El ruidoso cierre del Palau de la Música de Valencia: su reforma tardará más que su construcción

El auditorio, uno de los mejores de España, se cerró al público en 2019 al caer parte de la concha acústica y no se reabrirá hasta 2023. El Ayuntamiento atribuye las demoras en las obras a una ley muy garantista; melómanos y músicos opinan que es falta de interés

Panorámica del Palau de la Música.Mònica Torres

Su acústica ha sido ponderada por algunas de las batutas más prestigiosas del mundo, como Zubin Mehta o Riccardo Muti. Su programación de alto nivel ha incluido la actuación de las mejores orquestas sinfónicas del mundo con entradas a un precio muy competitivo. Por todo ello, el Palau de la Música de Valencia desde que se inauguró en 1988 ha contado con un público muy fiel, no solo de la ciudad. Ahora, sin embargo, esa fidelidad se está resquebrajando.

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Su acústica ha sido ponderada por algunas de las batutas más prestigiosas del mundo, como Zubin Mehta o Riccardo Muti. Su programación de alto nivel ha incluido la actuación de las mejores orquestas sinfónicas del mundo con entradas a un precio muy competitivo. Por todo ello, el Palau de la Música de Valencia desde que se inauguró en 1988 ha contado con un público muy fiel, no solo de la ciudad. Ahora, sin embargo, esa fidelidad se está resquebrajando.

Las salas del auditorio municipal están cerradas desde junio de 2019, cuando se desprendió una parte de la concha acústica, y, como mínimo, no se volverán a abrir hasta bien entrado 2023. Las obras de reforma aún no han empezado, de modo que una de las infraestructuras culturales más importantes de la ciudad, sede de la Orquesta de Valencia y diseñada por el mismo arquitecto que el Auditorio Nacional, José María García de Paredes, permanecerá al menos cuatro años en silencio, más tiempo del que tardó en construirse.

Este silencio es muy ruidoso a tenor de las numerosas críticas vertidas por los músicos, los melómanos abonados y los partidos de la oposición contra la gestión del Ayuntamiento, gobernado por Compromís y el PSPV-PSOE. La falta de interés y voluntad política por arreglar el problema con rapidez es el motivo al que muchos achacan la demora. Miguel Ángel Balaguer, músico de la orquesta y miembro del comité de empresa, sostiene que si la cultura fuera una prioridad se habría acometido con mayor celeridad. Pone ejemplos recientes como el Bozar de Bruselas, que sufrió un aparatoso incendio el pasado año y en unos pocos meses ya acogía actuaciones musicales.

La sala principal del Palau de la Música de Valencia, José Iturbi, con un aforo de 1.781 butacas.

Varios abonados también muestran su incomprensión y enojo por la situación. Uno de ellos, que prefiere mantener el anonimato, apunta que en su familia han pasado de tres abonos anuales a uno. “¿Cómo es posible que la Administración sea tan lenta e inoperante?”, se pregunta. “Es una vergüenza que se haya tardado cerca de tres años en adjudicar la obra y que aún estemos sin fecha prevista para el inicio y finalización de la misma”, afirma Julia Climent, concejal del PP. El concurso está a la espera de la posible presentación de un tercer recurso que volvería a retrasar el proceso, esta vez contra la adjudicación provisional a la empresa ganadora para la ejecución de las obras (Bertolín en una UTE con Becsa), que prevé un plazo de 15 meses para concluirlas.

La regidora de Patrimonio y Recursos Culturales, Gloria Tello, y la de Gestión de Recursos, Luisa Notario, ambas de Compromís, explican que se decidió realizar una intervención integral, ambiciosa, con un presupuesto de casi 12,7 millones de euros (que en la adjudicación se ha reducido a 10,5) y atribuyen los retrasos a los dos recursos presentados en el proceso de redacción del proyecto, licitación y adjudicación, amparados por una ley de contratos del Estado de 2017 que consideran muy garantista, y a la suspensión de los plazos administrativos durante el estado de alarma. Añaden que la orquesta no ha dejado de ensayar y actuar en varios espacios alternativos de la ciudad, como en la sala sinfónica de la vecina ópera del Palau de les Arts.

Sala Rodrigo del Palau de la Música (con 417 butacas), en la que se desprendió una parte del panel acústico.

Tello, presidenta del Palau de la Música, indica que el desprendimiento de madrugada de un panel acústico sobre las butacas de la sala Rodrigo (417 butacas) se produjo porque los conductos de la climatización discurren justo por encima de la concha acústica y cuando se condensa el agua por los cambios de temperatura esta cae sobre la madera, que se va deteriorando, según el informe de los bomberos. “Por prevención, cerramos las dos salas (la principal tiene 1.781 butacas), y optamos por cambiar la instalación para poner la climatización por el suelo, además de otras medidas, como reducir el consumo energético, que es muy elevado”, añade.

El Auditorio Nacional de Música de Madrid es gemelo del Palau de la Música, pero con más aforo. Inaugurado por las mismas fechas que el de Valencia, nunca han tenido ese problema, señala a este periódico su gerente, Pedro López. El Auditorio Manuel de Falla de Granada, más antiguo y también obra de García de Paredes, se cerró dos años, entre 2008 y 2010, para una reforma de 4,1 millones de euros a raíz de la detección de humedades. Se instaló la climatización por el suelo. El Palau de la Música de Valencia fue ampliado en 2002 con un presupuesto de 4,7 millones, pero apenas se tocaron sus dos salas principales.

Tello culpa a la burocracia de las demoras en Valencia. “Venimos de años de corrupción del PP y la tramitación administrativa ahora es muy rígida y lenta”, apunta. Sugiere que tal vez se debería pagar una cantidad, una fianza, para presentar recursos a concursos públicos. “Ahora no tiene ningún coste impugnar” al Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (el TACRC, dependiente del ministerio de Hacienda), y los procesos se ralentizan, señala. Los dos recursos presentados hasta el momento, por el Colegio de Arquitectos de Valencia y por una UTE de arquitectos e ingenieros, a los concursos de la redacción del proyecto arquitectónico del Palau y al proyecto de obras, respectivamente, fueron desestimados por el TACRC.

Rehabilitación

Más de ocho meses se han perdido en esos recursos y por la declaración del estado de alarma, estima Luisa Notario, responsable municipal de la tramitación de las obras. “Este procedimiento se ha hecho por urgencia y lo más rápido posible. No es la rehabilitación de dos techos, sino una rehabilitación integral, completa. Y la Ley de Contratos del Sector Público [del 2017] es muy garantista, tanto que estas paralizaciones son habituales en concursos tan emblemáticos como los de residuos o jardinería”, asegura.

Frente a las críticas, la concejal incide en que el alcalde, Joan Ribó, también de Compromís, ha dado prioridad a la reforma del Palau, si bien entiende el malestar por su “llamativo” cierre. Algunos abonados sugieren que con Rita Barberá en la alcaldía de Valencia (cargo que desempeñó durante 24 años la expolítica del PP, fallecida en 2016) se habría solucionado mucho antes el problema. “Ni antes existía la actual ley de contratos, ni el PP lo haría ahora más rápido sin saltarse la ley”, afirma Notario.

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