La palma blanca del Domingo de Ramos, la embajadora de Elche ante el Papa o la Reina
La familia Serrano Valero es un año más la encargada de elaborar las palmas para personalidades religiosas y políticas, a la espera del relevo generacional
La palma blanca de Elche vuelve un año más a recorrer el mundo. Se trata de un trabajo minucioso con siglos de historia que todavía se mantiene, aunque con el riesgo de perderse por falta de relevo generacional. Mientras tanto, las familias artesanas siguen conservando esta tradición de la que existen referencias ya en la cerámica ibérica encontra...
La palma blanca de Elche vuelve un año más a recorrer el mundo. Se trata de un trabajo minucioso con siglos de historia que todavía se mantiene, aunque con el riesgo de perderse por falta de relevo generacional. Mientras tanto, las familias artesanas siguen conservando esta tradición de la que existen referencias ya en la cerámica ibérica encontrada en las excavaciones realizadas en el yacimiento arqueológico de l’Alcúdia, donde se halló la Dama de Elche.
Los talleres de palma blanca se afanan los días previos al Domingo de Ramos para cumplir con todos los encargos. El más especial es el que realiza el ayuntamiento de Elche a la familia Serrano Valero que durante cinco generaciones han asumido la responsabilidad de elaborar diseños para diferentes personalidades políticas y religiosas de todo el mundo. Y en esta ocasión, no iba a ser menos. Paqui Serrano, la encargada del taller de su familia que lleva más de cien años funcionando, explica que este año también se ha enviado su palma a los reyes, al presidente del gobierno y de la Generalitat, al papa Francisco, al ilicitano obispo de Solsona y al de la Diócesis Orihuela-Alicante.
Serrano asegura que aunque las más complejas han sido la de la reina Letizia y la del Papa porque llevan más elementos de ornamentación y que además requieren partir la palma por la mitad, la media de trabajo de cada uno de los ejemplares de más de tres metros es de en torno a una semana. “Se implica toda la familia”, asegura Paqui Serrano. Los diseños de trenzado de la palma blanca se empiezan a pensar con semanas de antelación, se procura innovar con las limitaciones que marca el presupuesto y el tiempo. Se busca no repetir las propuestas anteriores y se le añaden “cosas nuevas”. La de la Reina, por ejemplo, en esta ocasión, lleva al centro una corona y una cruz en la parte superior, mientras que a la del Papa se le ha colocado un cáliz. Paqui Serrano insiste en que es un trabajo “costoso”, aunque las manos del taller las realizan con una soltura casi mecánica.
La tradición de enviar palmas personalizadas a diferentes representantes institucionales viene de lejos. Lo inició un empresario de Elche que regalaba cada Domingo de Ramos un diseño a Franco y otro para el Papa. Sin embargo, cuando murió, el ayuntamiento asumió este gesto que encargó a las familias artesanas de la Palma Blanca de Elche, como la de Paqui Serrano que recuerda haber elaborado estos obsequios para cuatro papas e incluso para “Carmen Polo de Franco” que en un NO-DO se le pudo ver en un acto religioso con uno de sus diseños. Aun así, lamenta el poco reconocimiento que les llega desde estas autoridades. Salvo el Papa que siempre la luce en la misa del Domingo de Ramos donde se sitúa unas veces en el altar y otras en el centro de la plaza de San Pedro del Vaticano, el resto de personalidades no las exhiben en púbico aunque Paqui Serrano está convencida de que, al menos al ayuntamiento les trasladarán el agradecimiento porque es quien hace el encargo. Pero para la familia, lo más importante es que sus palmas se convierten en “piezas embajadoras de la ciudad”, asegura emocionada Paqui Serrano.
También el envío se hace con sumo cuidado. Se realiza de una manera especial para evitar que se deteriore hasta que lleguen a su destino. Se humedecen, se introducen en unas bolsas de plástico y se colocan en unas jaulas de madera donde quedan suspendidas para evitar que se rocen. De esa manera, se llevan a la Moncloa, al Palacio de la Zarzuela o al Vaticano con un servicio de paquetería específico que no se comparte con otros envíos ordinarios.
Sin embargo, lo que también sobrevuela en este sector es la falta de relevo generacional que podría con los años provocar que se pierda una de las grandes tradiciones culturales de la ciudad vinculadas al Domingo de Ramos de Elche que fue declarado Fiesta de Interés Turístico Internacional en 1997. Paqui Serrano pone de relieve la falta, no solo de manos artesanas, sino también de palmereros que son los encargados de todo el trabajo previo que comienza en el verano cuando, desde finales de junio hasta finales de agosto, se realiza el “encaperuzado de la palmera” con lo que se atan las hojas y se cubren con una funda para que con la falta de la luz solar se evite la fotosíntesis y, de esta manera, crezcan rectas y blancas. Se hacen varias preselecciones, la primera de las palmeras datileras porque “no todas sirven”. Luego se cortan y se retiran las que no valen, después en las cámaras especiales donde se conservan con agua y vapor de azufre para prevenirlas de la sequedad se hace una nueva criba y en el taller la última. Porque para realizar una palma “la hojas tienen que ser de una misma palmera para que la textura y el tono amarillo tan característico sea el mismo”, asegura Serrano que “hay una gama increíble de amarillos”.
Todo un proceso que los jóvenes parecen no estar interesados en continuar. Paqui Serrano entiende que se trata de una labor muy estacional porque el tratamiento de la palmera se hace en el último semestre del año, mientras que la labor artesana de elaboración de las palmas se realiza desde enero hasta la Semana Santa. Aun así, ni el ayuntamiento ni las familias de la Palma Blanca tiran la toalla. Un año más mantienen con éxito el taller que se celebra en el Museu del Palmerar en el Huerto de San Plácido donde las alumnas, porque en su mayoría son mujeres, también aprenden la labor para salir con sus propios diseños el Domingo de Ramos. La maestra es Conchi Rodrigo, prima de Paqui Serrano. Aclara que todos los años le piden “gente del taller que quiera trabajar en la palma, pero la mayoría lo tienen como una afición para que la tradición no se pierda”, pero es consciente de que “la campaña es muy corta y eso no les genera estabilidad”. Por su parte, Conchi Rodrigo insiste en que ella seguirá formando parte de esta artesanía porque es su pasión.
En este sentido, el alcalde de Elche, Carlos González, ha mostrado su compromiso para que esta “bella tradición no se pierda” para que Elche pueda celebrar todos los años el Domingo de Ramos con estas “auténticas obras de arte”. Un deseo al que también se suman desde el Consell. La responsable de Cultura, Raquel Tamarit, también se ha comprometido con “este oficio milenario” que espera “que perdure muchos años más”. De esta manera, Tamarit Invita a la ciudadanía a que se acerque a Elche a aprender un oficio de toda la vida para garantizar el relevo generacional.