El fenómeno Zoo, la banda de Gandia que triunfa en Madrid y Barcelona con su rap en valenciano

El grupo liderado por Panxo cierra su exitosa gira ‘Llepolies’ en el WiZink de Madrid y el Palau Sant Jordi de Barcelona, manteniendo su esencia

El cantante de Zoo, Toni ‘Panxo’ Sánchez, en el puerto de Gandia.Mònica Torres

En el verano de 2014, desde el ordenador de la casa de sus padres en Gandia, Toni Panxo Sánchez colgó en Facebook el videoclip Estiu. Detrás no había un disco, ni siquiera una banda. Había un nombre, Zoo Posse, y muchas ganas. Rap irreverente de letras peleonas en valenciano, con una base electrónica y ritmos variados. “No estem fent merda facilona, ací fem himnes” (No estamos haciendo mierda facilona, aquí hacemos himnos). En aquel momento la red social sufrió un apagón de varios minutos y puede que fuera una premonición de su impacto porque ahora, ocho años después, la canción ...

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En el verano de 2014, desde el ordenador de la casa de sus padres en Gandia, Toni Panxo Sánchez colgó en Facebook el videoclip Estiu. Detrás no había un disco, ni siquiera una banda. Había un nombre, Zoo Posse, y muchas ganas. Rap irreverente de letras peleonas en valenciano, con una base electrónica y ritmos variados. “No estem fent merda facilona, ací fem himnes” (No estamos haciendo mierda facilona, aquí hacemos himnos). En aquel momento la red social sufrió un apagón de varios minutos y puede que fuera una premonición de su impacto porque ahora, ocho años después, la canción lleva más de siete millones de visualizaciones solo en YouTube y en los próximos siete días el grupo juntará a cerca de 25.000 personas entre el WiZink Center de Madrid, donde actúan este sábado ante más de 8.000, y el Palau Sant Jordi de Barcelona, el próximo 10 de diciembre.

En Barcelona montarán el día 10 por última vez el Tobogán que da nombre a una de las canciones más celebradas del exitoso álbum Llepolies y que ya han paseado con llenazos por lugares tan distintos como Valladolid, Sevilla o Bruselas, pero también por Orihuela y Argelita, un pequeño pueblo de Castellón de unas decenas de habitantes en el que se ofrecieron a tocar tras haber cancelado el alcalde de una localidad cercana un concierto de grupos en valenciano por presiones de la ultraderecha.

“Tanto en Argelita como en Orihuela la idea era demostrar que la música en valenciano puede estar en las comarcas castellanohablantes del País Valenciano. Son las dos almas de nuestra ambición. Por un lado, ir a Madrid, plantar la bandera y decir: ‘Estamos aquí’. Pero, por otro, conquistar los espacios que nos ha ganado durante muchos años aquí la derecha con su relato cultural. Queremos demostrar que las lenguas son una riqueza y que pueden convivir”, explica Panxo. En sus tres discos hay canciones y colaboraciones en castellano, un idioma que él tiene como lengua materna. “Es algo que con una derecha tan cerril hay veces que hay que explicarlo, aunque en un sitio normal no haría falta hacerlo”, lamenta.

El enorme salto que ha dado su grupo en este último año lo han completado sin perder su esencia. “En el último disco puede que la carga sea menos directa porque nos apetecía que los mensajes y el lenguaje fueran más rebuscados, más irónicos, pero está. Por poco que nos conozcan, es fácil saber de qué pie cojeamos, dónde estamos, qué defendemos y contra quién estamos”, afirma. Pero no lo deja ahí: “Al final, la verdad también está en cómo te comportas en el día a día. Hay grupos con mucho mensaje que luego no son tan así, nosotros sabemos cómo somos y estamos tranquilos”. “No somos supertalentos ni virtuosos, somos gente normal, pero para aguantarnos el tipo en ganas de trabajar hacen falta arrestos”, advierte.

Zoo, en su concierto en Viñarock 2022. ÚLTIMO PASILLO

En estos meses, Zoo ha ensanchado un camino que trazaron grupos valencianos ahora retirados como Obrint Pas o La Gossa Sorda. “Ellos abrieron la ventana para hacer ver a la gente que podía disfrutar de la música en su lengua. Obrint Pas arrastraba a miles de jóvenes a sus conciertos. Crearon un circuito que ahora está supernormalizado. Eso es muy difícil, lo generaron ellos y tiene mucho mérito”, reconoce.

Camino propio

Desde su inesperada aparición, Zoo ha querido escribir su destino. “Fui yo quien le dio al botón de ‘publicar’ a Estiu porque no había nadie más en el grupo, era yo solo y estaba con un amigo. Al colgarse Facebook estábamos ahí preguntándonos: ‘¿Lo hemos subido?’. Y a los 10 minutos mogollón de peña ya estaba compartiéndolo. A los tres días era una persona diferente. Me saltó algo y me dije: ‘Tienes que ir a por esto y aprovecharlo’. Desde ese día, hasta hoy. Adoptamos una actitud de mucho curro para aprovecharlo porque nos gusta y queremos trabajar de esto pero, si en vez de con 32 años y la cabeza más amueblada, me hubiera pasado con 18, pues igual me encuentran en una cuneta. Siento mucho orgullo por estos ocho años. Ha sido vivir cuatro vidas, un regalo brutal que no me esperaba”, admite.

En esta vibrante carrera ha habido grandes aciertos, como su ya icónica e “intergeneracional” imagen, un mono sin cara, o un parón de un año para preparar este último disco, que en su semana de lanzamiento a finales de marzo de 2021 se coló en el top 10 de ventas que encabezaba C. Tangana dejando atrás a Bad Bunny, Rozalén o Aitana. “El disco es el punto de inflexión y es la culminación a un curro muy grande a nivel de banda. Pero no todo es mérito por trabajar. Tú puedes hacer una cosa con mucho esfuerzo y por lo que sea no sale. Yo había tenido muchos proyectos musicales y había trabajado lo mismo. Hay un cúmulo de circunstancias, unas muy buscadas y otras que llegan”, asume. A ellos, por ejemplo, la retirada de Obrint Pas, La Gossa, Orxata Sound System (de la que era miembro) o Aspencat les dejó libre el camino de la escena en valenciano.

Entre las buscadas destaca crear Zoo Records tras haber consolidado la formación con Raval, un segundo disco tras Tempestes venen del sud que les hizo sufrir por haberse impuesto un calendario. “Pensamos que podíamos hacer nosotros ciertas cosas y lo intentamos. Hay cosas un poco simbólicas, pero si quieres meter el disco en la Fnac necesitas una distribuidora y hemos continuado trabajando con algunas. Lo que hemos hecho es eliminar intermediarios que se llevan comisiones y que en nuestro caso no aportaban un extra. Por cómo ha funcionado la industria, se reproduce un sistema que a mí me parece injusto y quisimos cambiarlo. Luego cada uno que haga lo que quiera o lo que pueda”, apunta.

En su caso, en la canción La dels Beatles (de los que es un declarado admirador) ya da una idea de cuál ha sido el resultado: “Besaran per on xafe el monet” (Besarán por donde pise el monito). “Vengo del rap y me gusta vacilar un poco de vez en cuando. Pero sí, siento mucho orgullo por la faena que hemos hecho, por la que hacemos y por el equipo que tenemos. Orgullo a muerte”, remata.

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