“La pobreza infantil impacta durante toda la vida de quien la ha sufrido”
Marc Simón, subdirector de Fundació La Caixa, reivindica políticas a largo plazo y trabajo colaborativo de las entidades sociales
“La pobreza infantil impacta durante toda la vida de quien la ha sufrido”. Ésta ha sido una de las advertencias que ha hecho Marc Simón, subdirector de Fundació La Caixa, en su documentada descripción del impacto que tiene en el menor vivir en una situación de pobreza. Una intervención que ha hecho en el foro social que organiza la Fundació Pere Tarrés con la colaboración de El País.
Simón ha enumerado una serie de penosas estadísticas porque, como paso previo, “hay que reconocer la situación para actuar” y hacerlo correctamente. Uno de cada tres menores está en riesgo de pobreza en Cataluña. Ha explicado como algunos factores incrementan el riesgo de pobreza infantil como los hogares monoparentales, principalmente en el caso de la mujer, de recién llegados o de familias numerosas. Un factor adicional, entre otros, “es la transmisión generacional de la pobreza. Una herencia lamentable. El 60% de niños cuyo abuelo padeció pobreza está en idéntica situación”. El bajo nivel cultural es otro dato que, luego, repercute en una situación laboral poco cualificada. “La pobreza se hereda y cada vez es más difícil salir de ella”. “La pobreza infantil también aminora la esperanza de vida entre 10 y 15 años” y merma la salud (hay un 12% más de enfermedades mentales que en la población en general)
El programa de la fundación de La Caixa se basa, ha explicado, en el propósito de crear red de entidades, de Mesas de la Infancia, donde trabajen coordinadas con una visión integral, interdisciplinaria, con atención al núcleo familiar, aprovechando su conocimiento del territorio donde radican.
Desde su fundación, La Caixa había tenido como objetivo prioritario la protección a las personas mayores, los problemas de la vejez. “Es en 1999 cuando La Caixa decide ampliar sus programas sociales trabajando muy de cerca con las entidades sociales. Unos programas que son anticíclicos y que no ven disminuir sus recursos en los años de crisis económicas. La fundación ha incrementado sus recursos. Si en 2008 destinaba 500 millones de euros, en 2024 se acerca a los 600 millones de euros”. Fue en 2007 cuando se crea el programa CaixaProinfancia, que actualmente atiende a más de 20.000 menores en Cataluña. Esta tarea conjunta con las entidades ha conseguido, por ejemplo, que el año pasado un 83,9% de los menores en situación de pobreza hayan acabado la ESO, que haya descendido el abandono escolar y, muy destacado por Simón, que haya crecido la implicación de las familias en el progreso escolar de los hijos lo que mejora sus expectativas de futuro. “Sin acompañamiento es difícil que las familias puedan solucionar sus problemas”.
Simón ha reclamado un esfuerzo comunitario para aportar mejoras en una cartera público/privada de servicios. Una colaboración necesaria porque, siguiendo su reflexión, “el problema nos desborda a todos”. Un factor añadido es el incremento de la velocidad de los cambios sociales “que hace más vulnerables a las personas con menos recursos”. “Por todo ello, se necesitan programas persistentes, tiempo y estabilidad”. “Hay que crear un ecosistema de intervención que agrupe a todos los sectores”
En su charla, Simón ha mencionado mucho a las entidades sociales y mucho menos a las administraciones. Ha admitido que tienen un reto difícil porque han de llegar a toda la población con un déficit de recursos. “Es preciso que, aunque cambien los gobiernos, se puedan fijar políticas a largo plazo, que duren. Por otra parte, si hay dificultades presupuestarias ello también impacta en el tercer sector”. En una sociedad del bienestar, ha concluido, cada uno aporta lo que puede para beneficiar al entorno y generar esperanza.