Collboni exprime las tasas turísticas para lograr el apoyo de Colau al presupuesto: más impuestos a cruceros y terrazas
El alcalde de Barcelona presenta un proyecto de cuentas y ordenanzas fiscales que gana 29 millones de euros aumentando la fiscalidad al turismo
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni (PSC) afronta la próxima semana su primera votación crucial desde que está en el cargo: la tramitación del proyecto de presupuestos y ordenanzas fiscales para 2024. En un consistorio saneado, el presupuesto no sufre variaciones destacables y vuelve a alcanzar una cifra récord (3.735 millones de euros, un 4% más que est...
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni (PSC) afronta la próxima semana su primera votación crucial desde que está en el cargo: la tramitación del proyecto de presupuestos y ordenanzas fiscales para 2024. En un consistorio saneado, el presupuesto no sufre variaciones destacables y vuelve a alcanzar una cifra récord (3.735 millones de euros, un 4% más que este año). La cifra de inversión también es de máximo histórico (777 millones de euros, que llegan hasta 905 si se suma el Instituto Municipal de Vivienda y la empresa municipal que gestiona los aparcamientos).
En el plano más político, el ejecutivo socialista exprime tasas vinculadas al turismo (el tramo municipal de la tasa turística y la tasa de terrazas), una decisión que reportará 29 millones más a las arcas municipales y acerca la posibilidad de que los comunes de Ada Colau y ERC faciliten la tramitación. La idea de proyecto que presentó el lunes Barcelona en comú contenía novedades justo sobre las dos actividades a las que ahora Collboni aumenta las tasas: terrazas y cruceros.
El teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, ha defendido la propuesta cuentas como “sólida y responsable, que pone el acento en las políticas que importan, y ambiciosa porque facilita que el Ayuntamiento sea motor de la actividad económica de la ciudad”. Valls ha explicado que ya ha tenido conversaciones con todos los grupos municipales (salvo con Vox, a quien sí ha enviado el documento de las cuentas) y que se dispone a practicar el “diálogo, diálogo y diálogo”, para poderlos comenzar a tramitar después de la votación en comisión del próximo miércoles día 18. También ha admitido que en caso de tener que acabar prorrogando las cuentas de 2023 por falta de apoyo político -“una opción que no contemplo”, ha dicho el teniente- “podría tener un impacto de 700 millones de euros entre inversiones y gasto corriente”.
Valls ha destacado que con los aumentos de la fiscalidad del turismo permitirá que la tasa turística sea el tercer impuesto con el que más recauda la ciudad (95 millones de euros en 2024, 25 millones de euros más que este año), tras el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y las plusvalías por compraventas inmobiliarias. En el caso de la tasa turística, la decisión del equipo del nuevo alcalde pasa por apurar el máximo legal y cobrar cuatro euros por persona y noche en dos tipologías de alojamiento: los cruceros de corta estancia (atracan menos de 12 horas en Barcelona) y los pisos turísticos. En total, pagarán 6,25 euros y 7 euros respectivamente. “El turismo es muy importante, genera valor económico y social, pero también daños colaterales, molestias a los ciudadanos. No vamos en contra del turismo, es una aportación para que contribuyan a financiar servicios públicos”, ha defendido sobre las novedades en las tasas. “Los cruceros de 12 horas no aportan el valor de los que atracan en Barcelona como puerto base; y los pisos turísticos no ayudan al acceso de los vecinos a la vivienda”.
En el caso de las terrazas, la estrategia del Ayuntamiento pasa por una solución intermedia entre mantener la bonificación del 75% a los restauradores fijada después de la pandemia; y aplicar la tasa de terrazas que aumentaba considerablemente el coste a partir de 2020 pero que no se ha llegado a aplicar. Así, la novedad en la tasa es que se olvida de las bonificaciones y aplica progresivamente las tarifas no aplicadas en función del número de mesas de cada local y de lo cerca que están del centro. “El espacio público es de todos y su uso por parte de un negocio le supone más ingresos”, ha dicho Valls tras recordar que la situación económica se ha normalizado. En u comunicado, el Gremio de Restauradores, que en otras ocasiones pone el grito en el cielo, se ha mostrado dispuesto a hablar. Valls ha explicado que conocen la propuesta.
Con el nuevo cálculo, las terrazas menos céntricas y con solo cuatro mesas pagarán un 67% de lo que les correspondería si se aplicara a rajatabla la ordenanza de 2020. Y cuanto más mesas (hasta ocho, doce o más de doce) y más céntricas, más porcentaje. En ingresos para el consistorio, supone seis millones de euros más que lo que ingresaba con las bonificaciones (dos millones de euros), aunque no llega a los 8,2 que se recaudarían si los precios vigentes desde 2020 se aplicaran de forma estricta.
Endeudamiento a raya
Sobre los grandes números, el presupuesto mantiene el endeudamiento por debajo del 35% y el ahorro bruto por encima del 15% de los ingresos (el plan prevé un 17%). El gasto corriente se contiene, un aspecto que Valls ha asegurado que “no significa una reducción, porque venimos de cuatro años de presupuesto expansivos para afrontar la situación de la pandemia” y los años posteriores. La presión fiscal a los vecinos de la ciudad no aumenta y el consistorio sigue pagando a menos de 30 días, ha presumido. Entre las variaciones llamativas de los ingresos figuran aumentos en la aportación del Estado (la PIE) o de ingresos por impuestos como el IVA. En el capítulo de gastos, que casi se dobla el gasto financiero de 21 millones a 37,5 millones, por la subida de los tipos de interés.
Partidas e inversiones
Por partidas, sube un 8,8% el gasto (1.075 millones) de un paraguas que incluye limpieza, seguridad, vivienda o servicios sociales; un 3,6% la de movilidad y cambio climático (571 millones), o la de cultura, educación y feminismos (1,4% hasta 418 millones).
Entre las inversiones que ha destacado Valls figuran 152 millones en vivienda, 30 al plan de barrios (heredado del mandato anterior), 13,6 para la reforma de Via Laietana, 11,6 para la de Ronda Sant Antoni, ocho para La Rambla o cinco para la cobertura de la Ronda de Dalt, uno de los proyectos de este mandato que llevan el sello de Collboni. Entre las actuaciones que ha destacado, la más cuantiosa son los 30 millones en “alojamientos de emergencia, alimentos y políticas contra la desigualdad”.
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