Olona reconoce que Vox no ha logrado los resultados que esperaba y promete quedarse en Andalucía

Abascal presume de la derrota de la izquierda y advierte a Moreno de que lo tendrá “bajo vigilancia”

De izquierda a derecha, los dirigentes de Vox Jorge Buxadé, Iván Espinosa de los Monteros, Macarena Olona y Santiago Abascal, tras conocerse los resultados de las elecciones andaluzas, este domingo en Sevilla. Foto: EUROPA PRESS (EUROPA PRESS) | Vídeo: EPV
Sevilla -

Santiago Abascal ha esperado a que el recuento estuviera prácticamente concluido y la mayoría absoluta del PP consolidada para arengar a unos 200 seguidores congregados junto al hotel de Sevilla donde la dirección de Vox ha instalado su cuartel general. Aunque los resultados no invitaban a la euforia y la mayoría ha seguido con desgana el recuento de votos que se iba desgranando en una gran pantalla, el ánimo se ha levantado cuando ha comparecido l...

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Santiago Abascal ha esperado a que el recuento estuviera prácticamente concluido y la mayoría absoluta del PP consolidada para arengar a unos 200 seguidores congregados junto al hotel de Sevilla donde la dirección de Vox ha instalado su cuartel general. Aunque los resultados no invitaban a la euforia y la mayoría ha seguido con desgana el recuento de votos que se iba desgranando en una gran pantalla, el ánimo se ha levantado cuando ha comparecido la candidata, Macarena Olona, flanqueada por los demás dirigentes del partido y por el propio Abascal, que se ha prodigado en gestos de cariño hacia ella. Tanto Olona como Abascal han reconocido que no era este el resultado que esperaban.

En la última semana de campaña, el líder de Vox había dedicado buena parte de sus mítines a vaticinar que los medios de comunicación y empresas demoscópicas que pronosticaban un pinchazo del partido ultra en las elecciones andaluzas tendrían que tragarse sus palabras. Pero el resultado ha sido aún peor que los vaticinios.

Es cierto que Vox ha ganado dos escaños respecto a las elecciones autonómicas de diciembre de 2018, pasando de 12 a 14 parlamentarios, y ha subido 2,5 puntos, del 10,9% al 13,4% de los votos, pero ha sufrido un verdadero descalabro si se compara con los resultados que obtuvo en las últimas elecciones generales de 2019, cuando logró el 20,6% de los sufragios en Andalucía, siete puntos más que ahora. A Vox le han votado casi medio millón de andaluces, como ha subrayado Abascal, pero eso son casi 400.000 menos que hace dos años y medio.

Lo peor, sin embargo, es que la mayoría absoluta del PP ha convertido a Vox en irrelevante en el Parlamento andaluz y que el órdago que lanzó Olona a Moreno en el segundo debate televisado entre los candidatos, cuando le advirtió de que no le facilitaría ni un voto ni una abstención si no entraba en el Gobierno, se ha quedado en agua de borrajas. Eso sí, Abascal ha emplazado al presidente de la Junta a que “no desaproveche la oportunidad” y Andalucía quede “libre del latrocinio, el sectarismo y la traición de la izquierda”, lo que a su juicio no ha hecho en la anterior legislatura, cuando fue investido gracias a Vox.

El líder nacional de VOX, Santiago Abascal, acompaña a la candidata a la presidencia de la Junta, Macarena Olona, durante noche electoral en Sevilla. Raúl Caro. (EFE)

Para que cumpla con este objetivo, Abascal ha advertido a Moreno que gobernará “bajo la vigilancia de Vox”. La encargada de vigilarlo será la propia Olona, quien ha prometido que, a pesar de que se ha evaporado la posibilidad de que sea vicepresidenta, se quedará como líder del grupo en el Parlamento andaluz y renunciará definitivamente a su escaño en el Congreso.

Como consuelo “patriótico”, Abascal ha presumido de que el resultado de las elecciones supone “una derrota histórica del socialismo y de la izquierda” en Andalucía, que quiere extrapolar a escala nacional. “Habríamos querido unos mejores resultados para nosotros, pero estos han sido unos magníficos resultados para España”, ha apostillado.

Lo cierto es que, al contrario de lo que sucedió en Castilla y León, Vox no ha conseguido trasladar a las elecciones autonómicas los casi 870.000 votos que obtuvo en las legislativas. El resultado andaluz de Vox se parece mucho más al que tuvo en las últimas elecciones madrileñas, en las que solo ganó un escaño y 0,25 puntos. El electorado del PP y el de Vox funcionan como vasos comunicantes y cuando el primero está en alza se frena al segundo.

Pese al fiasco, no ha habido amago de autocrítica. Algunos dirigentes de Vox culpan a su candidata, que habría echado en brazos de Moreno a muchos electores que apoyaron al partido ultra en las generales. En su opinión, Olona habría hecho una campaña muy personalista, al contrario de lo que sucedió en Castilla y León, donde Vox apostó por vender su marca.

Pero se trata de comentarios en privado, pues en público Abascal se ha limitado a culpar a los medios de comunicación. Varios de ellos (como EL PAÍS y a Cadena Ser) han tenido que seguir la noche electoral desde fuera de la sala de prensa, ya que el partido ultra, como viene haciendo desde 2019, se ha negado a acreditar a muchos periodistas sin ofrecer ninguna explicación.

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