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La comisaría de Les Borges Blanques (Lleida), convertida en almacén insalubre de marihuana

“Nosotros no somos jardineros”, dice el sindicato de mossos SAP-SME-FEPOL

La comisaría de los Mossos d’Esquadra de les Borges Blanques acumula desde el pasado viernes unas 2.300 plantas de marihuana, con un peso estimado de entre los 5.000 y 6.000 kilos, amontonadas en el exterior del complejo policial. La situación, que genera fuertes olores y problemas de higiene, ha sido calificada de “lamentable y esperpéntica” por los sindicatos de los Mossos, que denuncian “un desbarajuste” en protocolos y recursos para gestionar la avalancha de incautaciones de esta droga en Cataluña.

Según ha explicado la portavoz del sindicato SAP-SME-FEPOL, Imma Viudes, los agentes se ven obligados a actuar como “jardineros improvisados” cada vez que se desmantela una plantación. “Sin guantes, sin mascarillas ni equipo de protección, con el uniforme y unas tijeras, tienen que cortar las plantas, cargarlas y llevarlas a comisaría. No tenemos vehículos adecuados ni contenedores suficientes”, lamenta. La Región Policial de Ponent tiene asignada una empresa de Terrassa dedicada a la jardinería especializada en cortar las plantas intervenidas y transportarlas hasta la comisaría, pero a veces, “en la práctica, los agentes tardan menos haciéndolo ellos mismos que esperando a las empresas de jardinería”, señalan fuentes sindicales. De ahí que se vean “imágenes de mossos cortando las plantas y transportándolas en los vehículos policiales”, añade esta fuente. Y es el caso de las 2.300 plantas decomisadas el jueves pasado en una zona boscosa de Fulleda, que acabaron en la comisaría de la capital de Les Garrigues. Y ya hace siete días que se amontonan en su exterior.

Contenedor saturado

La comissaria dispone de un contenedor específico para almacenar la droga hasta que la autoridad judicial autoriza su destrucción. Pero este, asegura Viudes, ya está lleno de otras operaciones recientes que tampoco se han podido eliminar. Ante eso, los agentes no tienen otra opción que dejar la marihuana apilada en el exterior de la comisaría, al aire libre y sin medidas de seguridad. “Esto supone un riesgo para la salud de los agentes y de los vecinos que entra a poner denuncias. Se acumulan hongos, insectos y malos olores. Además, la imagen que damos es deplorable”, denuncia el sindicato.

Las plantas de marihuana intervenidas no se pueden quemar o destruir hasta que el juzgado correspondiente dé la orden. Según el sindicato, el procedimiento es demasiado lento y obsoleto ante el incremento exponencial de plantaciones. “Lo que pedimos es que se pueda conservar solo una muestra representativa, documentada con fotografías y vídeos, y destruir el resto de manera inmediata. El sistema actual está absolutamente desbordado”, subraya Viudes.

Problema estructural

La situación de Les Borges Blanques no es un caso aislado. Según el sindicato, otras comisarías del territorio, como las de la zona de Tarragona, también han sufrido problemas similares de acumulación de droga. La cantidad de plantas de marihuana incautadas en el último año o en los últimos meses en toda Cataluña “hace inviable la gestión con los protocolos actuales”.

Aunque la marihuana acumulada pierde valor comercial, el sindicato alerta de que la situación puede generar problemas de seguridad. “Hoy en día no tiene interés para el mercado, pero el simple hecho de tener montones de droga a la vista en dependencias policiales es un contrasentido y una vulnerabilidad”, apuntan. “Hace siete años no había la avalancha de incautaciones que hay ahora. Cataluña es un punto estratégico del cultivo y distribución de marihuana en Europa y nos vemos desbordados. No tenemos herramientas ni formación para gestionarlo. Nosotros no somos jardineros”, concluye Viudes.

El sindicato SAP-SME-FEPOL reclama al Departamento de Interior y a la autoridad judicial que revisen con urgencia los protocolos para adaptarlos al escenario actual.

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