El gerente del cine de El Masnou (Barcelona) que abusó de menores ingresará al fin en prisión

Siete meses después de una sentencia firme a casi 24 años de cárcel, los Mossos d’Esquadra detienen por orden judicial al pederasta Lluís Gros

Una patrulla de los Mossos, en una imagen de archivo.Albert Garcia

“Por la fotografía lo ha de conocer todo el mundo, pequeños y grandes, agradecidos por poder disfrutar en El Masnou del cine de estreno de La Calandria”. Con este elogioso prólogo arranca una entrevista a Lluís Gros Martín publicada en la revista local Gent del Masnou. Gros regentaba una pequeña sala en cuyas entrañas se proyectaba una película de terror. La conversación, donde se explaya sobre su pasión cinematográfica y religiosa —fue noviciado con los franciscanos— se publicó en 2016, cuando el empresario ya había cometido los ...

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“Por la fotografía lo ha de conocer todo el mundo, pequeños y grandes, agradecidos por poder disfrutar en El Masnou del cine de estreno de La Calandria”. Con este elogioso prólogo arranca una entrevista a Lluís Gros Martín publicada en la revista local Gent del Masnou. Gros regentaba una pequeña sala en cuyas entrañas se proyectaba una película de terror. La conversación, donde se explaya sobre su pasión cinematográfica y religiosa —fue noviciado con los franciscanos— se publicó en 2016, cuando el empresario ya había cometido los abusos sexuales por los que fue condenado y por los que este viernes, tras un denso periplo judicial, ingresará en prisión.

Gros se ha resistido hasta el último segundo a entrar en la cárcel. Llegó a decir a su entorno que antes se quitaría la vida. No lo ha hecho. Hace una semana, la Audiencia de Barcelona se vio obligada a ordenar a la policía su “busca y captura” tras constatar que había evitado ingresar en prisión de forma voluntaria para cumplir una condena firme de casi 24 años de cárcel. Este jueves, los Mossos d’Esquadra lo han detenido en la parte alta de Barcelona y lo han llevado a la comisaría de Les Corts. De ahí será trasladado a la cárcel.

A sus 76 años, este depredador sexual que nunca ha asumido su culpa ha hecho todo lo posible por estirar los días en libertad. La lentitud de la justicia ha remado, sin querer, a su favor.

En septiembre de 2019, Gros fue condenado a 23 años y ocho meses de cárcel por abusar sexualmente de tres menores e intentarlo con otro más. Las víctimas tenían entre 13 y 17 años; una de ellas padecía una discapacidad intelectual. Contactó con ellas con el pretexto de contratarlas para repartir publicidad de La Calandria. Después, mantenía relaciones con los chavales a cambio de una pequeña suma de dinero o de entradas para el cine. La mayoría de los abusos se produjeron dentro del local.

Los hechos ocurrieron entre 2007 y 2011, pero la sospecha en El Masnou (Maresme) es que, antes y después, hubo más víctimas que aún no han salido a la luz. Tal como explicó en la entrevista en Gent del Masnou, Gros regentaba salas de cine de pequeño tamaño que se esforzaban por estar al día con los estrenos en media docena de localidades catalanas.

Pese a la elevada pena, que incluía una indemnización para las víctimas de 46.000 euros, no se acordó su ingreso en prisión provisional a la espera del recurso de la defensa, que fue resuelto por el Tribunal Supremo dos años más tarde, en octubre de 2021. Desde entonces hasta su detención, han pasado siete meses en los que Gros ha solicitado reiteradamente que se suspenda la ejecución de la pena. Ha sido en vano.

La defensa ha alegado motivos de salud. Gros padece un trastorno ansioso-depresivo y párkinson; además, se ha iniciado un expediente para incapacitarlo. La Sección Sexta de la Audiencia de Barcelona —el tribunal que lo juzgó y que, por tanto, debe ejecutar la sentencia— le ha dicho que no varias veces porque esas dolencias no son tan graves como para “comprometer el derecho a la seguridad colectiva de la comunidad”. La realidad es que sobre el pederasta no pesaba ninguna medida cautelar, de manera que ha podido seguir haciendo su vida, siempre con el horizonte de la prisión pero con relativa tranquilidad.

No fue hasta el pasado abril cuando el tribunal ordenó su ingreso en prisión sin más dilaciones. Pero Gros no cumplió su parte y agotó el plazo para entrar de forma voluntaria. Su resistencia motivó la orden de detención de hace una semana. El arresto de Gros se ha producido este jueves, después de que el periodista Carles Tamayo —que estaba entrevistándole en un bar de la avenida de Vallcarca de Barcelona— alertara al 112. El pederasta escapó entonces corriendo hasta una clínica cercana. Una patrulla de los Mossos se acercó a ese centro de salud, lo detuvo y lo trasladó a la comisaría de Gràcia. Allí, los agentes han hecho gestiones con la Audiencia de Barcelona y han constatado que la orden de detención estaba vigente.

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