ERC y PSC defienden su pacto presupuestario en la Generalitat ante la lluvia de ataques del resto de la oposición

La sesión de control del Parlamento catalán, este miércoles, ha hecho patente el enroque en las negociaciones de los Presupuestos de la Generalitat para este año. Esquerra Republicana (ERC) y el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) han mostrado sintonía, defendiendo el acuerdo en las cuentas al que llegaron la semana pasada de los ataques del resto de grupos de la oposición. En Comú Podem, la formación con la que el Govern y el primer grupo de la oposición esperaban acordar los Presupuestos, sigue sin dar señales de querer ceder en lo que se ha convertido el nudo gordiano de las negociaciones: el macroproyecto de Hard Rock en Salou (Tarragona). En ERC siguen aferrándose a la necesidad de tener los Presupuestos aún aceptando, por presión del PSC, un proyecto por el que insisten en no tener ningún tipo de interés.

El día después de presentar una enmienda a la totalidad de los Presupuestos, en Comú Podem ha instado al Govern a un cambio de rumbo. “Hay tiempo, rectifiquen”, ha pedido su líder, Jéssica Albiach, tras asegurar que el proyecto del megacasino y centro de convenciones promovido por Hard Rock “es nefasto” para la salud mental al fomentar la ludopatía, “trincha el territorio” y “perpetúa un modelo propio del desarrollismo”. Desde las filas de la CUP, la diputada Mar Ampordanès ha criticado a los republicanos por escoger “el camino fácil” del pacto con los socialistas y también solicitar que no se dé luz verde al proyecto.

Aragonès le ha replicado: “Me está pidiendo una cosa que si la acepto habrá un grupo que se retirará y por tanto perderemos los Presupuestos”. El president intentaba así dejar claro que no hay una mayoría alternativa en el la Cámara que permitiera deshacer el acuerdo que hace una década votaron PSC, Convergència y el PP. La licencia para los casinos, cuyo incumplimiento implicaría pagar indemnizaciones, fue otorgada por la vicepresidencia económica que entonces presidía Oriol Junqueras.

ERC y PSC suman 66 diputados, quedándose a dos de la mayoría absoluta. Tanto Pere Aragonès, como el jefe de los socialistas, Salvador Illa, han defendido su pacto y han hecho llamamientos al resto de los partidos para que, por “responsabilidad” apoyen las cuentas. El jefe del Govern le ha tendido la mano a sus exsocios de Junts per Catalunya. “Si quieren defender el país, tienen una oportunidad la semana que viene. Sentémonos, hablemos y lleguemos a un acuerdo. Estoy plenamente dispuesto”, le ha dicho Aragonès al neoconvergente Albert Batet.

Illa, por su parte, ha puesto ante el espejo a los comunes, recordándoles que frente “al ruido” de esta negociación en pactos presupuestarios anteriores el avance en la tramitación del megacasino no había sido un escollo para las cuentas y ha puesto en valor lo que considera hacer “política útil”. “Usted y yo no compartimos modelo de país y divergimos en el horizonte a donde queremos llevar a Cataluña. Pero celebro que hayamos llegado a un acuerdo sobre las cuentas”, le dijo el jefe de la oposición al líder republicano.

Tanto el PP como Ciudadanos también criticaron el pacto, a una semana de la votación de la enmienda a la totalidad de las cuentas. “Diga sí al Hard Rock y diga ‘no’ a la Cataluña paralizada y decadente. Del perroflautismo contemplativo sólo podrán vivir los niños de papá. El resto de los mortales de algo nos tendremos que ganar la vida”, le ha espetado el líder popular Alejandro Fernández a Aragonès. Minutos antes, la titular de Economía había explicitado la posición ambivalente de ERC sobre el megacasino, asegurado en una entrevista a Ràdio 4 que los promotores de la iniciativa desistirán pues cuando esos proyectos “se dilatan mucho en el tiempo y que después terminan en un proceso envenenado”.

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