en Madrid, las cábalas se ponen en marcha

La candidata del PP a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, este sábado.Zipi (EFE)

Madrid está en España pero no es España. Dicho de diferentes maneras, los líderes territoriales y también los asesores de los partidos nacionales apostillan esta aparente perogrullada pero llena de sentido. No habrá forma de comprobarlo hasta que se celebren las elecciones municipales y autonómicas de 2023, las generales de ese mismo año y, quizá, las andaluzas. En el fondo de la aseveración está el convencimiento de que el resultado de Madrid no tiene por qué ser definitorio del devenir de la política nacional. Sus efectos sobre los liderazgos no serán inmediatos.

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Madrid está en España pero no es España. Dicho de diferentes maneras, los líderes territoriales y también los asesores de los partidos nacionales apostillan esta aparente perogrullada pero llena de sentido. No habrá forma de comprobarlo hasta que se celebren las elecciones municipales y autonómicas de 2023, las generales de ese mismo año y, quizá, las andaluzas. En el fondo de la aseveración está el convencimiento de que el resultado de Madrid no tiene por qué ser definitorio del devenir de la política nacional. Sus efectos sobre los liderazgos no serán inmediatos.

Con el comienzo de la campaña electoral en Madrid, las cábalas se ponen en marcha, aunque en los centros de escrutinio político de los partidos procuran no engañarse. “Un buen resultado” es el que espera el líder del PSOE, Pedro Sánchez, para su lista. Evitar “la goleada”, señalan fuentes socialistas más cautelosas. Estas aluden a conseguir un bloque sólido de la izquierda en la Asamblea madrileña para iniciar el camino hasta la meta de las nuevas elecciones de 2023. Sí, el riesgo de perder entra dentro de lo muy posible pero lo que ocurra en Madrid no tiene por qué suceder en el resto de España.

El tirón de Isabel López Ayuso hará que votantes de Vox apoyen en esta ocasión, en estas elecciones concretas, la candidatura del PP. Pero no es esa la tendencia que el partido de extrema derecha evidencia en otras muchas comunidades donde su crecimiento continúa. Tan singular es Madrid que el PP no solo atraerá buena parte de los sufragios de Ciudadanos, sino que las encuestas detectan algunos votantes que han sido del PSOE y ahora miran a Ayuso. En el entorno de Pablo Casado se resta fundamento a la tesis de que el triunfo será de Ayuso y solo de ella, por lo que el presidente popular debe tentarse la ropa sobre la solidez de su liderazgo. El equipo de Casado rechaza esa interpretación. La victoria de Madrid le ayudará en las generales, quiere creer.

Si salva los muebles, esto es, si Unidas Podemos obtiene representación, Pablo Iglesias podrá seguir con calma la reflexión sobre su futuro. ¿A cuánta distancia por detrás de Más Madrid y de su candidata, Mónica García?

Pedro Sánchez habrá perdido estas elecciones si no gobierna, dirán sus adversarios. En su entorno lo ven de otra manera. La campaña del PSOE para las generales empieza ya con el hilo conductor de que la alianza de PP con Vox se consolida. A modo de aviso a centristas y socialdemócratas.

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