Una parte del techo del Palau de la Música de Valencia vuelve a caerse dos años después de su reforma
El Ayuntamiento encarga informes externos y un peritaje para saber si el incidente se produjo como consecuencia de los trabajos de la adjudicataria del anterior mandato
Un panel del techo de la Sala Iturbi del Palau de la Música de Valencia se rompió el pasado lunes mientras se llevaban a cabo trabajos de revisión de la obra en el recinto, según ha informado el presidente de la institución, José Luis Moreno, durante el consejo de administración. El incidente se produce dos años después de la finalización de la última reforma. El techo ya se cayó en 2019 y ese año se cerró al público. No volvió a abrir ―pandemia de por medio― hasta 2023.
El Ayuntamiento de Valencia ha encargado informes externos y un peritaje para saber si el incidente se produjo como consecuencia de los trabajos que realizaban los operarios de la empresa adjudicataria de la reforma del Palau, licitada el pasado mandato, o se debe a otras causas arrastradas de anteriores reformas, han informado este miércoles fuentes municipales.
El presidente del Palau ha explicado en el Consejo de administración que la rotura del panel se produjo durante los trabajos de limpieza y revisión del camaranchón, dentro del seguimiento técnico ordinario de las obras por la UTE (Unión Temporal de Empresas) adjudicataria del proyecto.
El Ayuntamiento va a “trabajar contra reloj” para resolver este problema y va acometer además “los problemas de goteras heredados, que están previstos para las próximas semanas”, mientras que el Palau de la Música va a iniciar una revisión técnica de las obras adjudicadas en la anterior legislatura tras esta rotura puntual en la Sala Iturbi, según las mismas fuentes.
Los auditorios de España, que durante los años noventa fueron símbolos, están en decadencia. El ejemplo más claro es el del Palacio de la Ópera de A Coruña, inaugurado en 1989. La sede de la Sinfónica de Galicia sufre desde hace años problemas graves que van desde goteras persistentes y desprendimientos en la sala de cámara hasta la presencia de gas radón en los camerinos, a causa de que el edificio de Manuel Gallego Jorreto fue levantado sobre una antigua cantera.