Inteligencia artificial y ‘chatbots’, la receta valenciana contra los pisos turísticos ilegales

Algunos los llaman “loft moderno, situado en una planta baja, totalmente reformado”. Otros escriben “antigua casa de pescadores totalmente reformada, diseñada al detalle”. Los hay que prefieren denominaciones como “alojamiento único” con “personalidad propia”. Hay descripciones más pragmáticas que destacan la cercanía a “todos los lugares de interés, así como al metro y los autobuses”. Las hay, también, más poéticas, que invitan a abrazar “la vitalidad de la vida urbana mientras disfrutas de la comodidad”. En ...

Algunos los llaman “loft moderno, situado en una planta baja, totalmente reformado”. Otros escriben “antigua casa de pescadores totalmente reformada, diseñada al detalle”. Los hay que prefieren denominaciones como “alojamiento único” con “personalidad propia”. Hay descripciones más pragmáticas que destacan la cercanía a “todos los lugares de interés, así como al metro y los autobuses”. Las hay, también, más poéticas, que invitan a abrazar “la vitalidad de la vida urbana mientras disfrutas de la comodidad”. En las plataformas de reservas de apartamentos turísticos‘, se pueden encontrar todo tipo de descripciones de todo tipo de casas con todo tipo de precios. Se pueden encontrar “superanfitriones”, empresas y particulares. Y también, a veces, se pueden encontrar viviendas turísticas que no están inscritas en los censos oficiales, algunas porque sus propietarios no quieren declarar sus ingresos, otras porque, directamente, no cumplen las características que tiene que tener una vivienda de uso turístico. En total, durante 2023 la inspección de la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo de la Generalitat Valenciana ha llevado a cabo 1.230 actuaciones contra la oferta de apartamentos turísticos ilegales.

La inspección municipal de València, por su parte, ha recibido en dos años 225 denuncias, aunque en 2023, el número de plazas para turistas en estas viviendas bajó también un 7,7 % hasta 27.150 en la capital, según las cifras que ha publicado esta semana la alianza turística Exceltur. Por eso, porque desde hace unos años es un problema creciente que a veces desemboca en estafas a clientes, en intrusismo para los hoteles y apartamentos regulados y en falta de control fiscal, Turismo planea poner la inteligencia artificial al servicio de la inspección de estos alojamientos.

Lo anunció la consejera Nuria Montes durante su comparecencia en el Parlamento valenciano para explicar sus primeras medidas al frente del departamento. Como prioridad en la lucha contra la “amenaza” de los apartamentos turísticos ilegales, dijo al principio de la legislatura, se desarrollarán bots programados con algoritmos de inteligencia artificial que “peinarán” las webs de reserva de alojamientos turísticos para comparar su oferta con el censo valenciano. “Cualquier desfase será sancionado, cerrado y eliminado”, dijo la consejera en las Corts.

Jerónimo Mora es informático. Hasta agosto de 2023 era profesor titular del Departamento de Tecnología Informática y Computación de la Universidad de Alicante. Desde agosto de 2023 es secretario autonómico de Innovación y, por lo tanto, la persona al frente del proyecto. “Hay que quitarse los miedos sobre que la IA nos va a quitar del mapa; no lo va a hacer si la utilizamos para bien, como una herramienta para ayudar a la toma de decisiones”, considera Mora.

El proyecto, que espera que esté ya implantado este año, consiste en el desarrollo de algoritmos de inteligencia artificial que entrenen a bots que sepan, automáticamente, “peinar” o analizar toda la oferta de pisos turísticos anunciada en plataformas. Por una parte, contrastarán esa oferta con el censo de viviendas regladas de la Generalitat, que cuenta con 448.862 plazas en un total de 90.661 viviendas, incluyendo bloques gestionados por empresas, además de por particulares. De este modo, la Consejería puede saber cuáles están siendo ofertados sin estar registrados legalmente.

Por otra parte, los bots sabrán identificar “patrones” de las ofertas que pueden indicar que se trate de un piso no regulado. “Muchas veces hay combinaciones de características que no son evidentes al ojo humano pero pueden indicar que se trate de pisos no inscritos, como un número catastral erróneo, una cifra del DNI del propietario que no coincide con la letra, campos que no se rellenan… cosas que por separado podrían ser errores pero juntas pueden dar la voz de alarma”, explica.

Aunque existe una normativa autonómica que prevé sanciones de hasta 600.000 euros, “la idea no es criminalizar a quien oferta un apartamento no reglado, sino conseguir que lo regularice”, asegura el secretario autonómico. Por eso, la norma contempla que, una vez detectados los pisos no inscritos, se emite un requerimiento a los propietarios con un plazo para que los den de alta en el censo. Si no lo hacen, entonces sí, se sanciona. Pero Mora asegura que la cuantía de la multa es suficiente para que casi todos lo inscriban y no sea necesaria la sanción.

Un ‘ChatGPT’ para agilizar las gestiones

De quienes tienen pisos no regulados, dice Jerónimo Mora, una parte importante no lo hace a mala fe, sino por desconocimiento. “Hemos detectado que hay un problema de interacción con la ciudadanía que puede inscribir sus pisos turísticos en el censo: nos cuentan que hay saturación de llamadas, muchos envíos de correos electrónicos con dudas sobre los trámites”, asegura, y reconoce que el procedimiento de inscripción “no es intuitivo”. Por eso, para que no exista la excusa de que el trámite es incomprensible, Turismo desarrollará también sus propios asistentes virtuales con inteligencia artificial generativa. Una especie de ChatGPT especializado en la resolución de dudas sobre el alta de viviendas de uso turístico, apunta el secretario autonómico de Innovación.

Todo ello, celebra Mora, lo podrán hacer al amparo del nuevo reglamento europeo sobre alquiler vacacional que se aprobará en los próximos meses. Esta norma dotará a cada piso de un número de registro único y obligará a las plataformas de anuncios a que cada oferta vaya asociada a un número de DNI o CIF y a unos datos personales como nombre y apellidos, teléfono o dirección. Además, las plataformas estarán obligadas a hacer comprobaciones aleatorias de que sus apartamentos están inscritos en los censos oficiales, cosa que hasta ahora no tenían obligación de exigir.

Jerónimo Mora cree que es “ilusionante” que la norma comunitaria, complementada con el desarrollo de la IA de control, ayude a paliar la falta de inspectores en la Comunidad Valenciana, donde solo 11 personas velan por que la oferta turística de apartamentos sea legal. Hasta ahora, la única solución era la colaboración con los ayuntamientos y sus correspondientes servicios de Policía Local. El de València, por ejemplo, organizó este mes de enero una formación especializada en inspección de viviendas de uso turístico, para que los agentes conocieran los detalles del proceso de denuncia.

Desde 2021, se realizan inspecciones municipales a estas viviendas, y en menos de tres años se han interpuesto 225 denuncias a este tipo de apartamentos, 68 de ellas en 2021, 73 en 2022 y 84 el año pasado. Ahora, Jerónimo Mora habla de “oportunidad”. “Muchas veces se da un mal nombre a la vivienda turística porque hay un problema de oferta no reglada, y ahora eso puede cambiar”, concluye.

La Federación de Asociaciones de Vecinos de Valencia ha denunciado en los últimos meses la constante reconversión de bajos y pisos en apartamentos turísticos y el pernicioso efecto que esta proliferación tiene sobre los barrios de la ciudad, con un aumento de los alquileres y la expulsión de los vecinos de toda la vida.