Liderar para adentro o para afuera
El ‘president’ defiende su presencia en México durante la crisis y dice: “Y no saco pecho”
“Empiece a liderar”, le dice al president la jefa de Junts per Catalunya, Mònica Sales. “Lidere”, le insiste Josep Maria Jové, portavoz de Esquerra. Se refieren a la ausencia de Salvador Illa toda esta semana, en la que ha estallado con estrépito la epidemia ...
“Empiece a liderar”, le dice al president la jefa de Junts per Catalunya, Mònica Sales. “Lidere”, le insiste Josep Maria Jové, portavoz de Esquerra. Se refieren a la ausencia de Salvador Illa toda esta semana, en la que ha estallado con estrépito la epidemia de peste porcina africana que pone en peligro uno de los sectores más importantes de la economía catalana (quizá demasiado importante, a decir de otro portavoz, Dani Cornellà, de la CUP, que se queja del monocultivo del cerdo en algunas comarcas). Y el presidente de la Generalitat responde plantando cara y con un contundente “no he cometido ningún error en este tema”. Curiosamente, luego añade: “Y no saco pecho”.
¿Cómo será cuándo lo saque? Illa ha estado varios días en México encabezando la delegación de Barcelona invitada a la feria internacional del libro de Guadalajara, una de las más importantes del mundo. Su viaje ha coincidido con la crisis de los jabalíes enfermos, que él ha seguido a distancia. Y en esta sesión de control de viernes, desplazada de día y hora precisamente por su viaje mexicano, ha insistido en no menos de cuatro veces en que tanto él como el Govern han actuado como corresponde desde el minuto uno.
En un momento de sus respuestas a la oposición, Illa ha lanzado una pregunta clave: “¿qué país queremos? ¿Un país en el que su presidente acompañe a la capital catalana cuando es la invitada a la Feria Internacional del Libro?” El asunto tiene más enjundia de la que aparenta. Se puede liderar hacia adentro o hacia afuera. O, cuando menos, priorizar la proyección exterior, o la gestión de lo interior. Querer pasar a la historia como el líder de un territorio de referencia —con unos Juegos Olímpicos, pongamos por caso, o vendiendo la imagen de una región europea decisiva— o como el que afrontó una crisis interna con oficio.
En condiciones normales, es posible sortear el dilema combinando ambas gestiones. Pero cuando se produce un choque de intereses, entra en juego la prioridad. Lo curioso del caso es que, en este momento, sea precisamente un presidente no nacionalista quien es criticado por haber mantenido una agenda de promoción exterior de Cataluña. Parece que estemos con los papeles intercambiados. ¿Qué habría hecho un presidente indepe en estas circunstancias? ¿Y qué habría dicho el PSC si ese presidente hubiera mantenido su agenda en el extranjero?
Dicho esto, lo cierto es que la oposición no ha entrado tampoco demasiado a degüello. Algunos grupos ni siquiera han abordado el tema. Ni el PP, que ha planteado una pregunta sobre el dirigente del PSOE acusado de acoso sexual que parecía dictada desde la calle Génova, ni Vox o Aliança Catalana, que no han encontrado el pretexto para vincular la peste porcina a la inmigración, al menos de momento. Tal vez porque era viernes por la tarde, y a las puertas del puente de la Purísima. Ojalá no tengan otra oportunidad, porque significará que la crisis se habrá superado con rapidez.