Sumar, amontonar o cada uno por su lado

Con un panorama tan cambiante, no conviene hacer grandes pronósticos y apuestas electorales pero todo apunta a que los próximos comicios autonómicos pueden tener un resultado ciertamente ajustado entre los bloques de derechas e izquierdas una vez descartada, al menos de momento, la vuelta al bipartidismo a pesar de que en teoría socialistas y populares aumentarán los escaños obtenidos en las últimas elecciones pero no lo suficiente para gobernar en solitario. En el flanco derecho, el PP lo tiene más fácil porque aunque finalmente se presente Ciudadanos, todo apunta a que su voto sería muy limi...

Con un panorama tan cambiante, no conviene hacer grandes pronósticos y apuestas electorales pero todo apunta a que los próximos comicios autonómicos pueden tener un resultado ciertamente ajustado entre los bloques de derechas e izquierdas una vez descartada, al menos de momento, la vuelta al bipartidismo a pesar de que en teoría socialistas y populares aumentarán los escaños obtenidos en las últimas elecciones pero no lo suficiente para gobernar en solitario. En el flanco derecho, el PP lo tiene más fácil porque aunque finalmente se presente Ciudadanos, todo apunta a que su voto sería muy limitado y, por tanto, los votos que se “perdieran” al no llegar al límite necesario del cinco por ciento podrían no ser determinantes. Otro escenario muy diferente es el del flanco izquierdo donde empiezan a existir serias dudas sobre si la actual coalición de Unides Podem alcanzaría ese porcentaje ya que en caso de quedarse fuera de les Corts y con un resultado teóricamente tan igualado peligraría muy seriamente la tercera edición de un Consell Botánico.

Así las cosas, en las próximas semanas se intensificará el gran debate pendiente, el saber si es posible unificar a todas la principales fuerzas a la izquierda del PSPV en una única candidatura. No hay nada descartado pero escuchando, en público y privado, a los principales dirigentes de Més Compromís parece que la posibilidad no tiene muchas posibilidades de salir adelante. Con una posición dominante ganada a pulso no parecen dispuestos a aceptar “una sopa de siglas” e incluso hacen llamamientos a incorporaciones puntuales e individuales “para atraer talento”. El resumen más gráfico de esa posición de fuerza la está repitiendo el que con total seguridad será su candidato a la Generalitat, Joan Baldoví, cuando dice que “sumar no es amontonar”. Frente a esa negativa a buscar una amplia coalición se alinean desde la Iniciativa de Mónica Oltra y Aitana Mas, sectores significativos de Podem y, sobre todo, Esquerra Unida cuya líder, Rosa Pérez Garijo, no desfallece en su intento de lograr ese gran acuerdo como la principal garantía para evitar que, ocho años después, vuelva a gobernar la Comunitat Valenciana el Partido Popular, en esta ocasión pactando con la extrema derecha de Vox.

En caso de no alcanzar ese multipacto, Podem y Esquerra Unida deberían intentar reeditar su acuerdo del 2019 pero teniendo en cuenta sus actuales expectativas, realidades y peso real en los planos autonómico y municipal. Sus respectivas direcciones nacionales tendrían un papel decisivo en esa negociación y de hecho Ione Belarra y Alberto Garzón ya han tenido más de una conversación al respecto. Capítulo aparte merece la posición que finalmente adopte Yolanda Díaz. Después de su enorme entusiasmo apoyando a Baldoví cuando anunció su candidatura con el consiguiente enfado entre sus amigos Illueca y Garijo tuvo que matizar, rectificar y disculpar su declaración para volver a su habitual discurso de defender la suma de todos. El problema es que de no darse esa gran coalición cuando llegue la campaña de mayo deberá mojarse para saber a quién respalda de verdad, a qué mítines acudirá en nuestra Comunitat y eso también puede resultar clave para el resultado electoral de cada uno y si es posible mantener una mayoría progresista en el parlamento valenciano.