Zapatero llama a la movilización como en 2004 contra “el engaño y la desfachatez” de Aznar y Ayuso

La campaña se embarra un poco más en los últimos días. La cúpula del PP está buscando una recta final tranquila, sin nada que enturbie una tendencia que creen que es muy positiva para ellos. Su líder, Alberto Núñez Feijóo, se concentra en hablar de impuestos y del Falcon, el avión oficial que lleva a Pedro Sánchez, un asunto que le gusta especialmente y recuerda a la campaña con la que llegó al poder en Galicia en 2009,...

La campaña se embarra un poco más en los últimos días. La cúpula del PP está buscando una recta final tranquila, sin nada que enturbie una tendencia que creen que es muy positiva para ellos. Su líder, Alberto Núñez Feijóo, se concentra en hablar de impuestos y del Falcon, el avión oficial que lleva a Pedro Sánchez, un asunto que le gusta especialmente y recuerda a la campaña con la que llegó al poder en Galicia en 2009, en la que acusaba al socialista Emilio Pérez Touriño de tener un coche oficial mejor que el de Barack Obama, algo muy alejado de la realidad. Sin embargo, la campaña del PP no la hace ni la controla solo Feijóo.

La semana pasada, los populares vieron cómo el tema Bildu se les iba de las manos porque la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, dijo que “ETA está viva”, y llegó incluso a enfrentarse directamente con la presidenta de la asociación de víctimas Covite, Consuelo Ordóñez. Y ahora es José María Aznar el que ha vuelto a acelerar las revoluciones, con el riesgo para el PP de que eso, por reacción, provoque la movilización del voto de izquierdas, que según las encuestas no acaba de activarse. El expresidente del Gobierno popular llegó a decir el martes en Bilbao que si la derecha no consigue acabar con el sanchismo y se repite la coalición formada por “el partido de Sánchez y comunistas”, con el apoyo de “separatistas catalanes y antiguos terroristas de Sortu y los buscarrecompensas del PNV”, el “precio” a pagar será “una suelta general de terroristas en prisión” y “consultas” en País Vasco y Cataluña.

Ninguno de los dos escenarios parecen encima de la mesa: son los jueces los que pueden liberar a los terroristas, y tanto con el PP como con el PSOE en el Ejecutivo, todos están cumpliendo íntegras sus largas condenas sin que hayan logrado ningún beneficio más allá del acercamiento a cárceles del País Vasco, algo a lo que obliga la ley, y más después de la desaparición de ETA, y que el propio Aznar hizo de forma masiva cuando la banda aún mataba para facilitar una tregua.

El PSOE vio enseguida la fuerza que tenía el exceso de Aznar y sacó a contestarle a su contraparte ideal, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que jamás criticó al PP cuando era jefe de la oposición por su política de acercamiento de presos o de diálogo con la banda. Sánchez no ha entrado de momento a esta batalla y se ha concentrado en una campaña en positivo hablando de sanidad, de economía, de feminismo. Pero Zapatero ha entrado con todo desde Valencia, epicentro de la gran batalla de las autonómicas. “He oído a José María Aznar decir que si siguen Sánchez y los comunistas habrá una suelta general de presos de ETA. He oído también decir que ETA está viva y debo decir que el PP no sale del engaño y de la desfachatez. Lleva así 20 años, desde que nos engañó a todos con el atentado de marzo de 2004, no sale del engaño y la desfachatez”, ha dicho Zapatero este miércoles en un acto junto al presidente valenciano, Ximo Puig, y la vicealcaldesa de la capital, Sandra Gómez.

“Lo cierto es que ETA desapareció, que aquel atentado no fue de ETA como nos dijeron y que, por supuesto, es una gran mentira que habrá una nueva suelta de presos. Por tanto, también en estas elecciones se vota entre la verdad y la defensa de lo que ha sido un fin de la violencia como éxito colectivo y el engaño y la desfachatez; eso también se vota”, ha dicho el expresidente en la capital valenciana. “Pido a la mayoría de los ciudadanos, por respeto a la verdad y a la convivencia, que voten contra el engaño y la desfachatez”, ha concluido.

El embarramiento es cruzado. Ayuso, que siempre busca el choque con el Gobierno para lograr foco nacional, ha ampliado esta vez y ha ido contra el PNV, al que ha llamado abiertamente racista. Feijóo ha evitado hasta ahora criticar al PNV e incluso se ha reunido con su líder, Andoni Ortuzar, para buscar un posible acuerdo en el futuro, después de las generales, pero la presidenta madrileña ha lanzado este misil contra los nacionalistas vascos y Ortuzar ha salido a contestar. El líder del PNV cree que es “una injusticia y una salida de tono incomprensible” que Ayuso haya aprovechado el caso de los insultos racistas al futbolista del Real Madrid Vinicius para acusar a su formación de racismo. En una entrevista en El Periódico, la presidenta madrileña afirmó: “Hay conductas racistas también en la política. Las hay en el PNV, es fundamento del Partido Nacionalista Vasco, ahí lo llevan”.

En una entrevista concedida a Antena 3 y recogida por Europa Press, Ortuzar se ha referido al caso de los insultos a Vinicius en Mestalla, durante un partido frente al Valencia, para recordar lo ocurrido con Iñaki Williams, del Athletic Club, que sufrió ataques racistas en el campo del Espanyol, y denunció. “Es una medida acertada porque hay que empezar a poner medidas y coto a este tipo de comportamientos. Yo soy de los que me creo a pies juntillas la Declaración Universal de Derechos Humanos y que todos somos iguales, con independencia de la raza, de la procedencia, de la religión, del género o de la condición sexual. Tenemos que ser inflexibles en este tipo de asuntos”, ha indicado.

Los excesos de Ayuso arrastran en ocasiones a todo el PP. El presidente de Andalucía, Juanma Moreno, preguntado por los periodistas sobre este asunto, ha intentado escaparse diciendo que no había visto las declaraciones de su compañera madrileña, pero después ha entrado en el mismo jardín: “Hemos visto que algunos dirigentes del PNV en el pasado hablaban de la supremacía de los vascos y del RH, lo vimos con [Xabier] Arzalluz. Aunque tampoco eso quiere decir que el PNV actual sea racista”, dijo para intentar salir del paso. Aznar y Ayuso logran así que la campaña se embarre incluso entre sus propios compañeros aunque ellos de inicio tuvieran otros planes.

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