Badalona deja sin alojamiento a 40 afectados por el incendio de una nave el pasado diciembre

El Ayuntamiento alega “fondos limitados” para dejar de pagar una pensión a los que se quedaron sin techo

Uno de los desalojados protesta con un megáfono en las puertas de las dependencias municipalesAlbert Garcia (EL PAÍS)

Mustapha es de Camerún y tiene 32 años. El pasado 9 de diciembre arrastraba el carro de supermercado donde diariamente recoge chatarra y se dirigía a la nave ocupada —en la confluencia de las calles Guifré y Tortosa de Badalona— donde vivía desde hacía meses junto a más de 100 personas. Al acercarse al edificio vio que la nave estaba en llamas....

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Mustapha es de Camerún y tiene 32 años. El pasado 9 de diciembre arrastraba el carro de supermercado donde diariamente recoge chatarra y se dirigía a la nave ocupada —en la confluencia de las calles Guifré y Tortosa de Badalona— donde vivía desde hacía meses junto a más de 100 personas. Al acercarse al edificio vio que la nave estaba en llamas. Cuatro de sus compañeros murieron en ese incendio. 92 de los supervivientes fueron enviados a diferentes pensiones y Mustapha ha vivido desde entonces en una del barrio barcelonés de Montbau.

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Pero ahora, el Ayuntamiento de Badalona, gobernado por el popular Xavier García Albiol, alega falta de recursos para dejar de pagar a 40 personas afectadas por el incendio el hospedaje para que duerman bajo un techo. “Este martes nos echan a 40 compañeros de las pensiones. Sé que volveré, de nuevo, a vivir en una nave ocupada por otros compatriotas en la calle Progrès. Solo han pasado unos meses y vuelven a tratarnos, de nuevo como si no fuésemos humanos”, lamenta Mustapha, que critica que durante estos meses ha dormido junto con otras 18 personas en la pensión.

Entidades y partidos políticos de Badalona se presentaron ayer en las dependencias municipales para reclamar alternativa habitacional para Mustapha y los otros 39 migrantes que este martes se quedarán sin las camas de hostal donde han vivido medio año. El Consistorio deja claro que a estas 40 personas ya no se les pagará más la pensión. Miquel Jurado es el concejal de Servicios Sociales: “Hay 40 que deben salir y 49 que seguirán, esperamos que hasta septiembre. Los fondos son limitados y nosotros como Ayuntamiento tenemos que continuar protegiendo a los más vulnerables. Si seguimos pagando el alojamiento a los 89, se nos acabarán los fondos”. Jurado advierte que los 40 que deben abandonar los hostales tienen o “alternativa habitacional o capacidad para buscársela” y defiende que seguirán en las pensiones los que tienen entre 18 y 25 años, los mayores de 55, nueve personas que tienen contrato laboral y que están esperando a que “se consoliden” y seis que tienen problemas de salud (uno de ellos abandonó el hospital la semana pasada después de resultar herido en el incendio en diciembre y cinco tienen problemas psiquiátricos). “Nos comprometimos a alojarlos durante tres meses y han estado seis. Hemos firmado dos convenios con la Generalitat de más de 700.000 pero no hay dinero para llegar hasta septiembre”, advierte el edil.

Doumbia Seidou tienen 44 años y es de Senegal. Hace 22 años que emigró a España y vivía en la nave incendiada. A diferencia de otros compañeros no quiso ir a las pensiones y ocupó otra nave en la calle de Progrès. Ayer, fue a protestar al Ayuntamiento junto a los compañeros a los que se tiene previsto sacar hoy de los hostales. “A nosotros nos quieren desahuciar en unos días, el Ayuntamiento tiene que hacer algo para evitarlo. Además, vamos a acoger a los 40 compañeros que se quedan sin pensión. Ahora somos más de 70, en breve seremos más de 100 y podría pasar una desgracia similar a la de diciembre”, lamenta Seidou.

El concejal de Servicios Sociales sostiene que el Ayuntamiento está “muy encima” de la nave de la calle de Progrés y está “vigilando y dando servicios” aunque defiende que no puede proporcionarles salida habitacional para ellos, ya que hay lista de espera en la ciudad. John es de Guinea, tienen 34 años y es disc-jockey. Tuvo que ir a vivir a la primera nave cuando la covid le dejó sin actuaciones. “Nos tratan como esclavos este alcalde no nos quiere”, lamentaba ayer en las puertas de las oficinas municipales.

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