El suicidio de una pareja de propietarios provoca el cierre de 10 bares y restaurantes de El Port de la Selva (Girona)
Un centenar de empleados se ha quedado sin trabajo a media temporada turística
Ocho populares restaurantes y bares en primera línea de mar en El Port de la Selva, una pequeña localidad de poco más de mil habitantes del norte de la Costa Brava (Girona) que en agosto multiplica su población por diez, han tenido que cerrar porque este verano se ha suicidado la pareja que los regentaba. Este caso, que ha afectado a más del 22% de la oferta gastronómica de la localidad, ha causado conmoción entre los vecinos y también grandes pérdidas económicas a más de una quincena de ellos, que habían invertido en la sociedad.
Los negocios han tenido que cerrar en plena temporada alta y esta circunstancia ha dejado a un centenar de empleados en la calle, entre ellos una decena de contratados fijos, vecinos del pueblo. En junio se suicidó la mujer del propietario, mientras que él lo intentó a finales de julio, resultó herido, y acabó muriendo el día 20 de agosto. Los Mossos abrieron un atestado por el suicidio de la mujer y no se investiga la muerte del marido.
Tras décadas veraneando en el Port de la Selva, y con una buena cartera de amigos y conocidos en el pueblo, José Andrés Bel, conocido como “Pepito”, se propuso regentar el negocio de uno de los vecinos que se jubilaba, Ca l’Herminda. Fue el primero de los restaurantes de los que se hizo cargo. A este le siguieron el conocido Cafè de la Marina, conocido por ser escenario y dar nombre a una de las obras de Josep Maria de Sagarra. Le siguieron La Brisa, Ca la Maria (antes España), el Xiri, La Bámbola, Ave María y Can Rubiés, todos ellos alquilados. También regentaba el Xiri de Gifreu, en Llançà y el Restaurante Brascó en Selva de Mar, en este caso el único que tenía su pareja en propiedad. En este caso, además del restaurante, las instalaciones cuentan con piscina, pista de pádel, de tenis e incluso un gimnasio.
La buena reputación de Bel en los negocios —había sido director general de la cadena de calzado Castañer y de la compañía de bolsos y accesorios Misako, y director operativo de Stradivarius— hizo que al menos una veintena de personas confiaran en él y participaran en mayor o menor grado en sus negocios. Según fuentes cercanas al caso “se reventaron precios”. “Si los alquileres estaban en 2.000 o 3.000 euros, él los doblaba; para ganar el concurso de los chiringuitos municipales, si lo normal era ofrecer unos 12.000 euros, él pasaba de los 40.000”. Había muchos propietarios contentos por el alquiler que les pagaba y durante un tiempo funcionaron los negocios, que mantenía abiertos incluso en invierno. Hace unos dos años algunos de sus inversores sospecharon que los negocios no iban tan bien como parecía y cortaron con él los vínculos profesionales.
El segundo teniente de alcalde y edil de Hacienda y Seguridad, Roger Pinart, asegura que la noticia del cierre de todos estos establecimientos “ha sido dura”, especialmente “por las trágicas circunstancias que les han rodeado”. El 16 de mayo murió el perro del empresario, que le acompañaba a todas partes. El 16 de junio se suicidó su mujer y el 29 de julio lo intentó él. Sin embargo, le trasladaron hasta el Hospital Trueta de Girona, donde finalmente falleció el pasado 20 de agosto.
Desde el Ayuntamiento “están preocupados”, pero se han puesto del lado de los trabajadores y de los propietarios de los locales para buscar soluciones. Pinart también ha agradecido el esfuerzo hecho por los trabajadores de todos los locales afectados que, sin nadie al frente y con dudas de cobrar su nómina, “han tenido los negocios en marcha hasta que ya no fue posible”. Cerraron el 25 de agosto, todavía en plena temporada alta. Desde el Consistorio también se está en contacto con los propietarios que habían alquilado sus negocios a Bel y con quien tiene el 51% de acciones de la sociedad Corball del Port, que gestionaba los locales. Pertenece ahora a TQ-MR Family II SL, una empresa de Girona que se encarga de la compraventa de propiedades y la explotación de inmuebles y con un único socio y administrador. También cuenta con otra empresa de financiación alternativa a la bancaria.
Según el teniente de alcalde, entre esta semana y la que viene el Ayuntamiento se reunirá con el administrador para que informe de sus intenciones, que explique si seguirá con los negocios o si los cerrará. Luego se deberá ver si estos negocios vuelven a sus propietarios y si estos los vuelven a alquilar. Confían que todo se pueda resolver “antes de la próxima temporada”. Según las primeras conversaciones, el nuevo propietario estaría dispuesto a reabrir algunos de los negocios.
Pinart ha hecho un llamamiento a la calma y ha pedido que no se especule sobre las muertes, teniendo en cuenta que los Mossos d’Esquadra no tienen abierta ninguna investigación. El edil también ha confirmado que desde hace días son varios los camiones que han empezado a llegar al Port de la Selva para retirar sillas, mesas, tiradores de cerveza y otro material de los locales cerrados que acumulan deudas.
Las personas con pensamientos suicidas y sus allegados pueden buscar ayuda llamando al 024, una línea de atención del Ministerio de Sanidad.