Salvador Illa vuelve a la misa y el desfile de La Mercè después de años de ausencia del presidente de la Generalitat

Los nuevos tiempos políticos en Cataluña se han visualizado también en el último día de la fiesta mayor de Barcelona, La Mercè. Hacía seis años que el president de la Generalitat no acudía a la misa de la patrona, y este martes Salvador Illa ha acompañado al alcalde Jaume Collboni. Tampoco se ha querido perder el president del Parlament, Josep Rull. Los tres han encabezado el desfile de autoridades que recorre las estrechas calles de Ciutat Vella entre la basílica y el Ayuntamiento. En la homilía, el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, había pedido “unidad”.

Como es habitual en los últimos años, en el oficio religioso han participado concejales de todos los partidos salvo los de los comunes y ERC. La ex alcaldesa Ada Colau, que no acudió nunca a la misa en sus ocho años en el cargo, está de viaje fuera de la ciudad. En cambio se han sumado el delegado del Gobierno en Cataluña, Carlos Prieto, y el consejero de Justicia, Ramon Espadaler. A la salida de la ceremonia una docena de activistas por la vivienda han clamado contra los desahucios y especialmente sobre el que está previsto en la cale de Burgos de la ciudad. Un caso en el que acusan al PSC, el partido del Gobierno, de instar. Las autoridades seguirán la diada castellera desde el balcón del consistorio.

Después de años con graves incidentes nocturnos, el concejal de Cultura, Xavier Marcé, ha calificado los cuatros días de “fiesta espectacular, con un comportamiento cívico, como todos esperamos que transcurran”. “No ha habido ningún incidente remarcable, ha habido aglomeraciones, robos de teléfonos, seguro, personas que habían bebido más de la cuenta, pero nada fuera de lo habitual en una fiesta tan masiva”, ha celebrado tras noches de controles policiales para evitar la presencia de armas blancas.

Incluso la lluvia, que ha caído de forma intermitente y a ratos fuerte, no ha obligado a suspender ningún acto de los más de 700 espectáculos y conciertos. En algún caso, se ha cambiado el escenario de lugar. A falta del piromusical donde esta noche Rosalía estrenará una canción, el concejal ha cifrado los asistentes a la fiesta en más de un millón de personas. “Ha sido una sorpresa, no se me ocurre una mejor manera de acabar la fiesta”, ha aplaudido Marcé a la cantante, que este año ha elegido la música del espectáculo final.

Inicio del curso político en el Ayuntamiento

La Mercè marca también el inicio del curso político y el cierre de la fiesta llega antes del debate sobre el estado de la ciudad, el próximo viernes. La mayoría de grupos de la oposición han recordado al alcalde que gobierna en minoría. Junts (que ganó las elecciones) ha asegurado, por boca del presidente del grupo municipal, Jordi Martí, que no le “temblarán las piernas a la hora de hacer oposición y defender a los barceloneses ante sus principales preocupaciones, que son la seguridad y el acceso a la vivienda”.

Desde los comunes, la que será la presidenta del grupo, Janet Sanz, cuando en octubre se marche Ada Colau ha lamentado la “deriva elitista” de las políticas del alcalde y ha prometido “trabajar para darles la vuelta”. Sanz ha recordado que las líneas rojas de su partido para apoyar los presupuestos serán la regulación del alquiler de temporada con instrumentos municipales, el decrecimiento turístico y la congelación del transporte público.

Sobre presupuestos, por parte de ERC, Elisenda Alamany, ha comentado (dos días después de conocerse que Oriol Junqueras la propone como secretaria general del partido en vísperas al congreso de noviembre), que no ha habido negociaciones formales con Collboni y que cualquier decisión sobre una eventual entrada en el Gobierno se tomará pasado el congreso.

El PP ha pedido al alcalde que “hable de todo con todos”, después de que Collboni cuente por ahora con los partidos de izquierdas para aprobar el presupuesto. Y Vox ha aplaudido que el ejecutivo municipal haya abordado cuestiones de seguridad como las armas blancas.

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