Cementerios que iluminan vidas

Valencia instalará 7.000 paneles solares en los techos de los nichos en el proyecto urbano y público de huerto fotovoltaico más ambicioso de España

Una vista del cementerio general de Valencia, en una parte del cual se instalarán placas solares en los techos de de las construcciones que albergan los niños.Mònica Torres

Cinco cementerios de Valencia conformarán la próxima primavera la que, tomada en su conjunto, será la planta fotovoltaica pública y urbana más grande de España. Serán siete mil paneles solares instalados en los techos de los edificios de nichos mejor orientados de estos camposantos. Podrán llegar a producir 2,8 MW/hora, una capacidad que superará con creces las necesidades de autoconsumo de estas instalaciones y cuyos ...

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Cinco cementerios de Valencia conformarán la próxima primavera la que, tomada en su conjunto, será la planta fotovoltaica pública y urbana más grande de España. Serán siete mil paneles solares instalados en los techos de los edificios de nichos mejor orientados de estos camposantos. Podrán llegar a producir 2,8 MW/hora, una capacidad que superará con creces las necesidades de autoconsumo de estas instalaciones y cuyos amplios excedentes se prevé que bajen la factura de comunidades energéticas locales de los barrios cercanos y también de familias en riesgo de pobreza energética de estas zonas de la ciudad.

Bautizado como RIP (Rest in Power), el proyecto nace en parte por la confluencia de concejalías explica Alejandro Ramón, regidor responsable de los cementerios. “Como soy también concejal de Emergencia Climática, siempre vas buscando espacios donde instalar placas y un día me di cuenta de que teníamos mucha cubierta disponible en los cementerios. Lo propusimos a los técnicos y nos dijeron que era viable, que no deja de ser un tejado con tejas”, recuerda.

No será el primer cementerio en el que se instalen paneles, una idea que inauguró Santa Coloma en 2008 y que han seguido Málaga o Barcelona, pero será con diferencia el proyecto más ambicioso hasta ahora en cuanto a extensión y espera ser también el que más beneficie directamente a la factura de la luz de particulares.

“Es el lugar ideal porque como instalación apenas tiene gasto pero sí mucha superficie para instalar. Eso y la envergadura del proyecto hace que vaya a haber muchos excedentes, a diferencia de lo que puede pasar en un polideportivo en el que con sus techos no se cubrirían totalmente las necesidades de la instalación. La idea es que esa energía la pueda disfrutar la ciudadanía y estamos buscando el modelo. Se pueden crear comunidades energéticas o trabajar con familias en riesgo de pobreza”, avanza el concejal, de Compromís

Desde la Fundació València Clima i Energia apuntan que el promedio de la producción conjunta de la planta será equivalente a las necesidades medias de 924 viviendas pero que en los momentos de máxima producción llegará hasta la que cubriría el gasto de dos mil.

Las ventajas de la ciudad

Salvador Seguí, profesor de la UPV y director académico del curso de posgrado de energía solar fotovoltaica, destaca tres aspectos de este tipo de proyectos. “Por un lado, en la fotovoltaica las horas de generación coincide con los picos de consumo, así que esa energía se va a gastar. Además, al estar en un entorno urbano si no la gastas tú, la gasta el vecino y produciendo donde se consume evitas el transporte de la energía y las pérdidas que supone, que según los últimos informes en la UE están entre un 6 y un 10%”, subraya este experto.

Además, apunta, en entornos urbanos no hay “impacto” visual con este tipo de instalaciones. Algunos proyectos en el ámbito rural sí que han generado polémica en este sentido al cargar sus habitantes con las desventajas de proyectos que no necesitan y cuya energía acaba en las ciudades.

“La idea es buena primero porque se puede dar servicio a esos mismos edificios y a vecinos que vivan cerca pero también porque hace que la gente vea estas instalaciones y se anime a ponerlas”, explica. Países como Australia, Alemania o Inglaterra, con peores condiciones para este tipo de instalación, tienen muchos más paneles instalados en los techos de las viviendas, algo que achaca a una mayor concienciación. Ahora, la nueva legislación, las ayudas para la instalación y el alza de las facturas puede ayudar a que España se acerque a ellos.

El calendario

Este próximo 22 de septiembre, tras una ampliación de última hora por un problema burocrático, acabará el plazo para que las empresas opten a esta adjudicación de 3,36 millones de València, dividida en cinco lotes a los que pueden optar por separado o de forma global. Se da por seguro que habrá empresas interesadas y que el proyecto se pondrá en marcha.

La idea es que la adjudicación se realice en noviembre y que se empiece la instalación antes de final de año para que en primavera de 2023 ya esté en funcionamiento, al menos parcialmente. El Ayuntamiento calcula que en un periodo de entre cuatro y siete años la inversión estará amortizada y que la vida útil, en cambio, superará los 25 años.

Con la Iglesia no hemos topado

Al ser los cementerios propiedad municipal, no hacía falta permiso del Arzobispado pero la Iglesia ha secundado desde el primer momento un proyecto que tiene un punto especialmente sensible en que se garantice la estanqueidad de las cubiertas para que no haya filtraciones a los nichos. La solución, cuentan, no ha sido complicada técnicamente. Un sistema de rieles anclados directamente al forjado y un sistema de juntas que, por presión, sellan el posible camino del agua entre las tejas y la nueva estructura, explican.

Colegios, plazas y viviendas y otros techos

La de los cementerios es la planta más grande que impulsa el consistorio valenciano pero no la única acción de este tipo. Esta misma semana, por ejemplo, ha presentado las nueve pérgolas fotovoltaicas que ha instalado en el colegio público Santiago Grisolía con el doble objetivo de abastecer al centro de parte de la energía que necesita (se espera que cubran hasta el 68% de la demanda) y también de establecer nuevas sombras en el patio. Ya se preparan otrs. También ha instalado este tipo de pérgolas en alguna de las plazas que acaba de reformar, como la del Mercat Central. Además, el Ayuntamiento ha cedido el techo del centro cívico de la pedanía Castellar-L’Oliveral a una comunidad energética local de reciente creación y colabora en la que se ha creado en el colegio Ballester Fandos y que cederá la energía que genere a algunas familias del barrio en el que se encuentra.
En la misma línea la Generalitat ha lanzado el programa #ZERO, energía de proximidad para instalar placas solares en 114 institutos para reducir su factura y ceder la energía sobrante a familias vulnerables de su entorno. Por último, el Ayuntamiento ha establecido una bonificación del 50% en el IBI para cinco años para quien instale estos paneles en su casa.



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