Ayuntamientos del Empordà en emergencia por sequía denuncian: “Nos sentimos señalados”
Peralada, uno de los 22 pueblos de Girona afectados, sobrepasa en un 60% el máximo consumo permitido
Los vecinos de Viladamat y Peralada se sienten “señalados” y “no es agradable”, dicen sus alcaldes, Dolors Pons y Miquel Brugat, respectivamente. Según las cifras de la Agencia Catalana del Agua (ACA), Peralada, con 493 litros, sería la que incumple en mayor medida el máximo consumo de agua potable permitido de media por habitante y día en situación de emergencia, que es de 200 litros. Desde el municipio sostienen que “estos datos no son reales, al hacer la media la ACA no tiene en cuenta que tenemos mucha segunda residencia y g...
Los vecinos de Viladamat y Peralada se sienten “señalados” y “no es agradable”, dicen sus alcaldes, Dolors Pons y Miquel Brugat, respectivamente. Según las cifras de la Agencia Catalana del Agua (ACA), Peralada, con 493 litros, sería la que incumple en mayor medida el máximo consumo de agua potable permitido de media por habitante y día en situación de emergencia, que es de 200 litros. Desde el municipio sostienen que “estos datos no son reales, al hacer la media la ACA no tiene en cuenta que tenemos mucha segunda residencia y gente que no está censada”. Asegura que el desfase entre habitantes que calcula la ACA y los que tienen en realidad falsea el resultado, como también pasaría en Palau-saverdera y Viladamat. El Consistorio aplica las restricciones mientras parte de los vecinos lamentan el estado de las plantas, algunos negocios dicen no tener ninguna afectación, en la urbanización del campo de golf unos riegan y otros no y los jardines del Castillo lucen verdes.
Un total de 22 municipios del Alt Empordà (Girona), 24.399 habitantes, que se suministran del acuífero del Fluvià Muga, han entrado este miércoles, tras la publicación de la resolución en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC), en escenario de emergencia por sequía. Según la ACA, once de ellos incumplen las dotaciones que fija el Plan de sequía de agua de boca; nueve las cumplen, como Sant Miquel de Fluvià con 101 litros, y dos no aportaron los consumos. Implica también que el riego agrícola solo puede ser de supervivencia de cultivos leñosos, se deben reducir un 25% los usos industriales y recreativos y se prohíbe regar jardines y zonas verdes, llenar fuentes, lagos artificiales, piscinas de agua dulce y limpiar vehículos, salvo en negocios específicos.
Peralada, con 2.000 habitantes censados, cuenta con 1.000 viviendas; 250 piscinas; 21 bares y restaurantes, 29 viviendas de uso turístico; 15 casas rurales; un castillo con grandes jardines donde se celebra el Festival Internacional de Música, y además acoge un casino y un restaurante, una reconocida bodega de vinos y cavas con siglos de tradición y un campo de golf con una urbanización que reúne la cuarta parte de las casas del municipio. “A pesar de no estar en la costa somos un pueblo muy turístico, con mucha segunda residencia y extranjeros que se han jubilado y viven aquí sin estar censados”, destaca Brugat.
Según la ACA, que toma los datos del indicador ETCA, Peralada tiene 1.916 habitantes en invierno y 2.352 en agosto. Sin embargo, Brugat sostiene que Aqualia, empresa gestora del agua en el municipio, contabiliza 3.658 consumidores diarios de agua en invierno y 4.380 en verano. Este desfase de cifras es el que, según él, hace variar notablemente el consumo medio por habitante y día. Esto también pasa en Viladamat, de 485 habitantes. Su alcaldesa, que tampoco está de acuerdo en el dispendio de agua que se les atribuye, cree que “además debe de haber fugas de agua”: “Si no, no se entiende cómo pasamos de 181 litros en marzo a 378 en junio”.
Peralada ha hecho llegar dos veces al ACA el Plan de sequía y un informe sobre los habitantes que confirmaría que “las cifras que manejan y que hacen disparar los consumos no se ajustan a la realidad”. Viladamat también prevé hacerlo. En Peralada no riegan las plantas y las fuentes ornamentales y las duchas de las zonas deportivas están cerradas. “Cumplimos todo lo posible, pero con los medios que tenemos no podemos controlar todas las piscinas y jardines”, asegura el alcalde. No disponen de una red digitalizada de los contadores pero se han acogido a una subvención que les permitirá el cambio. Tampoco tienen aprobada una ordenanza del agua que permita multar a los que infringen los consumos. La previsión es que pase por pleno el mes que viene y entre en vigor en octubre, tras la exposición pública.
Lluïsa, Luci y Carmen, tres ancianas que viven en el centro histórico, saben del problema de la sequía y les da pena cómo han quedado las plantas de las macetas de la Plaça Gran, “con las hojas para abajo”; “¿seguro que no se puedan regar un poco más?”, le pide al alcalde. “Yo solo gasto lo que necesito, con cuidado, pero desde hace tiempo”, apunta Carmen. “No tengo ni macetas, ni animales, gasto poca agua”, dice Luci. En una pastelería y un restaurante, a pesar de que no parecen estar muy al día de la situación de emergencia, sostienen que gastan solo agua “para el lavaplatos” o “para lavar los cacharros”.
Esmeralda Herrera, que tiene una casa con jardín en la urbanización del golf, sí se muestra preocupada por la situación y ha adoptado medidas. “Nos llegó un mail del alcalde, pero ya habíamos avisado antes al jardinero de que tenía que dejar de regar. Ha quedado seco, pero hay que ser conscientes de la situación”, sostiene. En su jardín se aprecia la falta de riego y en otros también, pero no en la mayoría de las 250 casas de la urbanización, con césped y árboles y plantas de todo tipo. También lucen verdes y cuidados los jardines del Castillo.
El régimen sancionador previsto por el incumplimiento por parte de municipios y sectores agrícola, industrial, ganadero o lúdico, de las obligaciones del Plan Especial de Actuación en situación de alerta y eventual sequía comprende multas de 10.000 euros por infracción leve, a 150.000 euros por muy grave. Las sanciones no serán automáticas, primero se recibirán a mediados de septiembre los consumos de agosto, se harán los cálculos, se hablará con los municipios, se abrirán expedientes sancionadores y se harán propuestas de sanción a las que se pondrán presentar alegaciones. Las primeras sanciones posiblemente no llegarán hasta octubre.
Los 22 municipios de Girona en emergencia son: Agullana, l’Armentera, Capmany, Espolla, Garriguella, la Jonquera, Masarac, Mollet de Peralada, Palau-saverdera, Pau, Pedret i Marzà, Peralada, Sant Climent Sescebes, Sant Miquel de Fluvià, Sant Mori, Sant Pere Pescador, Torroella de Fluvià, Ventalló, Vilabertran, Viladamat, Vilajuïga y Vilamacolum. También hay dos localidades afectadas en Tarragona: Riudecanyes y Duesaigües.
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