Casimiro Curbelo, la clave gomera para la gobernabilidad canaria
El presidente del Cabildo insular desde 1991 se beneficia de la ley electoral isleña y una política personalista con sus vecinos, que sus adversarios tachan de “caciquil”
“Ya somos más que un chiste o que el silbo”. Francisco G. —un jubilado que reclama que no se revele su apellido— mira la vida desde un banco de la plaza de la Constitución de San Sebastián, la apacible capital de La Gomera (23.076 habitantes). La isla fue, durante muchos años, sinónimo de atraso. Fue la última en contar con aeropuerto propio —en 1999— y sus habitantes se convirtieron en objeto de mofa en las chanzas del resto del archipiélago, en la versión insular de los chistes de Lepe. “Y es gracias a Casimiro”, concluye. Desde 2019, ...
“Ya somos más que un chiste o que el silbo”. Francisco G. —un jubilado que reclama que no se revele su apellido— mira la vida desde un banco de la plaza de la Constitución de San Sebastián, la apacible capital de La Gomera (23.076 habitantes). La isla fue, durante muchos años, sinónimo de atraso. Fue la última en contar con aeropuerto propio —en 1999— y sus habitantes se convirtieron en objeto de mofa en las chanzas del resto del archipiélago, en la versión insular de los chistes de Lepe. “Y es gracias a Casimiro”, concluye. Desde 2019, La Gomera es crucial en la gobernabilidad de Canarias. Casimiro Curbelo Curbelo (67 años) es presidente desde hace 32 años del Cabildo insular, plaza que conserva gracias a su personalidad y a una gestión personalista. Primero lo fue por el PSOE y a partir de 2015 por la Agrupación Socialista Gomera (ASG). Pero su relevancia sobrepasa los 370 kilómetros cuadrados de isla: la hegemonía que ejerce en el voto al parlamento autonómico le permite influir como nadie en la gobernabilidad. Son 6.215 votos que valen tres escaños, y que posibilitaron el pacto de Gobierno esta legislatura (junto a PSOE, Nueva Canarias y Unidas Podemos).
“Nuestro proyecto político es por y para las personas”, defiende Curbelo en entrevista telefónica. “Lo primero que hay que hacer es atender al conjunto de los ciudadanos. Y cada día, no como el resto de partidos, que solo se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena”.
Curbelo se ha erigido en una figura paternal para los gomeros. “Aquí es como el rey de España”, sostiene Juan Francisco Morales, un maquinista de 62 años. El Cabildo se hace cargo de los entierros, de las prótesis dentales, de las gafas, de los libros de texto. Los estudios están ampliamente subvencionados y, algo clave, los planes de empleo, a través de la empresa pública Gestión y Planeamiento Territorial y Medioambiental S.A. (Gesplan), dan trabajo a buena parte de los gomeros. “Este Cabildo cuenta con una planificación para el futuro de la isla”, asegura, y desgrana los planes de la Corporación incluidos en la Estrategia Gomera 36, que recientemente firmó en Madrid con el Ministerio de Hacienda y que supone “una inversión de 750 millones en 14 años”, explica. “Pero los medios de comunicación y nuestros rivales políticos se entretienen en lo menor, en la anécdota. ¿No es razonable que establezcamos políticas humanas y cercanas para responder a los ciudadanos, a nuestros mayores?”.
“Una vez estuvo en nuestra casa”, relatan el matrimonio formado por Nisamar y Francis, “buscando una solución para nuestro hijo, que necesita una atención especial. Aún no se ha resuelto, pero si él nos dice que está en marcha, no hay que preguntar más”, aseguran. Este personalismo explica, en parte, sus sucesivas victorias electorales. “Pero es que su trabajo no consiste en solucionar los problemas de los ciudadanos directamente”, rebate en una cafetería aledaña al Cabildo Christian Méndez Benedetti, consejero y candidato de Coalición Canaria para el Cabildo. “Su trabajo es que la Administración funcione sin intermediarios. El problema surge cuando te haces dueño y señor, cuando parece que las ayudas las concedes tú, cuando obtienes un rédito político de la deuda que contrae la gente, que considera que te debe un favor”. Méndez ejemplifica la situación en Gesplan, empresa pública del Gobierno de Canarias. El Cabildo, explica, incluye a la empresa en sus contratos como recurso propio, lo que “ha permitido retirarlos de licitación”. Por eso, “Gesplan se ha convertido en una agencia de colocación. Si necesitas trabajo acudes a la tercera planta del Cabildo o hablas con el representante de la Agrupación Socialista Gomera de tu municipio. Independientemente de tu capacitación”.
Curbelo se ha acostumbrado a arrollar desde que se hiciera militante socialista en 1982 atraído por la figura de Felipe González. En solo un año pasó de no ser ni siquiera afiliado a convertirse en el presidente de los socialistas gomeros y, un año después, alcalde de San Sebastián. Durante años, proporcionó al PSOE senadores, alcaldías, diputados y presidencias. Hasta que en julio de 2015, cuando además de presidente era senador, protagonizó junto a su hijo un altercado con la Policía Nacional en Madrid, que lo llevó a dormir en un calabozo. Este episodio le hizo dimitir de su escaño en la cámara alta y llevó al PSOE a prescindir de él para sus listas. Su respuesta, montar la Agrupación Socialista Gomera (ASG), con la que, además, gobierna en cuatro de los seis municipios de la isla.
Ley electoral
En 2015, Coalición Canaria gobernó el archipiélago gracias a un pacto con el PSOE (que se rompería a mitad de legislatura). Cuatro años después, tras la victoria de Ángel Víctor Torres, sus votos se hicieron imprescindibles para poner fin a 26 años de gobiernos nacionalistas —no sin antes coquetear con el centroderecha—. Sus fortalezas: sus aplastantes victorias en la isla (53% de los sufragios) y la ley electoral regional.
Canarias cuenta con un sistema electoral particular que hasta la última reforma del Estatuto de Autonomía se había basado en la regla de la “triple paridad”, esto es, el equilibrio en el reparto de escaños entre las dos provincias (Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife), entre las dos islas capitalinas (Gran Canaria y Tenerife) y entre estas y las islas no capitalinas. La ley beneficia fuertemente a los partidos insulares como la ASG: sus 6.215 votos valen tres escaños; los mismos que los 78.168 sufragios de Podemos o uno menos que los 80.592 de Nueva Canarias. “Cualquier partido político, si quiere, se puede presentar en La Gomera”, se escuda Curbelo. “Al final hay que pactar y, para ello, da igual que el diputado sea de La Gomera o de Lanzarote”. La reforma introducida en 2018, con la ampliación de la cámara a 70 diputados y la creación de una circunscripción puramente regional dotada de nueve escaños, ha tenido una incidencia limitada, según Víctor Cuesta, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria. “Sigue siendo una ley electoral en la que existe una fuerte desigualdad en el valor relativo del voto entre circunscripciones”, concluye.
Esta norma hace que todas las miradas se centren en Curbelo para el 29-M, toda vez que las encuestas dejan en el aire la reedición del acuerdo de legislatura. “Hay que esperar a ver lo que votan los ciudadanos, no hay nada claro”, advierte, y se muestra favorable a la reedición. “Han sido años muy difíciles, y hemos tenido el mejor gobierno en la peor época”. Si gana el Cabildo, además, seguirá haciendo exactamente lo mismo. “Si un ciudadano de la Gomera necesita al presidente del Cabildo, ahí estará él”.
Contará, eso sí, con el voto en contra de gente como Francisco, un ingeniero de telecomunicaciones de Valle Gran Rey (4.484 habitantes) que hace dos años regresó a su pueblo natal tras 15 en Madrid. “Ni de broma voto a Casimiro, yo soy anticaciquil”, exclama. “La gente no se da cuenta de que cuando te adelantan en una lista de espera, perjudicas a otra persona”, sentencia. “En La Gomera hay una división política que no va de izquierda a derecha, sino de caciquismo a anticaquiquismo, o si lo prefiere, de casimirismo a anticasimirismo”, asegura Aarón Rodríguez, concejal de la oposición en el Cabildo por Iniciativa por La Gomera. “Pero estas dos corrientes no compiten en igualdad”, sentencia. “Es de locos lo que ha hecho con la sociedad”, completa Christian Méndez. “Los gomeros se han arregostado a las ayudas y va a ser muy difícil cambiarlo. Todo pasa por la tercera planta del Cabildo”, sentencia. “Yo me conformaría con que perdiese la mayoría absoluta”.
Un entierro a cargo del Cabildo
En La Gomera todos los gastos relacionados con el entierro están cubiertos por una póliza que el Cabildo ha contratado con Mapfre desde principios de siglo: servicios fúnebres, caja funeraria, traslado del féretro, una corona de flores, embalsamamiento del cadáver, gastos de sepultura y alquiler del nicho, lápida y colocación, velatorio, oficios religiosos, 100 recordatorios y una esquela. Tampoco hay que residir en la isla para beneficiarse de la medida: incluye a los residentes ausentes, con la única condición de que figuren como tales en los registros especiales de los seis municipios gomeros.
Curbelo ha relatado a Efe que fue durante un viaje a Venezuela cuando se le ocurrió la idea. La comitiva oficial pasó por una zona de chabolas y alguien le comentó que allí vivía un gomero; él preguntó si tenía familia, que no, y qué sucedía si le pasaba algo, si fallecía, y obtuvo el silencio por respuesta. Hasta la fecha, asegura, ha atendido a 2.000 personas.