Presidente del Consorci Aigües de Tarragona: “Es gracioso que quienes apoyaron el Plan Hidrológico de Aznar ahora se presenten como los más antitrasvase”

Joan Alginet admite la posibilidad de trasladar agua de Tarragona a Barcelona y apela a la conveniencia de orillar el debate territorial en la gestión de la sequía

Joan Alginet. Presidente del Consorci Aigües de Tarragona (CAT).

La extrema sequía que afecta a muchas zonas de Cataluña ha destapado las carencias en el suministro de agua de las principales áreas de población, y alimenta las amenazas sobre inminentes restricciones para los hogares y las empresas. La situación ha hecho recuperar terminología de épocas pasadas, que fueron fuente de una encendida controversia. Joan Alginet, presidente del Consorci d’Aigües de Tarragona admite que se ha estudiado el trasvase de agua del Ebro a Barcelona.

Pregunta. ¿Vamos a ver cómo se manda agua de Tarragona a Barcelona a bordo de barcos?

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La extrema sequía que afecta a muchas zonas de Cataluña ha destapado las carencias en el suministro de agua de las principales áreas de población, y alimenta las amenazas sobre inminentes restricciones para los hogares y las empresas. La situación ha hecho recuperar terminología de épocas pasadas, que fueron fuente de una encendida controversia. Joan Alginet, presidente del Consorci d’Aigües de Tarragona admite que se ha estudiado el trasvase de agua del Ebro a Barcelona.

Pregunta. ¿Vamos a ver cómo se manda agua de Tarragona a Barcelona a bordo de barcos?

Respuesta. Es una solución que se ha puesto sobre la mesa. Lo ideal sería que lloviese y que no hiciera falta recurrir a medidas extraordinarias, pero es lo que hay. Se trata de una solución concreta para el momento de excepcionalidad en el que nos hallamos, no es en ningún caso una acción estructural.

P. Ni que sea excepcional, en las Terres de l’Ebre la medida causa rechazo. ¿Entiende la controversia?

R. El debate apela al sentimiento territorial, y la gente de las Terres de l’Ebre tenemos un sentimiento de agravio histórico, porque solo se acuerdan de nosotros cuando hay una necesidad. Yo creo que esto ha cambiado, y que ahora tenemos un Govern de la Generalitat que está comprometido con el Delta y con su gente. En Cataluña hay dos realidades distintas. Las cuencas internas están en fase de excepcionalidad por sequía, con medidas restrictivas. Abarca a una buena parte del país, incluida Barcelona, y la competencia es de l’Agència Catalana de l’Aigua (ACA). En cambio, la cuenca del Ebro está mejor. No tenemos los mismos estadios de sequía que define el ACA y Mequinenza, nuestro pantano de referencia, está a más del 80% de su capacidad.

P. Entonces, ¿el Ebro va sobrado de agua?

R. El agua siempre ha sido un elemento de debate y de polémica. Yo soy de Deltebre y conozco esa realidad, porque he formado parte del movimiento antitrasvase en las Terres de l’Ebre. Se tiende a simplificar debates que son complejos. Si yo ocupo la silla del Consorci d’Aigües de Tarragona (CAT), lo que quiero es rebajar la dependencia del consumo de agua del Ebro. Y puedo intentarlo a base de hacer brindis al sol o planteando alternativas para que eso se cumpla. Hay una ley que fija que el agua del Ebro es para la provincia de Tarragona, y para dar servicio a uso urbano e industrial. Si el agua del Ebro tiene que salir de su ámbito, se hace necesario un cambio legislativo. No deja de ser gracioso que quienes daban apoyo al Plan Hidrológico de José María Aznar, ahora se presenten como los más antitrasvase.

P. ¿Se refiere a Convergència i Unió? El partido ya no existe.

R. CiU no existe como partido, pero sí existen sus hijos y sus nietos. ¿Alguien puede tener dudas de que Junts mantiene la esencia de CiU? Mire, hay partidos que tienen legitimidad cuando hacen reclamaciones, y merecen credibilidad, porque siempre se han posicionado por una nueva cultura del agua. Pero eso, hay quien no puede decirlo, de ninguna manera.

P. ¿Critica que se use el agua y la sequía como arma política?

R. El debate del agua no puede ser ideológico. Hace falta unidad de acción institucional. Si convertimos el agua en una guerra política, las consecuencias nunca serán positivas, porque al fin y al cabo el agua la necesitamos para vivir. Esta sequía no va a ser la última que se nos venga encima y hace falta que cada uno ponga lo mejor de sí mismo para encontrar soluciones. Y una parte de la solución pasa por la desalinización y por optimizar el uso de agua regenerada. Lo mismo que hay que minimizar las fugas. No somos conscientes de la cantidad de agua que derrochamos, pero la media en Cataluña de la eficiencia hidráulica en baja es del 50%. La mitad de la red hidráulica tiene fugas.

P. ¿Llevar agua de Tarragona a Barcelona es hacer un trasvase?

R. Llevar agua de una cuenca a otra es hacer un trasvase, pero no nos tenemos que encallar en eso, sino que hay que centrarse en cómo contribuir a aportar una solución a un problema que tiene el país.

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