La falla más valiente: una mujer visibiliza las cicatrices del cáncer de mama

Cristina Gómez, una joven a la que le extirparon un pecho, inspira un singular monumento del artista fallero Raúl Martínez, ‘Chuky’, que ha generado numerosas adhesiones

Cristina Gómez, la joven valenciana a la que le extirparon un pecho por un cáncer de mama, junto a la réplica que ha elaborado el artista Rubén Martínez y que será el remate de la Falla García Lorca, de Valencia.Foto: MÒNICA TORRES

Cristina Gómez padece una enfermedad rara que hace que su cuerpo genere tumores; pueden ser buenos o malos, y con 30 años recién cumplidos le confirmaron el peor pronóstico, un cáncer de mama. Después de un periplo hospitalario con más sombras que luces, Cristina se enfrentó a un carcinoma en uno de sus pechos. Le dijeron que, por su tamaño, había que extirparlo y se sometió a una mastectomía. En 2020, cuando acabó los tratamientos, se puso en contacto con el artista fallero Raúl Martínez pa...

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Cristina Gómez padece una enfermedad rara que hace que su cuerpo genere tumores; pueden ser buenos o malos, y con 30 años recién cumplidos le confirmaron el peor pronóstico, un cáncer de mama. Después de un periplo hospitalario con más sombras que luces, Cristina se enfrentó a un carcinoma en uno de sus pechos. Le dijeron que, por su tamaño, había que extirparlo y se sometió a una mastectomía. En 2020, cuando acabó los tratamientos, se puso en contacto con el artista fallero Raúl Martínez para que hiciera un molde con su nuevo cuerpo y lo empleara como quisiera. El creador aceptó el reto pero le respondió que si lo hacía, tenía que ser con su rostro. Y así nació Pit (pecho, en valenciano), la falla que se plantará el próximo 15 de marzo en la comisión García Lorca de Valencia.

“No lo pensé mucho, la verdad”, explica la joven cuando el artista, al que conocía desde que fue fallera en el barrio de Russafa, la citó en su estudio para escanear su cuerpo desnudo y sacar de ahí el molde del que ha salido una replica de tres metros de alto. “La verdad es que al final no tuve ningún problema porque crearon un ambiente muy cálido”, recuerda.

Las creaciones de Raúl, al frente del taller Estudio Chuky, siempre tienen mensaje: sobre el Alzheimer, el síndrome de Down, el Parkinson, la exclusión social y, ahora, sobre el cáncer de mama y la mastectomía. La falla que ha creado en estrecha colaboración con Cristina mide unos ocho metros de altura y se compone de ocho figuras. Su remate reproduce a la joven sentada sobre sus talones —en yoga se conoce como la posición del diamante—, mientras con el brazo extendido ofrece un corazón en su mano derecha (que simula el cojín que usan las mujeres operadas bajo la axila). “Realmente, representa el cariño que ella ofrece al resto”, cuenta el artista.

La figura de la joven parece estar con los ojos cerrados pero, realmente, mira hacia abajo porque su forma de ser es tranquila, sosegada, considera Raúl. “Cuando la gente contemple la falla no quiero que se fije en la mirada, sino en la cicatriz” del pecho que ha dejado la mastectomía y que el artista ha exagerado respecto a la original para llamar la atención del público.

En el conjunto de ninots se repite un personaje: un pecho con piernas y brazos en diferentes tonos de piel para que todo el mundo se sienta reflejado. “Queríamos crear un personaje que contase las situaciones a las que se enfrentan los pacientes y que resultase simpático, sin la dureza que entraña la enfermedad”. En otra, un pecho busca trabajo después de los tratamientos y no lo consigue porque a algunas empresas les sigue pesando el historial oncológico. También aparece el médico, “al que idolatras” porque es el que va a intentar curarte y que Raúl representa como una estatua de piedra que da a los pacientes información a cuentagotas.

Raúl Martínez, artista y creador de la falla titulada 'Pit' (Pecho), con Cristina Gómez, la joven valenciana a la que le extirparon un pecho y le inspiró, en el taller fallero del primero. Mònica Torres

Se representa también el coste económico de la enfermedad por el uso de pelucas, pañuelos, sujetadores, prótesis o ropa adecuada, y no se olvida del cáncer de pecho masculino o de la iniciativa de una empresa valenciana que ha creado un helado cuya recaudación va destinada a la investigación de este tipo de cáncer. “Estoy satispecho”, bromea Raúl, arrancando una risotada a Cristina. Ambos están desbordados por la expectación que ha desencadenado la falla. “Remueve, eso es lo importante”, apostilla Raúl.

“Estoy impactada del debate que ha desencadenado”, reconoce esta divulgadora de la enfermedad y sus efectos. Todavía no ha asimilado que en unos días se verá en la calle hecha falla y que la gente vendrá a verla. Está abrumada por los mensajes que recibe estos días de personas que han pasado por la misma situación y le dan las gracias. “Estoy mostrando mi caso porque creo que es necesario para la sociedad. Y estoy recibiendo mucho apoyo y cariño”, apunta. En este conjunto escultórico efímero ha colaborado la empresa que ha hecho el escaneado digital, EntresD, y la artista urbana Galleta María, que realiza murales y grafitis con mensajes que reivindican la normalización de los cuerpos.

Esta historia de superación y empatía se hará todavía más grande con la organización de una quedada el próximo 18 de marzo, víspera de la cremà del monumento, con pacientes de toda España que se abrazarán y fotografiarán ante el monumento y luego acudirán juntas a la mascletà. “Brava”, “gracias” o “valiente” son algunas de las palabras de ánimo que la gente le envía a Cristina. No sabe qué pasara la noche que vea su imagen pasto de las llamas. “Creo que servirá para deshacerme de esa mochila que cargo desde hace tiempo: todos los tratamientos, los sentimientos negativos que me ha traído el cáncer; y cuando se prenda fuego a la falla, será como soltar esa mochila y quemarla también. Es mi renacer”, afirma esperanzada. La joven no ha decidido todavía si reconstruirá el pecho que le extirparon. “Lo he pasado bastante mal con todas las cirugías que me han hecho; no sé si quiero pasar otra vez por ahí. Ya decidiré”, concluye.

Cristina sigue un tratamiento para evitar que se reproduzca el tumor y que le ha dejado secuelas. “Cuando me dicen ‘te veo estupenda’, pienso genial, funciona, pero por dentro no es real. Estoy bien pero no es sencillo pasar por esta situación”. Sigue adelante con su asociación Cáncer con limón porque le gusta ser el altavoz de tantas mujeres y hombres que han pasado un trago tan duro y, sobre todo, de las personas que ya no están. Las palabras se atoran en su garganta cuando relata que una de las mujeres afectadas de cáncer, que iba a venir a la quedada en Fallas, ha fallecido recientemente y vendrá la hermana en su lugar.

Los ninots se plantarán en la Falla García Lorca, una comisión pequeña del barrio de Malilla en marcha desde el año 1982 y con unos 150 falleros. “Somos una comisión familiar”, explica el vicepresidente Pablo Bañón. Con una mujer joven al frente desde 2019, Laura González, la comisión ha tocado en sus monumentos la igualdad, el bullying, la disforia de género y este último año Chuky nos propuso Pit y aquí estamos, a punto de plantarlo”, añade Bañón, superado también por las reacciones. “Cuando presentaron los bocetos ya nos dimos cuenta de que iba a tener repercusión; estamos abrumados”.

No es la primera vez que la fiesta valenciana trata de visibilizar el cáncer de mama, el más mortal entre las mujeresa pesar de los avances. En 2018, dos centenares de mujeres levantaron en Valencia una falla de casi 17 metros de altura “a tombe”, es decir, de forma manual. La mayoría de ellas estaban afectadas por el cáncer de mama. El objetivo de aquella iniciativa de la Falla Palleter-Erudito Orellana era ser un altavoz de las necesidades en investigación. “Las fallas son Patrimonio de la Humanidad y también una responsabilidad. Es hora de plantearse qué podemos hacer las Fallas por el mundo”, fue el mensaje que lanzaron.

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