El debate de descentralizar la autonomía en Castilla y León
La ubicación de las sedes públicas en la región más extensa de España enfrenta a la capital con el resto de las provincias
Valladolid se encuentra en el centro de Castilla y León, en los mapas y en lo institucional. La Junta y las Cortes se ubican en la ciudad más poblada de la comunidad, y las ocho provincias restantes reclaman periódicamente descentralizar organismos para repartir los estímulos por todo el territorio. La geografía y la historia explican el centralismo en la comunidad más extensa de España, sin una identidad tan marcada como otras, apenas pespunteada por el Estatuto de Autonomía de 198...
Valladolid se encuentra en el centro de Castilla y León, en los mapas y en lo institucional. La Junta y las Cortes se ubican en la ciudad más poblada de la comunidad, y las ocho provincias restantes reclaman periódicamente descentralizar organismos para repartir los estímulos por todo el territorio. La geografía y la historia explican el centralismo en la comunidad más extensa de España, sin una identidad tan marcada como otras, apenas pespunteada por el Estatuto de Autonomía de 1983. Ahora, el candidato socialista, Luis Tudanca, plantea trasladar alguna consejería de las once que hoy se asientan en Valladolid.
Castilla y León no tiene una capital oficial. El estatuto solo establece que donde se ubiquen las instituciones —el Gobierno y el Parlamento autonómicos— se fijará la capital, y en este momento están en Valladolid. Ya hay, no obstante, entidades públicas que no se encuentran en la ciudad del Pisuerga: por ejemplo, el Procurador del Común (León), el Consejo Consultivo (Zamora), el Consejo de Cuentas (Palencia) y el Tribunal Superior de Justicia (Burgos).
Preguntar a lo largo de Castilla y León sobre la centralización ofrece opiniones mayoritariamente contrarias a Valladolid. Hacerlo en la Plaza Mayor pucelana abre el debate entre los treintañeros Enrique Cañibano y Tania Colón y la salmantina Celia García. El primero reprueba la “envidia” de los demás territorios y apunta que Palencia o Burgos cuentan con sedes públicas. García constata que la sensación es algo distinta en las otras capitales mientras que Colón se sitúa en el medio: “Entiendo el mosqueo por esos privilegios”.
Otros paseantes más mayores esgrimen argumentos históricos, como que Valladolid fue capital con Felipe III (1601-1606), o presunciones lingüísticas: “Hablamos el mejor castellano”. De vuelta al siglo XXI, las hermanas Ester y Victoria Sánchez, de 54 y 61 años, argumentan que “Valladolid está a una hora de cualquier capital de provincia salvo Soria”. No obstante, ambas apoyan las deslocalizaciones.
La reivindicación de desconcentrar las instituciones la encarna ahora el alcalde de León, José Antonio Diez (PSOE), que tilda de “centralismo absurdo” el peso vallisoletano. El regidor de Valladolid, el también socialista Óscar Puente, defiende, en cambio, concentrar recursos; y recientemente, al anunciarse que una empresa india creará 2.000 empleos en su ciudad, censuró que la Junta intentara que se instalara en cualquier otra provincia. El PP se opone a descentralizar las instituciones y Cs no lo ve prioritario.
El primer presidente autonómico, el socialista Demetrio Madrid, recuerda que Burgos albergó la Junta preautonómica. La normativa de entonces establecía que el Ejecutivo provisional se instalaría donde residiera el primer presidente, a la sazón el burgalés Juan Manuel Reol (UCD).
Madrid, de 85 años, explica que, al implantarse el sistema autonómico, pronto se debatió dónde ubicar las instituciones: “Valladolid tenía una situación de centralidad física, política, administrativa y de infraestructuras”, recuerda. Los socialistas gobernaban la ciudad vallisoletana y la Diputación y, tras sopesarlo con los representantes de cada provincia, se eligió Valladolid, dice. El regidor y la Diputación burgaleses tampoco opusieron mucha resistencia a ese cambio, según Demetrio Madrid, porque “obedecían a principios franquistas” y eran contrarios a la evolución autonomista.
Entonces se consensuó construir la futura Junta (el Gobierno autonómico) en el colegio de la Asunción del barrio vallisoletano de Covaresa, y llevar las Cortes al castillo medieval de Fuensaldaña (1.600 habitantes). Allí operó el Parlamento regional entre 1983 y 2007, cuando fue trasladado a un edificio moderno de Valladolid.
El remozado castillo de Fuensaldaña supone un atractivo turístico para la localidad, pero genera un trasiego mucho menor que el parlamentario. El antiguo hemiciclo conserva sus moquetas con castillos y leones dibujados y las mullidas butacas. La directora, Laura Martín, relata la historia del lugar, que en 2007 dejó de desempeñar funciones políticas. “La falta de espacio para las labores legislativas obligó a su traslado a la nueva y moderna sede situada en Valladolid”, reza un panel.
El alcalde de Fuensaldaña, Víctor Manuel Sanz (PSOE), lamenta que sacaran las Cortes de su pueblo, animado ahora los fines de semana pero paralizado a diario. “Deberían descentralizar entidades para dar fuerza a la España vaciada”, argumenta. Los hosteleros añoran el gasto de los procuradores, asesores, guardaespaldas, prensa, conductores e incluso manifestantes, sobre todo los jueves, día de pleno. Algunos eran cobijo habitual del PSOE y otros recibían al PP: rara vez se mezclaban. “Pasamos de tener vida a no tenerla”, lamenta un camarero.
Valladolid en datos
Población. Valladolid tiene 519.361 habitantes (25.098
más que en 1987), con una media de edad de 46,4 años.
Extensión. Hay 225 municipios en 8.111 kilómetros cuadrados. Densidad: 64 personas por kilómetro cuadrado.
Economía y política. La tasa de paro es del 8,4%. La provincia elige a 15 procuradores. En 2019 ganó el PSOE.