Nacen las primeras tortugas bobas en la Costa Brava
Un ejemplar puso 130 huevos el pasado junio en la playa de Sa riera de Begur; esta semana, han eclosionado la mitad
Esta semana han empezado a nacer las crías de tortuga boba (Caretta caretta) del primer nido detectado en la Costa Brava, en la playa de Sa riera, en Begur, con 130 huevos. La noche del martes lo hicieron las cuatro primeras y desde entonces han eclosionado 40 huevos en la playa. En torno al nido se ha desplegado un dispositivo para detectar cuándo nacen, comprobar su estado de salud, hidratarlas, pesarlas, medirlas y guardarlas en recipientes especiales para mantener la temperatura y humedad necesaria.
Una treintena de ellas seguirá el programa Head-Starting en el centro ...
Esta semana han empezado a nacer las crías de tortuga boba (Caretta caretta) del primer nido detectado en la Costa Brava, en la playa de Sa riera, en Begur, con 130 huevos. La noche del martes lo hicieron las cuatro primeras y desde entonces han eclosionado 40 huevos en la playa. En torno al nido se ha desplegado un dispositivo para detectar cuándo nacen, comprobar su estado de salud, hidratarlas, pesarlas, medirlas y guardarlas en recipientes especiales para mantener la temperatura y humedad necesaria.
Una treintena de ellas seguirá el programa Head-Starting en el centro de Fundación para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos (CRAM), para intentar que se desarrollen sin problemas y liberarlas al año; las inmaduras irán a la incubadora para intentar que sobrevivan. El resto, la gran mayoría, se dejan a poca distancia del agua para que ellas mismas, con sus apenas 16 gramos de peso y con los rápidos movimientos de sus minúsculas patas, entren en el mar y se alejen.
Cuando se detectó el nido de tortuga boba en Sa Riera, el pasado 19 de junio, se construyó una estructura a su alrededor para protegerlas de humanos y depredadores. Se vallaron con cañas de dos metros de altura unos 25 metros cuadrados. En su parte elevada, una red abierta impide que se acerquen aves por el aire. Protección Civil de Begur instaló esta semana una carpa y una gran tienda de campaña equipada para que los expertos pudieran trabajar y descansar.
La noche del martes se tuvo el aviso del primer nacimiento y se puso en marcha toda la operativa de seguimiento coordinada por Acción Climática. Desde entonces y hasta el día 15 pasan la noche y madrugada en torno al nido biólogos asesores de nidificación del Centro BETA de la UVic-UCC, oceanógrafos y veterinarios del CRAM, Agentes Rurales y el edil de Medio Ambiente. También los numerosos voluntarios, de todas edades y perfiles que llegan tanto de localidades vecinas, como de Barcelona, Agullana o Ripoll, para hacer turnos de tres horas sentados cerca del nido, en silencio y con un frontal de luz infrarroja, que no molesta a las tortugas porque no la detectan. Su misión es avisar a los técnicos en ese mágico y esperado momento en que las crías consiguen superar los 30 centímetros que las separan de la superficie y sacan su cuerpo lentamente y con esfuerzo de la arena.
El nido de Begur tenía 130 huevos. Siguiendo el protocolo de actuación, 40 fueron trasladados a las instalaciones del CRAM y del Centro de Recuperación de Anfibios y Reptiles (CRAC) para asegurar su viabilidad. Hasta la madrugada de este viernes han eclosionado 40 en la playa. Otra curiosidad de este nido es que cuatro nacieron a mediodía del miércoles, “algo bastante extraño, porque además salieron cuando más calor hace, y siempre nacen de noche o madrugada”, explica Sílvia Giralt, oceanógrafa del equipo.
De los que se llevó el CRAM nacieron 26 y 11 ya han sido liberadas en el mar. “Es un nido que ha tenido un éxito muy grande”, detalla Giralt. Las otras 15 entrarán en el programa Head-Starting. “Son tortuguitas que quedan en cautividad unos 10 meses, buscamos supervivencia porque la tasa de mortalidad es muy alta, cuando nacen y se adentran en el mar se estima que una de cada mil llega a la edad adulta, por eso las liberamos con un tamaño en el que ya no son depredables, encontrarán los problemas de contaminación del mar o el peligro de ser capturadas por interacción pesquera, pero al menos la mortalidad por depredadores desaparece”, apunta. “El año que viene vendremos a Sa riera a liberar los 30 ejemplares del programa, 15 de incubadora y 15 de playa”, avanza.
Según el Departamento de Acción Climática, este año es récord en nidificación de la tortuga boba en la costa catalana con 752 huevos repartidos en ocho nidos: Begur, El Vendrell, Malgrat de Mar y otros cinco en el Delta del Ebro, donde las aguas productivas en torno a este delta se consolidan como uno de los puntos de nidificación más importantes de la costa mediterránea. La temporada todavía no se da por cerrada y podría llegar alguna tortuga más a nidificar.
Históricamente, ejemplares juveniles y subadultos se han alimentado en la costa catalana, pero hasta hace unos 10 años las hembras no habían hecho sus puestas. La nidificación de esta especie en el Mediterráneo occidental indica un cambio de comportamiento motivado probablemente por el cambio climático. Los expertos creen que la nidificación en las playas catalanas irá a más, por ello inciden en la necesidad de normalizar su presencia. Las tortugas marinas son filopátricas, significa que las hembras en edad reproductiva vuelven a las playas donde nacieron a poner los huevos. Por ello, creen, estamos ante un hecho excepcional, ya que el Mediterráneo occidental, a diferencia del oriental, nunca hasta ahora se ha considerado un lugar de anidación estable.
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