El apoyo de ERC a la protesta contra la cumbre Sánchez-Macron complica aún más el pacto presupuestario en Cataluña

Los republicanos llaman a la movilización del independentismo y siguen sin satisfacer las demandas del PSC en infraestructuras

El presidente Pere Aragonès en un momento de la reunión del Govern del pasado martes.Quique Garcia (EFE)

El Govern de Pere Aragonès y el PSC prosiguieron este lunes las negociaciones presupuestarias que siguen encalladas desde hace días. Miembros del Ejecutivo trasladaron por primera vez una respuesta sobre la reivindicación del PSC de incluir en las cuentas grandes infraestructuras entre las que se encuentran, por ejemplo, la ampliación del aeropuerto de El Prat o el desbloqueo del complejo recreativo Hard Rock (Tarragona). La...

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El Govern de Pere Aragonès y el PSC prosiguieron este lunes las negociaciones presupuestarias que siguen encalladas desde hace días. Miembros del Ejecutivo trasladaron por primera vez una respuesta sobre la reivindicación del PSC de incluir en las cuentas grandes infraestructuras entre las que se encuentran, por ejemplo, la ampliación del aeropuerto de El Prat o el desbloqueo del complejo recreativo Hard Rock (Tarragona). La propuesta no convenció a los socialistas, que la consideran insuficiente. Miembros del PSC apuntan que el apoyo de Esquerra a la movilización independentista contra la cumbre franco-española, que se celebrará el día 19 en Barcelona presidida por Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, “tampoco ayuda” al acuerdo.

El encuentro entre mandatarios está previsto que se celebre en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), en la montaña de Montjuïc, lejos del centro de Barcelona. ERC anunció ayer que se sumará a las protesta convocada por las entidades soberanistas para demostrar, en contra de la tesis del Gobierno, que el procés no ha acabado y que el independentismo sigue más vivo que nunca. Esa posición se ha producido apenas dos días después de que Salvador Illa, primer secretario del PSC, avisara que no cederían en la negociación de los presupuestos. Pese a su tono enérgico, las dos partes se volvieron a reunir ayer.

“No bajaremos del burro”, sintetizaron fuentes socialistas señalando que los republicanos se han equivocado, a su juicio, en dos elementos de la negociación como la de pensar que actuarían al “dictado de Madrid” y por haber pactado antes con En Comú Podem que con las fuerzas mayoritarias. Frente a esta visión escéptica, fuentes del Govern reiteraron que las conversaciones continúan avanzando por el “buen camino”. El Govern mantendrá este martes otra reunión con Junts.

El calendario que manejaba Aragonès pasaba por aprobar como muy tarde el proyecto de presupuestos esta semana. De hecho, la Mesa del Parlament habilitó a la Cámara, ahora fuera del periodo de sesiones, por si empezaba ya el trámite parlamentario preceptivo tras la aprobación de las cuentas. El plan, de momento, está en el aire. Los socialistas se limitaron ayer a difundir un comunicado en el que reiteraron que su propuesta incluye “condiciones de mínimos” para “generar prosperidad y proteger” a los ciudadanos.

Con una frágil mayoría de 33 diputados sobre 135, el Govern solo cuenta ahora con el apoyo de los comunes (ocho escaños) y necesita de forma ineludible el respaldo de una gran fuerza: o PSC (33 escaños también) o bien Junts (31). La luz verde está en los 68 escaños. Illa culpó el sábado a Aragonès de “esconder” la cabeza “bajo el ala” y de no apoyar grandes proyectos porque les pueden resultar incómodos ideológicamente para su electorado. Pese a esa acusación, Marta Vilalta, portavoz de ERC, aseguró ayer que el acuerdo era “cosa de días” e insistió en que esas grandes infraestructuras deben abordarse fuera de la negociación.

Los comunes consideran “incomprensible” la posición de los socialistas por estar dispuestos a renunciar a mejoras sociales “por un casino”

“No hay obstáculos para que se puedan aprobar los presupuestos”, repitió en una frase que los republicanos sostienen desde hace semanas. Los socialistas replican que desconocen de donde proviene tanto optimismo. “Nos tememos que nos estamos acercando al escenario del no acuerdo”, afirmaron fuentes del partido. El optimismo de ERC choca con la realidad porque el Govern ya barajaba aprobar las cuentas el 7 de diciembre en un consell extraordinario o en otro a final de año. Vilalta insistió en que han intensificado las reuniones con el PSC sin cerrar la puerta a un acuerdo con Junts que aborda la negociación desde la distancia, con escasas ganas de servir de salvavidas al Govern. Esquerra ya ha abandonado el estribillo de “los presupuestos de Giró”, al que aludía con insistencia para tratar de dejar en evidencia el vínculo que tiene Junts con el boceto presupuestario.

Los comunes, socios de los socialistas en el Ayuntamiento de Barcelona y en La Moncloa, mostraron su estupefacción ante la postura del PSC. Joan Mena, portavoz del partido, calificó ayer de “incomprensible” la postura de Illa y afirmó que era inconcebible que pudiera rechazar el acuerdo de la mejora del transporte público “por un casino”, en alusión al proyectado en el Hard Rock Café. “Es inexplicable que rechace medidas como las rebajas de las tarifas del transporte público o un impulso a la atención primaria por un casino”, dijo.





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