El lío político del acento de Valencia: el PP y Vox lo cambian en su denominación autóctona
El servicio jurídico municipal admite el derecho del pleno, que ha aprobado la doble denominación en castellano y valenciano, al cambio, si bien avisa de que no es competente en materia lingüística
El gobierno municipal, del PP, con el apoyo de los cuatro concejales de Vox, ha aprobado este martes la doble denominación, en castellano y valenciano, del topónimo Valencia/Valéncia. Y lo ha hecho con el acento gráfico cerrado en la é, cambiando lo que hasta ahora era la denominación oficial de la tercera capital de España con la è abierta (València). No obstante, Vox ha tenido que enmendar el acuerdo avalado en...
El gobierno municipal, del PP, con el apoyo de los cuatro concejales de Vox, ha aprobado este martes la doble denominación, en castellano y valenciano, del topónimo Valencia/Valéncia. Y lo ha hecho con el acento gráfico cerrado en la é, cambiando lo que hasta ahora era la denominación oficial de la tercera capital de España con la è abierta (València). No obstante, Vox ha tenido que enmendar el acuerdo avalado en comisión hace unos días porque, según un informe de los servicios jurídicos municipales, el consistorio tiene plenas competencias para promover el cambio de denominación pero no para decidir cuestiones lingüísticas, “ya que la normativa en la Comunidad Valenciana, la fija la Academia Valenciana de la Lengua (AVL)”, según recoge el Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana. El acento es materia de discusión política y filológica.
En valenciano, el topónimo de la capital es una palabra esdrújula porque el -ia final no forma diptongo, como en castellano. Por tanto, lleva tilde. La discusión radica en si este acento es abierto o cerrado. Para la citada Acadèmia, que fija la normativa oficial de la Generalitat y reconoce la unidad lingüística del catalán y el valenciano, el acento es abierto. Para entidades no oficiales, como Lo Rat Penat, que consideran diferentes ambas lenguas y promueven una normativa propia, alejada de los criterios de la comunidad académica internacional, el acento es cerrado. Vox defiende esta última tesis abiertamente. El PP asegura reconocer la autoridad de la Acadèmia, que promovió el expresidente popular Eduardo Zaplana, pero no deja de lanzar guiños a esas entidades y ahora necesita los votos de Vox para sacar sus iniciativas en el Ayuntamiento.
El Ayuntamiento de la capital aprobó en 2016, bajo el gobierno liderado por Joan Ribó, de Compromís, que la ciudad pasase a denominarse exclusivamente en valenciano con la tilde abierta, una grafía inexistente en castellano. Se cumplía por fin el reglamento sobre el uso y normalización del valenciano en la capital que acordaron de forma unánime todos los grupos políticos municipales en 1996 y que nunca se ejecutó. El Gobierno valenciano ratificó en 2017 el cambio promovido por el consistorio y desde entonces la tercera capital española se escribía València, con el informe favorable de la Acadèmia.
El PP que lidera la hoy alcaldesa María José Catalá, se comprometió en la pasada campaña electoral a que, si gobernaba, aprobaría la denominación también en castellano y así lo ha hecho tras convertirse en el partido más votado el 28-M. Sin embargo, por el camino sus “socios preferentes” de Vox exigieron que el nombre en valenciano portase la tilde cerrada en lugar de abierta, en atención a las Normas del Puig, por las se rigen las instituciones secesionistas que desligan la lengua valenciana del catalán.
En 2014, la ahora alcaldesa de la ciudad pidió a la RAE, cuando era consejera de Cultura, que modificase la definición de la lengua en la nueva edición de su diccionario de valenciano, que dice así en una de sus acepciones: “Variedad del catalán que se habla en gran parte del antiguo reino de Valencia y se siente allí comúnmente como lengua propia”. La RAE publicó ese mismo año la 23 edición de su diccionario sin variar nada la definición.
PP y Vox sacaron la semana pasada adelante la denominación bilingüe en comisión con la oposición de Compromís y PSPV, que solicitaron un informe a los servicios jurídicos al entender que el consistorio no podía aprobar una denominación “con una falta de ortografía”. Hoy, antes del inicio del pleno, se ha conocido que el informe jurídico cuestionaba que el topónimo en valenciano de la ciudad se escribiera según unas normas diferentes a las de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL). Y añadía que no someterse a ese criterio podía infringir el ordenamiento.
El informe no tiene “nada que objetar desde el punto de vista jurídico” sobre el inicio del procedimiento de cambio de denominación del municipio, y añade que nada impide que el pleno del Ayuntamiento proponga la denominación en versión valenciana con el acento cerrado pues “se trata de una propuesta de inicio, es decir una manifestación de voluntad o de deseo que se ha de concretar en un futuro, previa la tramitación legal oportuna, y de una propuesta de denominación que ha de someterse, como se ha dicho, a informes y aprobaciones posteriores”, aclara. No obstante, respecto a que el cambio de denominación sea conforme a las Normes del Puig (así constaba en el acuerdo de PP y Vox que ha llegado al pleno), el informe jurídico entiende que “se excede de las competencias legales que se le otorgan al municipio”.
El contenido del informe jurídico se ha conocido a unos minutos del pleno y Vox se ha visto obligado a retirar del texto la alusión a según “las Normes del Puig” como le han enmendado los servicios jurídicos. Eso sí, se sigue proponiendo que “Valéncia” se escriba con el acento cerrado. Reformado el texto, el acuerdo ha salido adelante con el rechazo de Compromís y PSPV. Sin embargo, para su aprobación definitiva, el informe de la AVL, que lo escribe con la tilde abierta, será “preceptivo y vinculante”.
La portavoz del Grupo Municipal Socialista, Sandra Gómez, ha pedido a Catalá que “rectifique y no haga el ridículo” impulsando un cambio de denominación de València con faltas de ortografía y que, además, el informe jurídico municipal considera ilegal. La representante socialista ha ofrecido los votos a favor de su grupo para aprobar una denominación bilingüe de la ciudad “siempre y cuando València se escriba correctamente, con acento abierto”. Catalá no ha recogido el guante. Para el concejal de Compromís Pere Fuset la propuesta del PP “es un empastre y está fuera de la legalidad”. “Si no están prevaricando están haciendo un paripé”, ha sentenciado.
El portavoz del PP, Juan Carlos Caballero, preguntado por la necesidad de contar con un informe vinculante de la AVL para promover estos cambios, ha dicho: “Se va a instar a cambiar el nombre a bilingüe y con acento cerrado; está avalado y la AVL no va a intervenir”.
El portavoz de Vox en el consistorio, Juan Manuel Bádenas, ha asegurado que los dictámentes de la AVL “vienen viciados” y ha defendido que la denominación “debe corresponderse a la lengua oficial de España, el español” y a su denominación “como indica el Estatuto de Autonomía en la lengua de los valencianos “pero no siguiendo ‘les Normes de Castelló”, que según ha afirmado “se corresponden con lo que dicta el Institut d’Estudis Catalans”. Las Normes de Castelló son la base de la normativa de la AVL.
Reconocimiento para Lo Rat Penat
En este sentido, el grupo parlamentario de Vox presentó ayer en las Cortes Valencianas una proposición no de ley (PNL) para pedir que se reconozcan oficialmente los títulos de valenciano impartidos por la entidad secesionista Lo Rat Penat “con la mayor celeridad posible”, así como su homologación y convalidación. Este grupo, que forma parte del Consell junto al PP, también solicita la capacitación oficial para los profesores que imparten Valenciano “siguiendo la normativa establecida por la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV) basada en las Normas del Puig”, así como “rehabilitar en su capacitación oficial tanto a quienes la perdieron en su condición de profesores, como a quienes obtuvieron los títulos otorgados por Lo Rat Penat”.
En la PNL, presentada por el diputado José María Llanos, Vox insta a todos los medios de comunicación públicos —y como recomendación a los privados— que informen “de la controversia sobre la identidad del idioma valenciano con objetividad y neutralidad, sin omitir o censurar las opiniones que argumentan y defienden la existencia del valenciano como idioma propio”. También insta al Gobierno a “reconocer expresa, formal y oficialmente la singularidad, independencia y consideración diferenciada del idioma valenciano, a nivel nominal y en las versiones escritas y audiovisuales oficiales”