Los coches ya circulan por el túnel de Glòries
Después de seis años de obras, abre de madrugada de la galería en sentido de salida de la ciudad
El mayor temor era que lloviera. Hubiera sido complicado para acabar de pavimentar y pintar la señalización de los accesos. Pero no llovió y a las 2.45 horas de la madrugada de este sábado se pudo abrir uno de los carriles de circulación del túnel de Glòries. A las 5.20 horas, los otros dos. Y, tras seis años de obras, Barcelona ha soterrado el tr...
El mayor temor era que lloviera. Hubiera sido complicado para acabar de pavimentar y pintar la señalización de los accesos. Pero no llovió y a las 2.45 horas de la madrugada de este sábado se pudo abrir uno de los carriles de circulación del túnel de Glòries. A las 5.20 horas, los otros dos. Y, tras seis años de obras, Barcelona ha soterrado el tráfico de la Gran Via, por ahora solo de salida de la ciudad, entre la calle de Padilla y la Rambla del Poblenou.
Algo más de un kilómetro de túnel que encarrila sin semáforos a los coches hacia la C-31, uno de los grandes accesos a la ciudad. Pese a la hora intempestiva, durante los primeros 60 minutos, han pasado 300 vehículos. A las siete de la mañana, 1.300. Y a mediodía, 10.300. Sin incidentes, ha celebrado el gerente de Infraestructuras y Movilidad, Manuel Valdés.
Falta la prueba más seria, la de la hora punta del lunes, pero los equipos de urbanismo y movilidad respiran aliviados tras la tensión de los últimos días: “No ha habido incidentes, esperemos que continúe así. Sabemos que supone un cambio de hábitos y los primeros días en hora punta los conductores tendrán que acostumbrarse a una nueva forma de pasar por Glòries y habrá más intensidad de tráfico”, ha señalado Valdés. Una advertencia velada sobre el hecho de que en los primeros días y a las horas punta puede haber retenciones en las inmediaciones. Ahora, para cruzar la plaza en vertical solo hay tres opciones: Castillejos o Independència en sentido mar-montaña; o Padilla de montaña a mar.
Sobre el paso de tres carriles de la Gran Via a solo dos para coches dentro del túnel (el tercero es exclusivo para autobuses interurbanos), el gerente ha recordado que antes de entrar bajo tierra los vehículos pueden desviarse por el lateral y bajar por la calle de Castillejos. En el acceso al túnel, algún despistado pisaba el carril bus para salir al darse cuenta. El túnel se monitoriza y se controla en remoto desde el centro de movilidad y túneles con cámaras y dispositivos que permiten modificar cuestiones como la señalización , iluminación o accesos.
Pero para cambio, el que se aprecia en superficie, al cruzar la plaza: el semáforo del tráfico se pone en verde y no pasa nadie. Ni un coche, solo algún autobús urbano y taxi cada varios minutos. Señal que recuerda que el objetivo del túnel es recuperar espacio público. Por si queda alguien que no se ha enterado, desde la calle la mejor vista del túnel es la que se aprecia desde la calle de Castillejos, donde durante toda la mañana los vecinos se han apostado para ver como se traga todos los vehículos que pasan.