Bancaja muestra la “etapa de felicidad” de Picasso y su modelo Jacqueline mediante 250 obras
La fundación exhibe en Valencia piezas de la última etapa del pintor, procedentes del Reina Sofía de Madrid, los museos Picasso de Barcelona y Málaga o la Colección ABANCA
Pablo Picasso convivió los últimos 20 años de su vida con Jacqueline Roque cerca de la ciudad francesa de Cannes. El artista la convirtió en su musa y modelo. La Fundación Bancaja ha reunido en la ciudad de Valencia parte de su creación durante este periodo en la exposición Picasso y la modelo. El perfil de Jacqueline. La muestra consta de más de 250 obras entre óleos, dibujos, grabados y libros ilustrados. Las piezas proceden de fondos importantes como el Reina Sofía de Madrid, el Museo Picasso de Barcelona o el Museo Picasso de Málaga. El público puede visitar la muestra desde este viernes hasta el 2 de marzo.
La creación de Picasso estuvo muy vinculada a las mujeres con las que convivió. Los cuadros en los que sale él mismo pintando a su modelo ―un ejercicio de metapintura que, por ejemplo, hace Velázquez en Las Meninas― es un tema muy recurrente en su pintura. Es el caso de El pintor y la modelo (1963), procedente del Reina Sofía, u otro con el mismo nombre de la Colección de Arte ABANCA, que se podrán ver en la muestra. La exposición cuenta con una gran cantidad de grabados, como las series Suite 347 y Suite 156. La Fundación Bancaja posee 2.000 piezas de la obra gráfica ―grabados, por ejemplo— de Picasso, lo que la convierte en “la institución privada con el mayor conjunto de obra gráfica del mundo”, según la propia entidad. La obra de esta última etapa picassiana se caracteriza por las formas primitivistas, la geometría post-cubista y rasgos del clasicisimo.
La relación tormentosa del artista con las mujeres es conocida y objeto de debate y crítica. Vida con Picasso, escrito por la que fue su pareja sentimental Françoise Gillot, refleja ese perfil de maltratador, así como la obra Las mujeres detrás de Picasso, de Eugenia Tenenbaum. Sin embargo, los 20 años en los que convivió con Jacqueline fueron “una etapa de felicidad”, según comentó Laura Campos, comisaria de la exposición, junto a Fernando Castro Flórez. “Cuando Picasso estaba mal con sus mujeres, lo representaba en su obra. En esta exposición no vemos esa angustia, ni esa tristeza”, ha añadido Campos, responsable de Cultura de la Fundació Bancaixa.
Castro Flórez, teórico y crítico del arte, se ha referido al carácter obsesivo de Picasso y a su bipolaridad. Además, ha recordado que “le horrorizaba la idea de que podían morir sus amigos o él mismo”. En la mayoría de retratos, la figura de Jacqueline está de perfil. Castro ha explicado que “en las cerámicas griegas todas las figuras están de perfil. Salvo los que van de frente que están muertos o petrifican. Colocarse de perfil es la forma de escabullirse”.
Para Picasso Jacqueline era, según Castro, “una especie de icono o arquetipo”. “Insistía en que Delacroix ―artista del siglo XIX― ya la había pintado. Jacqueline era para él la representación de la mujer de perfil en toda la historia del arte, desde el Antiguo Egipto”, ha remarcado el comisario. Picasso realizó en 1963, 160 retratos dedicados a su mujer.
Los últimos cinco años de la obra de Picasso, que se podrán ver en la muestra, se caracterizan por temas muy cotidianos y autobiográficos. “Pintaba vaqueros porque lo había visto en la serie de televisión Bonanza”, ha señalado Castro. España ―un país que dejó antes de la Guerra Civil y al que no volvió― es un tema que obsesiona al artista al final de su vida. “En la obra de Picasso, Jacqueline es una mujer muy francesa que se va españolizando, esto no ocurre con el resto de sus musas”.
La exposición muestra a través de fotografías Edward Quinn y David Douglas el papel de Jacqueline Roque en el día a día del artista. Fernando Castro ha lamentado que Jacqueline sea “una figura que se pasa muy de puntillas en la historia”. El comisario ha reivindicado que “colaboraba con Picasso, ordenaba el estudio y le ayudaba con sus grabados”.
El presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón, ha asegurado en la presentación de la exposición que “Valencia entra con esta muestra en el circuito de grandes ciudades picassianas. Nuestra intención es conseguir un corredor conformado por Barcelona, Valencia y Málaga”.