Los “juicios rápidos” se celebran con una demora de hasta dos años en Barcelona

La jueza decana, Cristina Ferrando, alerta sobre la incapacidad de los juzgados para dar respuesta a la pequeña delincuencia por el aumento de asuntos

Una magistrada, en la sala destinada a las ruedas de reconocimiento en la Ciudad de la Justicia.GIANLUCA BATTISTA

La justicia es lenta en muchas de sus facetas, pero a veces es desesperadamente lenta. Ocurre, de forma paradójica, con los llamados “juicios rápidos”, pensados para celebrarse con la máxima celeridad pero que, en la práctica, se demoran por la acumulación de asuntos. Es el caso de Barcelona, donde esos juicios —que según la ley deberían fijarse en un máximo de 15 días— se están señalando ya para 2026. “Tenemos un tsunami”, ha alertado la jueza decana de Barcelona, Cristina Ferrando, que ha reclamado la creación de “nuevos órganos con urgencia” para agilizar la respuesta judicial a esos casos.

En rueda de prensa para presentar la memoria anual de los juzgados, Ferrando ha alertado de que en 2023 se recibieron “20.000 asuntos más” que el año anterior, que es la causa directa del incremento de tiempos para celebrar juicios. “Cada año es un volumen superior al anterior. Vamos haciendo lo que se puede”, ha lamentado la magistrada decana, que ha asegurado que los planes de refuerzo que se han implementado son parches. La capital catalana precisaría “60 nuevas unidades judiciales para tener una buena respuesta”, ha dicho.

Ferrando sabe que ahora mismo es una ensoñación y que debe estar a planteamientos “realistas”. La decana se conformaría, por ahora, con seis juzgados que sería necesario ampliar: dos penales, uno de ejecutorias (los que se encargan de que se ejecuten efectivamente las sentencias), dos de primera instancia, uno de lo social y uno de concursal.

La multirreincidencia es uno de los asuntos que preocupa a la jueza decana. La última reforma legal “dificulta que haya un juicio rápido”, ya que precisa de una investigación previa para tener en cuenta antecedentes penales y analizar el valor de los objetos robados. En función de esa cifra se determina si puede celebrarse un juicio rápido por un delito leve o bien un juicio ordinario por un delito de los llamados “menos graves”. La magistrada ha propuesto que se cree un servicio de apoyo a los juzgados para tramitar los asuntos.

Cada día se celebran en Barcelona una media de 48 juicios por delitos leves. En los juzgados de lo penal, ha afirmado que hay cuatro jueces de apoyo, que dictan “más de 2.000 sentencias de juicio rápido al año”, pero ha lamentado que el incremento de asuntos de este año ha sido absorbido por esos cuatro jueces y sigue habiendo una tendencia previa de retrasos. La jueza decana ha sostenido que los juzgados de primera instancia de Barcelona reciben “un volumen de ingreso muy superior al que puede ser asumido de manera racional”, y ha añadido que se necesitaría crear 23 nuevos juzgados para resolver los asuntos que les llegan en un tiempo razonable. Ha explicado que se han implementado medias de apoyo como la incorporación de 5 jueces de refuerzo a los 50 juzgados de primera instancia, pero ha insistido en que es “insuficiente”.

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