“¿No se puede fumar en la playa? Me parece perfecto”

La prohibición del tabaco desde este sábado en cuatro playas de Barcelona coge por sorpresa a muchos bañistas

Un hombre fuma fuera de los límites de una playa sin tabaco, en Barcelona.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)

Para Loles este sábado es como un sábado cualquiera. Pero no lo es. “¿Desde hoy no se puede fumar en la playa?”, se pregunta. “Pues no lo sabía y me parece perfecto”. Loles está jubilada y viene a pasear por el litoral barcelonés cada fin de semana. “Hoy he venido demasiado tarde”, confiesa, “hace ya mucho calor”. El sol aprieta en un mediodía caluroso en la capital catalana, en el primer día que Barcelona aplica la prohibición de fumar en cuatro tramos de la playa: Sant Miquel, Somorrostro, Nova Icària y Nova Mar Bella. ...

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Para Loles este sábado es como un sábado cualquiera. Pero no lo es. “¿Desde hoy no se puede fumar en la playa?”, se pregunta. “Pues no lo sabía y me parece perfecto”. Loles está jubilada y viene a pasear por el litoral barcelonés cada fin de semana. “Hoy he venido demasiado tarde”, confiesa, “hace ya mucho calor”. El sol aprieta en un mediodía caluroso en la capital catalana, en el primer día que Barcelona aplica la prohibición de fumar en cuatro tramos de la playa: Sant Miquel, Somorrostro, Nova Icària y Nova Mar Bella. El Ayuntamiento impulsa este verano la prueba spiloto Playas sin humo en estos espacios “para preservar el espacio público como lugar de convivencia y civismo”, según informó en un comunicado. La medida está vigente desde este sábado hasta el 12 de septiembre.

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Loles dejó de fumar “hace tiempo”, explica, y celebra que el tabaco vaya perdiendo presencia en el espacio público. “Lo que no soporto es encontrarme las colillas en el suelo”. Un paseo desde Nova Mar Bella a Nova Icària, pasando por Bogatell, es suficiente para encontrar algunos cigarros inacabados que quedan semienterrados en la arena. Este sábado la playa no estaba especialmente abarrotada. “Sin turistas, pasear por aquí es un regalo”, sonríe Loles.

Un grupo de jóvenes admite que tampoco conocía la normativa, a pesar de un cartel muestra la prohibición en los accesos. Justo en la entrada de Nova Icària, Guillaume y Sonia, se adentra en la arena. “Estábamos paseando y hemos visto este cartel. Y para ir a una playa con humo, nos quedamos aquí”. El número de bañistas entre las playas con humo o sin humo no parece variar. “Algunas personas nos han preguntado donde estaban los espacios sin humo, porque no conocen los nombres”, explica un agente de la policía Portuaria.

Loles se despide y sigue su camino. Pero antes lo deja claro: “A partir de mañana ya sé qué playas son las buenas”.

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