La excampeona de España de esquí alpino que impulsa un ‘crowdfunding’ para volver a caminar
Mariona Boix, campeona nacional de Slalom en 2014 a los 18 años, acumula 12 operaciones en siete años en la rodilla y pide 16.000 euros para costear un tratamiento con células madre
Mariona Boix fantaseaba con ganar una medalla olímpica y ahora aspira a caminar sin dolor. Acumula 12 operaciones en los últimos siete años por una lesión de rodilla que convirtió su prometedora carrera deportiva en un recuerdo lejano y busca una solución definitiva. “Ahora solo quiero hacer vida normal”, pide. Es incapaz de doblar bien la rodilla, tiene dolores y no puede trabajar. Los traumatólogos descartan más cirugías y le han propuesto una última solución: un tr...
Mariona Boix fantaseaba con ganar una medalla olímpica y ahora aspira a caminar sin dolor. Acumula 12 operaciones en los últimos siete años por una lesión de rodilla que convirtió su prometedora carrera deportiva en un recuerdo lejano y busca una solución definitiva. “Ahora solo quiero hacer vida normal”, pide. Es incapaz de doblar bien la rodilla, tiene dolores y no puede trabajar. Los traumatólogos descartan más cirugías y le han propuesto una última solución: un tratamiento con células madre que no ofrece la sanidad pública. Sin capacidad económica para costear la operación, la catalana abrió una página de micromecenazgo para conseguir 16.000 euros de los 18.000 que le pide una clínica privada.
Boix estaba considerada como una esquiadora con potencial. Ganó a los 18 años el campeonato de España de Slalom [descenso de esquí alpino] y formaba parte de la estructura de la federación española. Pero poco antes de defender su corona, en marzo del 2015, cayó en una competición en Andorra y se rompió la rodilla: rotura del ligamento cruzado anterior, del menisco interno y del ligamiento lateral interno. Allí empezó su calvario.
La rodilla nunca quedó como predijeron los médicos. Volvió a esquiar, pero ni los resultados ni las sensaciones eran las mismas. Boix tuvo que abandonar el esquí de alta competición cuando la federación dejó de contar con ella por la falta de avances, en 2016. “Fue el primer gran golpe”, recuerda desde su casa de Sant Martí de Centelles (Osona). Luego vinieron años de quirófanos, rehabilitaciones, soluciones imperfectas y desengaños que buscan un final feliz.
Su equipo médico le ofreció un tratamiento alternativo con tres fases: obtener células madre de su médula ósea mediante punciones en la parte posterior de la pelvis; cultivar estas células durante tres semanas para multiplicarlas hasta los 250 millones; y finalmente introducirlas en la rodilla para regenerar el cartílago dañado y ganar elasticidad en los tejidos. “Ahora tengo la rodilla como la de una abuela de 100 años”, ejemplifica Boix. La exesquiadora espera observar los primeros beneficios a finales de este año con un tratamiento en auge y que intenta vencer el escepticismo de parte del sector sanitario. “Las terapias regenerativas son parte de la evolución de la traumatología”, considera Lluís Til, traumatólogo y exmiembro del equipo médico del FC Barcelona. El médico ve positivo buscar una “una mejor regeneración de los tejidos” y aumentar los procesos de “autocuración”. Admite, sin embargo, la falta de consenso: “Para que la medicina avance se necesitan estudios con una muestra de población mayor, y ahora se contabilizan casos más aislados y difíciles de comparar”, resume. Un estudio de la revista BMJ concluyó que había un “efecto positivo” en el uso de las células madre, aunque remarcó que la certeza de esas pruebas eran entre “bajas y muy bajas”.
El problema del tratamiento es el precio: 18.000 euros más los gastos de rehabilitación, de entre 400 y 500 euros mensuales. Y Boix, maestra de educación física de formación, no los tenía. “No he podido trabajar todo este tiempo porque mis problemas físicos no me han dejado”, relata. La exesquiadora, explica, no cobró cuando estaba en el programa de la federación y no tuvo continuidad como entrenadora por sus lesiones. “A principios del 2020 trabajé unos meses como maestra, pero me tuvieron que operar de nuevo y he estado todo este tiempo de baja”. Aún sin recuperarse, el Instituto Catalán de Evaluaciones Médicas (ICAM) la citó hace dos semanas para evaluar su caso. Tras dos años con una incapacidad temporal, los evaluadores le propusieron que pidiera una incapacidad permanente como alternativa. “No creo que me la den”, considera. “Solo tengo 27 años”. Boix teme que le nieguen ahora cualquier subsidio sin tener aún una recuperación física definitiva y busca un empleo a corto plazo. “Tendré que trabajar de algo por lo que no estoy formada. La docencia requiere una activación física que ahora mismo no puedo ofrecer”.
“Te das cuenta de que tenemos muchos conocidos, pero pocos amigos”, dice Boix
Consultó con dos amigas la idea de abrir un proyecto de micromecenazgo para cubrir tantos gastos. Le dieron el último empujón y Boix se lanzó. “Ayúdame a recuperar mi rodilla”, clama en la web. Pidió 16.000 euros porque temió que la falta de respuesta dejara la iniciativa lejos de su objetivo. Pero las cosas van mejor de lo esperado. Ya lleva recaudados 9.000 euros, cuando admite que había previsto conseguir entre 2.000 y 3.000. “Estoy muy agradecida por esta ayuda”, celebra.
La respuesta a su llamada contrasta con el silencio de parte de su entorno durante el proceso de recuperación. Algunas amistades, admite, ya no lo son. “Te das cuenta de que tenemos muchos conocidos, pero pocos amigos”, resume. Boix asegura que estos años han sido más duros “a nivel psicológico” que físico: “en cada operación depositas tus esperanzas; y en cada operación he vivido una decepción”. La exesquiadora agradece la ayuda psicológica para digerir un proceso que se ha ido alejando año tras año de sus expectativas. “Primero fue dejar de competir y luego dejar de entrenar. Ahora tengo que aceptar que no puedo ni caminar”.
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