Yolanda Díaz llama a una “reflexión profunda” tras los resultados en Castilla y León

La vicepresidenta defiende abordar los problemas reales de la ciudadanía en un “nuevo proyecto de país”. “Tenemos que mirar al lugar correcto y estar a su altura”, afirma

Yolanda Díaz, el pasado jueves en un acto de la campaña electoral de Castilla y León en Castronuño (Valladolid).Photogenic/Claudia Alba (Europa Press)

Yolanda Díaz ha abogado este lunes por hacer una “reflexión profunda” y abordar en un “nuevo proyecto de país” los problemas “reales” de la ciudadanía después de que las formaciones de izquierda obtuviesen un mal resultado en las urnas el domingo en Castilla y León. La vicepresidenta segunda del Gobierno ha esperado hasta las cuatro de la tarde de este lunes para pronunciarse sobre las elecciones que han menguado la presencia de PSOE y Unidas Podemos (UP) en las Cortes. Los comicios, además, han llevado a Vox a aumentar de uno a 13 sus representantes, condicionando así ...

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Yolanda Díaz ha abogado este lunes por hacer una “reflexión profunda” y abordar en un “nuevo proyecto de país” los problemas “reales” de la ciudadanía después de que las formaciones de izquierda obtuviesen un mal resultado en las urnas el domingo en Castilla y León. La vicepresidenta segunda del Gobierno ha esperado hasta las cuatro de la tarde de este lunes para pronunciarse sobre las elecciones que han menguado la presencia de PSOE y Unidas Podemos (UP) en las Cortes. Los comicios, además, han llevado a Vox a aumentar de uno a 13 sus representantes, condicionando así las opciones del popular Alfonso Fernández Mañueco para formar Gobierno. Pese a ser la líder de UP en el Ejecutivo de coalición, la implicación de Díaz en la campaña ha sido mínima. La política gallega no pertenece a Podemos y lleva meses marcando distancias con su estrategia.

Mientras los socialistas pasan de 35 a 28 procuradores, la candidatura encabezada por Pablo Fernández, que aspiraba a lograr grupo propio, obtiene tan solo un asiento. La unión con Izquierda Unida, inédita hasta estos comicios, debía servir para evitar la pérdida de votos de las últimas elecciones, cuando IU cosechó 31.000 apoyos y se quedó fuera del hemiciclo. Si en aquella ocasión Podemos se desplomó al pasar de diez a dos procuradores —consiguió uno por León y otro por Burgos— la coalición logra ahora un único representante en Valladolid, unos resultados que ninguna encuesta preveía y que se dejan por el camino 40.000 votos.

“Es una pésima noticia que la sanidad, la educación, los derechos de las mujeres, el trabajo, el bienestar social dependan de Vox en Castilla y León”, ha lamentado a través de las redes sociales la vicepresidenta, quien hace unos días, en su única intervención en un acto electoral en el pequeño municipio de Castronuño (Valladolid) alertaba de la posibilidad de que después de los comicios “el partido del odio” entrara a decidir sobre la vida de los ciudadanos en Castilla y León. “Hay un debate entre la España que crece y la España que mengua: la despoblación, la emergencia climática, las infraestructuras y los servicios básicos son problemas reales y deben ser abordados en un nuevo proyecto de país”, ha defendido a continuación Díaz, quien anunció hace meses su intención de comenzar un “proceso de escucha” con diferentes colectivos por buena parte del territorio para construir un proyecto político propio que busca trascender a los partidos.

“Toca una reflexión profunda”, ha proseguido la vicepresidenta. “La ciudadanía que quiere cambios y exige ambición de transformación está ahí esperando. Solamente tenemos que mirar al lugar correcto y estar a su altura”, ha concluido en un mensaje que sugiere más de lo que literalmente dice, porque Díaz tampoco señala culpables, ni ha desvelado aún si está dispuesta a dar un paso al frente y encabezar una hipotética candidatura. En diciembre pasado, la titular de Trabajo sostuvo en una entrevista que las formaciones políticas eran percibidas como un “obstáculo”. “Los partidos son una cosa muy pequeña en nuestro país”, afirmó, “yo les agradezco muchísimo el trabajo, pero las construcciones sociales son de la gente y deben ser de otra manera, hay una distancia enorme [con la ciudadanía]”, añadió diferenciándose de Podemos e Izquierda Unida. Aquellas declaraciones fueron respondidas días después por la ministra de Igualdad, Irene Montero, que en un acto de partido reivindicó el “orgullo” de la militancia política. “Es la única herramienta, por imperfecta que sea, que nos puede permitir hacer las transformaciones y conquistar los avances en derechos y libertades que nuestro país necesita”, defendió entonces.

Inmersa en la gestión de su ministerio, la vicepresidenta lleva un par de meses con su proyecto político en pausa. Primero fue la reforma laboral y después las negociaciones para la subida del salario mínimo, pero también el adelanto electoral en Castilla y León, que llegaba antes incluso de haber arrancado sus encuentros con la ciudadanía. Consciente de las opciones limitadas en la comunidad, se apresuró a diferenciar cualquier coalición electoral con IU de su futura plataforma. Aunque este lunes la formación no ha querido entrar a valorar su participación en la campaña, nadie pasa por alto la escasa implicación de la ministra. “Yo no puedo decir absolutamente nada, por una cuestión de lealtad que es fundamental en mi espacio político, que represente una crítica” hacia la persona que “tiene que liderar la candidatura electoral”, justificó en Cadena SER el exvicepresidente Pablo Iglesias.

“Los tiempos del proyecto de Yolanda Díaz los marca Yolanda Díaz. Los respetamos”, reiteró el portavoz nacional de Podemos, Pablo Fernández, preguntado sobre los planes de la vicepresidenta en rueda de prensa. Iglesias, por su parte, defendió que aunque existe un “consenso muy amplio” respecto a que hay que “trascender” el propio proyecto y al liderazgo que encarna la responsable de Trabajo, el partido no se puede “encomendar” solo al “milagro de un cambio de nombre [que no descarta] o al milagro Yolanda”. “Hacen falta tareas que los militantes van a tener que llevar a cabo”, concluyó dando de nuevo peso al aparato. Pero la indefinición de Díaz sobre su propio futuro y el encaje de Unidas Podemos en ese nuevo proyecto político sigue generando incertidumbre.

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