El aumento de botellones “frustra” a la policía, que carga contra Colau
La última noche de las fiestas de Sants termina con el desalojo de miles de personas que hacían botellón en el parque de la Espanya Industrial
El aumento de los botellones y altercados de los últimos días tuvo su culmen la madrugada del sábado al domingo, en la última noche de las fiestas de Sants, con más de 4.000 personas en el parque de la Espanya Industrial. El fin del toque de queda y la imposibilidad de ir a locales de ocio nocturno, que permanecen cerrados por orden del Govern, han ido llenando las calles. Ya ocurrió durante las fiestas de Gràcia y se ha repetido, aún con más inten...
El aumento de los botellones y altercados de los últimos días tuvo su culmen la madrugada del sábado al domingo, en la última noche de las fiestas de Sants, con más de 4.000 personas en el parque de la Espanya Industrial. El fin del toque de queda y la imposibilidad de ir a locales de ocio nocturno, que permanecen cerrados por orden del Govern, han ido llenando las calles. Ya ocurrió durante las fiestas de Gràcia y se ha repetido, aún con más intensidad, en las de Sants. El deterioro de la situación viene acompañado por el sentimiento de “frustración, desazón y desánimo” que expresan los sindicatos de la policía. Este domingo, tras una noche en la que llegaron a intervenir agentes antidisturbios, han acusado al Ayuntamiento de Barcelona de dar la orden de no intervenir y de permitir los altercados. En el desalojo del parque a las cuatro de la madrugada se registraron enfrentamientos y seis agentes de los Mossos d’Esquadra fueron heridos leves.
Por tercera noche consecutiva, miles de jóvenes se reunieron en el parque. Los botellones se han ido celebrando en diversos puntos de Barcelona durante todo el verano, pero en los últimos días tanto los asistentes como los altercados han ido en aumento. En un breve balance de la noche, el Ayuntamiento de Barcelona ha admitido que se congregaron más personas de lo habitual. Las fiestas de este barrio transcurrieron con normalidad y en las plazas y calles decoradas se respetaron las medidas de seguridad y el aforo permitido, pero fuera de estas zonas es donde se vivieron más aglomeraciones de personas sin mascarilla y sin guardar ninguna distancia social, practicando el botellón y escuchando su propia música con altavoces, bajo la mirada, a lo lejos, de algunas furgonas de la Guardia Urbana, que no intervinieron hasta la madrugada. “Es impresionante, puedes ver a gente meando, vomitando, bebiendo y bailando en el mismo sitio”, decía un turista holandés presente.
El balance que hace el sindicato CSIF de la noche del sábado es peor que el del Ayuntamiento: puñalamientos en Nou Barris, dos heridos por cuchillo en la plaza del Mar, altercados en Sants con lanzamiento de objetos, destrozo de mobiliario y de vehículos, lanzamientos masivos contra vehículos policiales, unas 25.000 personas desalojadas de diferentes puntos de Barcelona y una persona investigada por daños. Eugenio Zambrano, portavoz de este sindicato de la Guardia Urbana, explicó que la noche fue “un desastre” y apuntó directamente a la gestión de la alcaldesa, Ada Colau. “No se está haciendo una política adecuada de seguridad, porque se está dando la orden de no intervenir, y lo que tenemos dentro es frustración, desazón y desánimo”, afirmó. El portavoz criticó que el Ayuntamiento no ha condenado estos hechos y lleva a cabo una “política de silencio que destruye cada día más el principio de autoridad necesario para hacer cumplir la ley”. “Parece que esto sean los sanfermines, y que al final de la fiesta lo normal sea ir a pegar a la policía”, destaca. El sindicato reclama que se reabra el ocio nocturno para vaciar las calles de botellones, y exige la dimisión de Albert Batlle, quinto teniente de alcaldía y director del área municipal de seguridad.
Los Mossos d’Esquadra también sienten la presión. Según su balance del fin de fiesta en Sants, seis agentes fueron heridos leves por lanzamientos de botellas, hubo una detención de una persona acusada de atentado contra la autoridad y varios asistentes heridos por peleas entre ellos (uno fue asistido por los servicios médicos tras caer de un muro de varios metros, y otro tras ser golpeado con una botella de cristal). Durante el desalojo, los Mossos utilizaron la fuerza y las porras en más de una ocasión para dispersar las aglomeraciones. Entidades del barrio denunciaron un uso excesivo de la fuerza y que se impidió a las cámaras de televisión grabar los altercados.
Los Mossos alertan de que suben los ataques a la policía
El sindicato SAP-Fepol, el mayoritario entre los Mossos d’Esquadra, ha alertado este domingo de que los refuerzos que ha prometido el Departamento de Interior para hacer frente a los botellones son “insuficientes”. El portavoz del sindicato, Toni Castejón, ha asegurado en una entrevista en RAC-1 que el aumento de 300 agentes no podrá impedir las aglomeraciones. En este sentido, Castejón también ha alertado del aumento de la violencia hacia los cuerpos de seguridad. Según el sindicato, han aumentado un 70% los ataques contra la policía. “Hay casos en los que el agente para a alguien para pedir que se ponga la mascarilla y la respuesta es un puñetazo”, ha asegurado . Este sindicato también cree que la única forma de terminar con los botellones es reabrir el ocio nocturno. Las discotecas están cerradas después de que el TSJC avalase una prórroga de las medidas durante 15 días. La prórroga ya ha vencido, pero el Govern mantiene cerrados los locales. El TSJC dio un plazo de dos días, que termina este lunes, para justificar que se mantenga la medida.