Desarticulada una red de tráfico de marihuana con 13 plantaciones que funcionaba como cooperativa

Los Mossos y la Policía detienen a 65 personas acusadas de pertenecer al grupo criminal Bang de Fujian

Los Mossos y la Policía desarticulan una de las mayores organizaciones de tráfico de marihuana de origen chino.
Barcelona -

Los Mossos d’Esquadra y la Policía Nacional desarticularon el pasado 14 de abril una de las mayores redes de tráfico de marihuana de origen chino, que funcionaba como cooperativa. Los agentes detuvieron, en dos fases, a 65 personas, registraron 29 viviendas y locales y encontraron 200.000 euros, además de 40.000 plantas de marihuana en 13 plantaciones distintas. Los investigadores acusan a los arrestados de formar parte del grupo criminal Bang de F...

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Los Mossos d’Esquadra y la Policía Nacional desarticularon el pasado 14 de abril una de las mayores redes de tráfico de marihuana de origen chino, que funcionaba como cooperativa. Los agentes detuvieron, en dos fases, a 65 personas, registraron 29 viviendas y locales y encontraron 200.000 euros, además de 40.000 plantas de marihuana en 13 plantaciones distintas. Los investigadores acusan a los arrestados de formar parte del grupo criminal Bang de Fujian, una organización tradicionalmente vinculada al tráfico de personas y la explotación laboral, según la policía, y que ahora ha centrado su actividad en la marihuana.

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La investigación arranca en 2019, de manera conjunta, a manos del Juzgado de Instrucción 5 de Badalona. Los agentes descubren un entramado que se dedica presuntamente a envíos de paquetería de marihuana envasada. La organización, según una nota de prensa difundida este martes, está asentada en Cataluña, pero cuenta con ramificaciones por toda España y también en el extranjero. Los registros se han llevado a cabo en Barcelona, Tarragona, Oviedo, Gijón, Bilbao, además de en Portugal y Países Bajos.

La policía sospecha que el grupo ha realizado más de 700 envíos de paquetería con marihuana a diferentes puntos de Europa, como Francia, Portugal, Holanda, Alemania, Rumanía o el Reino Unido. Dividida en dos clanes, la familia Lin y la familia Zendh Wei, la organización funcionaba como una cooperativa, con distintas secciones independientes. Cada una de las naves requería una inversión inicial de 100.000 euros. Las dos familias buscaban a cinco socios inversores, que ponían 20.000 euros cada uno. “A los tres meses ya estaba rentabilizada y daba beneficios”, ha explicado en rueda de prensa el inspector de los Mossos Toni Salleras. En el tiempo investigadas, las 13 naves facturaron entre seis y siete millones de euros, según los cálculos policiales.

“El hecho diferencial es que se ha conseguido conectar más de 13 naves, centros de producción, con una misma organización”, ha indicado el inspector de la Policía Juan Pablo Iglesias. Esas naves funcionaban con un “sofisticado sistema de cultivo y mantenimiento”, según los investigadores. La luz, como suele ocurrir en muchas plantaciones, estaba pinchada. Por ello, y como es habitual en Cataluña, técnicos de Endesa participaron también en el operativo. Calculan que la defraudación de electricidad es la equivalente a 1.177 viviendas.

Los principales responsables de la organización, de entre 40 y 50 años, vivían con austeridad entre Badalona, Santa Coloma de Gramenet y Barcelona. “Residían de forma itinerante porque cambiaban el domicilio con frecuencia” ha detallado Salleras. En el segundo escalón estaban los “maestros”, de entre 20 y 30 años, que se dedicaban “a controlar las naves y fijaban las cosechas para que hubiera una producción perfecta”. Los trabajadores cobraban un sueldo por su trabajo que era “permutable por pequeñas participaciones, obteniendo beneficios de la producción”. La red tenía además, según Iglesias, contacto con “organizaciones albanesas y polacas a las que suministraban”.

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La Policía y los Mossos llegaron a la misma organización por caminos paralelos. En el caso de la Policía Nacional, fue gracias a la cooperación internacional cuando se detectó un envío de marihuana en otro país. Los Mossos, ya tenían detectado al clan, al que sometían a vigilancias y descubrieron los envíos a través de paquetería con marihuana. Antes de la pandemia, se llegó a exportar la droga mediante correos humanos. Durante la investigación, al menos cuatro naves fueron desmanteladas por operaciones policiales paralelas que desconocían que el grupo estaba siendo investigado.

Las dos familias del Bang de Fujian tenían antecedentes por delitos relacionados con la explotación laboral y el tráfico de personas y también de marihuana. La Policía les controlaba desde 2012 y calcula que fue en 2017 cuando dieron el salto a traficar con marihuana. Tanto los Mossos como la Policía aseguran que en la actualidad hay “una lucha constante por la organización y la distribución de la marihuana” en España.

De los 65 detenidos, 29 han ingresado en prisión por orden del juzgado de instrucción 5 de Badalona. Se les acusa de los delitos de organización criminal, tráfico de drogas, usurpación de identidad, falsedad documental y defraudación de fluido eléctrico. El operativo también permitió bloquear diferentes cuentas corrientes y embargar varios inmuebles de los grupos. La policía está en contacto con China para acreditar el delito de blanqueo de capitales.

Además de marihuana, los agentes encontraron 8,5 kilos de cocaína, 2 kilos de MDMA, 380 kilos de marihuana en cogollos y otros 259 kilos de marihuana que están analizando a quien pertenecen. La investigación ha contado con la participación de Europol en las tareas de análisis y coordinación y del apoyo logístico prestado por Citco (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado).

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