Refuerzo policial para frenar los botellones en Barcelona
Mossos d’Esquadra y Guardia Urbana patrullan para disolver aglomeraciones en el centro de la ciudad
La Guardia Urbana y los Mossos d’Esquadra han reforzado el patrullaje en Barcelona para evitar los botellones que se repiten desde principios de marzo. El inicio del buen tiempo ha provocado algunas aglomeraciones en el barrio del Born, “escandalosas”, en palabras del consejero del Interior, ...
La Guardia Urbana y los Mossos d’Esquadra han reforzado el patrullaje en Barcelona para evitar los botellones que se repiten desde principios de marzo. El inicio del buen tiempo ha provocado algunas aglomeraciones en el barrio del Born, “escandalosas”, en palabras del consejero del Interior, Miquel Sàmper, y que se suman a las que tradicionalmente se repiten en la plaza del MACBA. Los dos cuerpos han reforzado las patrullas conjuntas para disolver las aglomeraciones. Quienes no obedecen ante la presencia policial, son sancionados.
El refuerzo policial conjunto de la Guardia Urbana y de los Mossos d’Esquadra empezó el 28 de febrero, detalló ayer el portavoz de la policía catalana, el comisario Joan Carles Molinero. Los agentes, indicó Molinero, trabajarán de forma “insistente” para “neutralizar” este tipo de prácticas “irresponsables”. Los altercados por el encarcelamiento de Pablo Hasél impidieron las primeras semanas que la policía pudiese centrar todos sus esfuerzos en impedir los botellones. Los agentes diariamente realizan intervenciones en el MACBA, de las 18 horas a las 22, y de jueves a domingo en el Born.
El consejero el Interior, Miquel Sàmper, atribuyó los botellones en rueda de prensa a la “fatiga pandémica”, pero insistió en que se trata de una actitud “irresponsable”. Los participantes, dijo, la mayoría jóvenes, se saltan las medidas de prevención de la covid y juegan al gato y al ratón, disolviéndose cuando pasa la policía, pero reagrupándose después.
La mayor parte del control y sanciones por infringir las medidas de la covid en la ciudad recae en la Guardia Urbana. Carlos Oliva, intendente de la policía local de Barcelona en Ciutat Vella, explica que debido a las restricciones ha habido que especializar a un grupo de agentes. En concreto, 16 policías forman parte del grupo de vigilancia en el espacio público en Ciutat Vella creado en noviembre de 2020 después de alertar de que era necesaria una actuación programada tras comprobar el uso que se estaba realizando del espacio público después de declararse la pandemia.
“Este grupo trabaja de forma planificada. A principios de mes en un mapa del distrito totalmente en blanco van marcando los puntos donde habrá mayor incidencia de este tipo de actuaciones”, cuenta. “Por un lado marcan los lugares donde hemos recibido más llamadas el mes anterior con problemas en la vía pública. Marcamos los lugares donde se han cometido más infracciones, donde se han cometido más hechos delictivos y también algunos de otras apreciaciones que salen de las diferentes reuniones con la concejalía, foros vecinales, los policías de barrio…”, describe.
Los datos arrojan conclusiones claras: dos puntos se repiten mes tras mes. “Uno es la plaza dels Àngels, justo delante del MACBA, y otro es el paseo del Born y la calle de Calders. También en la Barceloneta, pero creemos que este punto se reactivará todavía más cuando hay mejor tiempo”, augura. Desde el 1 de febrero y hasta la primera semana de marzo solo en el paseo del Born se han realizado 58 controles y se interpusieron 166 denuncias, a las que se suman 61 más impuestas en las inmediaciones de la calle de Calders.
Una vez detectados esos lugares, los policías repiten siempre “la misma operativa”. “Primero hay agentes de paisano del grupo de delincuencia urbana que localizan los puntos donde hay mayor presencia y avisan al grupo de vigilancia en el espacio público. Entran con las furgonetas logotipadas en intervenciones muy limpias. No buscamos directamente la sanción sino que las personas no se concentren. Cuando actuamos la gente suele huir directamente y si hay algún tipo de consumo hacemos identificaciones”, explican. El siguiente paso es avisar a BCNeta para que “limpien la zona”. “La gente suele abandonarlo todo y lo que tenemos claro es que nunca actuamos contra las personas sin techo o vulnerables, sino que tenemos contacto con servicios sociales”, mantiene.
Los Mossos y la Guardia Urbana trabajan de forma coordinada. En ambos casos, se prima la prevención antes de la sanción. “Estamos continuamente coordinados con Mossos d’Esquadra y con nuestra Unidad de Refuerzo para las Emergencias y la Proximidad (UREP) para apoyarnos en las intervenciones”, relata Oliva, sobre las situaciones en las que pueden necesitar refuerzos.
Desde noviembre hasta principios de marzo la unidad de espacio público de la Guardia Urbana ha actuado en 2.016 incidentes en el espacio público en Ciutat Vella. Fruto de estas intervenciones, se han interpuesto 2.011 sanciones por infracciones relacionadas con la covid, 1.522 por infracciones a la ordenanza municipal, 162 denuncias penales, 44 detenciones y 276 actas por consumos de drogas. En todo Ciutat Vella, desde julio hasta este marzo se han interpuesto más 4.000 denuncias a personas que no llevaban la mascarilla obligatoria.
Los restauradores, indignados con los horarios
Los botellones celebrados en el Born y otras zonas de Barcelona ha indignado a los restauradores. El director de su Gremio, Roger Pallarols, se expresó ayer así: “Por muchas restricciones que nos impongan a los hosteleros las personas quieren socializarse. Mantener la hostelería cerrada solo hace que entorpecer la economía y, de hecho, no se controla la pandemia sino todo lo contrario”.
El Pitin Bar es uno de los locales del paseo del Born. Lleva cerrado desde octubre. Uno de sus dueños, Josep Maria Morral, lamenta la actual situación: “Con los horarios que nos imponen no podemos vivir. Y mientras estamos todos cerrados y en ERTE vemos como el barrio se convierte en lo que se convierte y la administración sin dejarnos trabajar”.
El Mamainé Drinks es uno de los bares de la calle del Rec. Uno de sus dueños Christian Rubio lamenta que con las restricciones “los únicos que están consiguiendo beneficio económico son los lateros \[que ofrecen latas en la calle\]y la actividad ilegal”.