Un incendio en Cap de Creus en pleno febrero alerta de los riesgos de la sequía

El viento, la baja humedad y la vegetación seca hacen arder 433 hectáreas tras una quema mal apagada, según la hipótesis de los Bomberos

Un hidroavión lanza agua encima de un pequeño foco que ha reavivado en el área afectada por del incendio de Puig Rodó, Puig Alt i Puig Trencat entre Cala Murtra y Cala Montjoi en Roses, Costa Brava (Girona).©Toni Ferragut (EL PAÍS)

Una de las zonas más emblemáticas de la Costa Brava (Girona) y más castigadas por los incendios, el Parque Natural del Cap de Creus, volvió a arder este martes. Desde hace semanas los expertos advierten de que es “preocupante” la sequía de este año, con 80 días sin lluvia, y del peligro que representa en determinadas zonas. Una de las de mayor riesgo es el Alt Empordà, ...

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Una de las zonas más emblemáticas de la Costa Brava (Girona) y más castigadas por los incendios, el Parque Natural del Cap de Creus, volvió a arder este martes. Desde hace semanas los expertos advierten de que es “preocupante” la sequía de este año, con 80 días sin lluvia, y del peligro que representa en determinadas zonas. Una de las de mayor riesgo es el Alt Empordà, donde 22 pueblos están en estado de alerta por la falta de agua en el acuífero. En el incendio, declarado como controlado a las 20.00 de el martes, ardieron unas 433 hectáreas de matojo, pastos y arbolado en el término de Roses, un 95% dentro del Parque Natural. Los Agentes Rurales apuntan como la principal hipótesis del incendio una quema mal apagada en la zona de olivares cerca de la urbanización de Mas Oliva. Los Bomberos por su parte, alertan de “un riesgo bastante homogeneizado en todo el territorio por la sequía”.

El incendio forestal de Roses que empezó la noche del lunes, avanzó rápidamente en dirección a Cala Montjoi y Cala Murtra y obligó a confinar en sus casas a unas quince personas y a desalojar a otras tres de Cala Jóncols. La carretera de Roses a Cadaqués se tuvo que cortar. Un centenar de Bomberos y voluntarios de las Agrupaciones de Defensa Forestal trabajaron en el incendio durante la noche, con ráfagas de viento de hasta 80 kilómetros por hora, y por la mañana se sumaron cinco medios aéreos. Unos viñedos y una vegetación que ya ardió en 2006 evitaron que la cabeza del incendio llegara a las urbanizaciones, y acabó en el mar. Las tareas de extinción se concentraron entonces en estabilizar los dos flancos. El derecho, por la cercanía a las casas, y el izquierdo, muy largo, por temor a que avanzara hacia Cadaqués y el Port de la Selva. Sobre las cuatro y media de la tarde se estabilizó el incendio y se siguieron remojando los puntos calientes para evitar que el viento los reavivara. Cerca de cuatro horas más tarde se declaró controlado, aunque los bomberos siguieron remojando la zona durante la madrugada del miércoles.

El Inspector jefe de la Región de Emergencias de Girona, Jordi Martín, ya dijo el 1 de febrero, en un incendio en Peralada, que se trataba de un “toque de alerta por la sequía que vive el país” y auguró que sería “un febrero largo”. Una sequía más potente de lo normal preocupa a los Bomberos en un contexto de desestacionalización, ya que “en la última década la campaña de verano ha crecido por delante y por detrás”. “Con un 2021 seco y tantas semanas sin llover se agrava la sequía, la vegetación está en condiciones duras. Unas previsiones de altas temperaturas, baja humedad, viento y sin lluvias hasta mitad o final de marzo pueden dar incendios forestales que arrasen miles de hectáreas como en verano”, advierte el Inspector Jefe de la Sala Central de los Bomberos, Francesc Boya. En esta línea, Pepe Pallàs, analista de incendios del Grupo de Apoyo en Actuaciones Forestales de los Bomberos, indica: “A más días sin llover, mayor es la posibilidad de un incendio de grandes dimensiones, y más con factores de riesgo como el viento”. Y apunta que “en enero y febrero han subido los servicios de vegetación, señal del estado del combustible”.

Por ello llevan semanas pidiendo precaución en las actividades previstas en el medio natural, tanto calçotades como quemas. Boya recuerda además que la capacidad del Cuerpo de Bomberos no es la misma que en verano porque no cuentan ni con el personal de refuerzo ni con los mismos medios aéreos.

Los Agentes Rurales generan, en base a diversos datos, el mapa del Plan Alfa de Vigilancia y Prevención de Incendios, que sirve para planificar las vigilancias y limitar las actividades en el medio natural según el riesgo, muy alto este febrero. El Plan Alfa del lunes estaba en nivel 2, con lo que quedaba suspendida cualquier quema comunicada. El jefe de los Agentes Rurales de la zona, Xavier Rodríguez, detalla que “a las diez de la mañana se activó el nivel 2, por lo tanto estaba comunicado que todas las quemas se debían anular”. Si la quema se hizo el lunes podría tratarse de un delito de incendio por negligencia.

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