Unas Fallas antibelicistas y críticas con la IA y la fiebre de los ‘likes’
Los nueve monumentos de la sección de Especial, con un presupuesto de 1,5 millones de euros, buscan coronarse con el primer premio de la fiesta y se plantan sin imprevistos: “No hace viento ni llueve. Es perfecto”
Los artistas falleros miran al cielo y respiran tranquilos. A su lucha contra el reloj y los imprevistos para culminar con éxito la plantà de los monumentos este sábado 16 de marzo no se añadirá esta vez el mal tiempo. En unas fiestas que se prevén soleadas, con temperaturas que pueden rozar los 30 grados y un fin de semana de afluencia masiva de visitantes, nueve monumentos de la sección de Especial se dispu...
Los artistas falleros miran al cielo y respiran tranquilos. A su lucha contra el reloj y los imprevistos para culminar con éxito la plantà de los monumentos este sábado 16 de marzo no se añadirá esta vez el mal tiempo. En unas fiestas que se prevén soleadas, con temperaturas que pueden rozar los 30 grados y un fin de semana de afluencia masiva de visitantes, nueve monumentos de la sección de Especial se disputan este año el podio tras invertir en total millón y medio de euros. Los mensajes antibelicistas, la ley de amnistía, el desafío de la Inteligencia Artificial o las redes sociales son algunos de los lemas de unos monumentos que convierten en blanco de la sátira a políticos como Pedro Sánchez, Isabel Díaz Ayuso o Carles Puigdemont.
“No hace viento ni llueve. Es perfecto”, comentan cuando faltan solo unas horas para la plantà en la falla Exposición-Micer Mascó de Valencia, laureada en 2023 con el primer premio de la sección de Especial, el top en grandiosidad y presupuesto del mundo fallero. Sensitiva, descubriendo los cinco sentidos, obra del artista David Sánchez Llongo, y un coste de 182.000 euros. Los operarios afianzan la falla con decenas de sacos de arena y se disponen a dar las últimas pinceladas. “La plantà está muy avanzada y esperanzas de premio, todas”, apunta Pepe Giménez, un histórico fallero de esta comisión.
Muy cerca de la plaza del Ayuntamiento, Pere Baena, un artesano habitual de la sección de honor, se despide de la falla Convento Jerusalén-Matemático Marzal con su falla Olimpia, la más cara de la sección de Especial, con un coste de 245.000 euros. El monumento, diseñado por Alejandro Santaeulalia y con guión de Miguel Prim, se fija en la Grecia clásica y en la época moderna, donde la Inteligencia Artificial lo inunda todo y unos pocos dominan al mundo por medio de las redes. Es la séptima y última falla que Baenas hará con Convento. “Ya tenemos todos los ninots”, comenta Juan José Ramos, de la organización, mientras decenas de personas se hacen un selfie con los ninots de fondo en unas fallas que se presumen multitudinarias.
En Russafa, el barrio de moda en la capital, la falla Almirante Cadarso-Conde Altea presenta este año la obra Fer l’humor y no la guerra. La raó de la desraó, en la que han invertido 160.000 euros. El artista Toni Pérez y José Luis Santes, responsable del diseño, componen una sátira en torno a la guerra, con el personaje de Charles Chaplin coronando el monumento y la diosa de la sabiduría Atenea dormida por un hechizo. “Toni Pérez ha plantado todo y ya nos toca a nosotros”, explicaba el pasado jueves la joven Clara Herrero, delegada de Infantil de la comisión. Un ejército de falleros remataron entre el jueves y el viernes el monumento con arena y césped. “Somos muchos y bien organizados”, explica mientras apuesta por conseguir un quinto premio para su falla antibelicista.
Unas calles más allá se encuentra Sueca-Literato Azorín, cuyo monumento Dame un like firma el artista Pedro Santaeulalia. Su falla, con un presupuesto de 156.000 euros, tiene como elemento más llamativo la enorme figura de una princesa de un reino inventado, con una estética preciosista y una temática centrada en la obsesión por el móvil, las redes sociales y la sed de reconocimiento con los likes. La princesa busca la aceptación del público y los influencers, más seguidores y visualizaciones. Una metáfora del mundo que nos rodea.
Una impactante figura de la pintora mexicana Frida Kahlo llama la atención de la falla Cuba-Literato Azorín, que se presenta bajo el lema Quiéreme loca. El monumento reúne a personajes con fama de locos: desde Juana la loca, a Don Quijote, pasando por Luis II de Baviera, apodado el rey loco; Picasso con su cubismo; Galileo, tildado de loco cuando afirmó que la Tierra era redonda, o el pintor Vincent van Gogh. Vicente Martínez, un artista acostumbrado a recoger en sus composiciones temas sociales como el Alzhéimer, el cáncer o la enfermedad mental, firma el colorido monumento. En las escenas a ras de suelo aparecen los personajes de Pablo Motos y su programa, Pedro Sánchez o Isabel Díaz Ayuso. “Y si ponemos a [Carles] Puigdemont, palos a punta pala”, exclama Carlos, fallero de la comisión, sobre el ninot dedicado al político catalán.
En la falla Plaza del Pilar, comisión con sed de primer premio, que se le resiste desde el último recibido en 2015, el artista Paco Torres retrata la envidia, la mala suerte y todo lo negativo: la violencia de género, la guerra o el cáncer de mama en su monumento Vudú, que ha costado 175.000 euros. Horas antes de la plantà, el equipo de montaje arrastra a brazo partido el ninot de una bailarina de varios metros de alto que debe pesar lo suyo. “Despacio”, vocifera el jefe de equipo cuando al moverla el muñeco se cimbrea demasiado. “Si no gana, es un crimen”, opina una señora mientras observa un montaje tan desafiante y complejo como espectacular.
La comisión Na Jordana, con años de tradición, presenta este año Memòries de l’avenir, del artista Mario Gual. Un vecino de la Valencia de 1924 pregunta a una pitonisa cómo serán las fallas en 2024, con monumentos que parecen rascacielos por su vertiginosa altura, bomberos que controlan el fuego desde el cielo o pirotecnia con realidad aumentada. Otro clásico fallero, L’Antiga de Campanar, ha contratado al artista Josué Beitia, que debuta este año con el cambio climático, los efectos de la contaminación y la economía circular.
La más modesta de la sección de Especial es Reino de Valencia-Duque de Calabria, con un presupuesto de 96.000 euros y que firma Sergio Musoles. Su lema es The Regnepolitan Museum y retrata un grupo de personajes históricos relacionados con el Metropolitan Museum de Nueva York. Y en la plaza del Ayuntamiento, ya fuera de concurso, un gran pato amarillo es uno de los ninots de este monumento que lleva por título Dos palomas, una rama, diseño del artista urbano Escif y ejecutado por el artista fallero Pere Baena, como un llamamiento a la paz. Realizada en madera y corcho ecológico, el monumento municipal ha costado 239.000 euros.
En total, las comisiones falleras de Valencia, las organizadoras de la fiesta, plantan cada año 345 monumentos mayores y otros tantos infantiles en toda la ciudad, repartidos en diferentes categorías de premios. El valor estimado de todos ellos ronda los nueve milllones de euros.