Cataluña e Italia intensifican sus intercambios artísticos
La colección de La Caixa se expone en Turín, Fina Miralles del Macba se verá en Nápoles y las obras de Carracci del MNAC en Roma
Aunque la afinidad cultural entre España e Italia es un tópico ampliamente repetido, no siempre los intercambios artísticos entre los dos países han sido tan fluidos e intensos como se supondría y auspiciaría. Sin embargo, parece que la tónica está cambiando, por lo menos por lo que atañe a las instituciones catalanas, que han cerrado varios acuerdos de colaboración con sus homólogas italianas. La Fundación La Caixa acaba de inaugurar en Turín, Cut a rug a round square, un ambicioso proyecto previsto para el pasado verano que se postergó por el coronavirus. La muestra, concebida específ...
Aunque la afinidad cultural entre España e Italia es un tópico ampliamente repetido, no siempre los intercambios artísticos entre los dos países han sido tan fluidos e intensos como se supondría y auspiciaría. Sin embargo, parece que la tónica está cambiando, por lo menos por lo que atañe a las instituciones catalanas, que han cerrado varios acuerdos de colaboración con sus homólogas italianas. La Fundación La Caixa acaba de inaugurar en Turín, Cut a rug a round square, un ambicioso proyecto previsto para el pasado verano que se postergó por el coronavirus. La muestra, concebida específicamente para el antiguo complejo industrial sede del centro OGR (Officine Grandi Riparazioni), establece un diálogo entre las obras de la Colección La Caixa y de la Fondazione per l’Arte Moderna e Contemporanea-CRT de Turín, de la mano de la artista estadounidense Jessica Stockholder.
“La idea era trabajar el tema de la pintura expandida desde un punto de vista inédito. Stockholder planteó la muestra como si se tratara de una de sus grandes instalaciones, creadas en relación con el espacio arquitectónico, lo cual era especialmente importante en un espacio tan peculiar”, indica Nimfa Bisbe, responsable de la colección de arte de La Caixa, aludiendo al centro de arte situado en los grandes hangares donde se reparaban los trenes, que representa uno de los ejemplos de arquitectura industrial del siglo XIX más importantes de la ciudad. Para la muestra, que se podrá ver hasta el 2 de mayo, se han ido a Turín obras de Robert Mangold, Guillermo Pérez Villalta, Marlene Dumas, Richard Tuttle, Tracey Emin y un fresco minimalista de Francesco Clemente, comprado en Estados Unidos que se expone en Italia por primera vez. “La artista ha transformado toda la muestra en su conjunto en una obra de arte, que evoca el encuentro entre el círculo y el cuadrado, símbolos del choque productivo entre racionalidad e imaginación”, continúa Bisbe, subrayando el ambiente inmersivo que involucra el espectador y le proporciona incluso un ring de boxeo elevado para que pueda abarcar todo el espacio con la mirada.
Pese a haber participado en la Bienal de Venecia de 1978 y tener una obra conceptual que conecta con el arte político italiano, Fina Miralles (Sabadell, 1950) es casi una desconocida en Italia. Un fallo que reparará la magnífica exposición Fina Miralles. Soy todas las que he sido, que se inaugurará en el Madre (Museo d’Arte Contemporanea Donnaregina) de Nápoles, a finales de año. Además de las obras, que aun se pueden ver en el Macba hasta el 5 de abril, la muestra incorporará un cuaderno de dibujos que Miralles realizó durante un viaje en el norte de Italia a finales de los años ochenta. “Siempre que una exposición viaja a otro país me gusta establecer un diálogo con la creación local, como hicimos, por ejemplo, con la muestra de Joan Brossa en Buenos Aires. En este caso me gustaría plantear una relación con determinadas obras de artistas italianos. Ya he pasado el listado al Madre, pero aún no conozco la disponibilidad y el presupuesto con que contamos”, explica Teresa Grandas, conservadora del Macba y comisaria de la exposición, que hace unos años presentó en Turín, entre otras ciudades extranjeras, la muestra dedicada a Carol Rama. “Según la cantidad de obras italianas que pueda conseguir decidiré si ponerlas en una sala todas juntas o si mezclarlas en el recorrido de Fina Miralles”, añade Grandas que está buscando piezas de artistas como Maria Lai (1919-2013) o Tomaso Binga, alter ego de la escritora Bianca Menna, que indaga desde hace más de 40 años las sutiles relaciones entre la poesía y la pintura.
Habrá que esperar un año más para ver, antes en el Prado y luego en el MNAC (de julio a octubre 2022) y finalmente en el Palacio Barberini de Roma, los frescos de la Capilla Herrera de Annibale Carracci, que fueron arrancados, traspasados a tela y repartidos entre diferentes museos en torno a 1830. Desde entonces es la primera vez que se verán todos juntos con el añadido de una selección de dibujos y la tabla del altar de la iglesia romana de Santa Maria de Montserrato, también obra del taller de Carracci. Sin la covid, la muestra habría empezado su periplo en Madrid el pasado junio.
Las galerías se van a Londres
La Sala Parés y Artur Ramón Art, galerías de referencia en el ámbito de la pintura histórica, se han aliado con la londinense Colnaghi para posicionar la pintura catalana de finales del siglo XIX y principio del XX, en el lugar que consideran le corresponde en el extranjero, como una de las mejores escuelas artísticas de la Europa de la época. La nueva alianza se materializa en la inauguración en la sede de Colnaghi en Londres de Spanish Modern Landscapes, una selección de 22 paisajes de artistas tan representativos como Santiago Rusiñol, Joaquín Mir, Isidre Nonell y Anglada Camarassa, entre otros. La muestra, que se abre el 17 de marzo, es la continuación ideal de The Golden Age of Spanish Modern Art, una muestra introductoria al arte de la época, que Colnaghi celebró el pasado mes de julio.