El Govern dice que si fallan muchas mesas puede aplazarse la difusión del escrutinio

Peña-López prepara un plan por si la Junta electoral ordena que no se divulguen los resultados hasta que los afectados voten 48 horas después

Distribución de material electoral para las elecciones catalanas del 14 de febrero en un almacén de Barcelona, el miércoles.Albert Garcia (EL PAÍS)

El Govern ha activado un plan preventivo por si la Junta Electoral ordena que se suspenda la difusión del resultado del 14-F en el caso de que, por ejemplo, miles de personas se queden sin votar si no se constituyen un elevado número de mesas electorales. Los votos de las urnas se contarían, pero el resultado no se transmitirá al programa de Indra hasta que los afectados voten 48 horas después. El Ejecutivo conside...

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El Govern ha activado un plan preventivo por si la Junta Electoral ordena que se suspenda la difusión del resultado del 14-F en el caso de que, por ejemplo, miles de personas se queden sin votar si no se constituyen un elevado número de mesas electorales. Los votos de las urnas se contarían, pero el resultado no se transmitirá al programa de Indra hasta que los afectados voten 48 horas después. El Ejecutivo considera “ínfima” la posibilidad de que no se constituya un número considerable de mesas.

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Ismael Peña-López, director general de Participación Ciudadana y Procesos Electorales de la Generalitat, dijo ayer a este diario que no tienen ninguna voluntad de que eso ocurra pero que deben prever situaciones extremas si, por ejemplo, 300.000 personas se quedan sin votar y, por tanto, la Junta Electoral central o la provincial interviene para impedir la difusión de los resultados para no condicionar así el voto de los electores implicados.

El Govern está preparando dos medidas a dos niveles: primero, que la aplicación de Indra programe la suspensión de la difusión de los resultados, es decir, lo que entra el disco duro no sale a la red; y, segundo, que ni siquiera se sumarán los resultados de las mesas. “Así se evitan tentaciones de que cualquier persona, yo mismo o cualquiera de los 700 operadores, quiera explicárselo a sus amigos. Se podrá mirar mesa por mesa pero con 9.000 es difícil hacerse una idea de un resultado y poderlo filtrar. Es una precaución añadida”, afirma Peña-López aunque admite que los apoderados de los partidos pueden hacer fotos de las actas y hacerse una idea de cuál será el resultado.

El resto del procedimiento, dice el responsable de la logística del 14-F, será igual: las urnas se abrirán, los votos se contarán y las actas se levanta y se mandan al centro de datos y a las juntas electorales que harán el recuento oficial. Lo único que cambia es la suspensión del tratamiento de datos. La situación es excepcional y el responsable electoral no concreta a partir de cuántas mesas afectadas se activaría el plan. La realidad es que 82.000 personas han sido llamadas a participar en las mesas y el 25% de ellas han alegado para ser eximidas. En cualquier caso, el Govern cree que la posibilidad de que no se constituyan las mesas es “ínfima”. En cada mesa están citados tres titulares y seis suplentes. El presidente de la Junta Electoral de Barcelona, Santiago García, cree también improbable que haya problemas generalizados.

La misma impresión tienen algunos de los Ayuntamientos del área metropolitana como Badalona y l’Hospitalet. En todos ellos, el sorteo de los electores para las mesas excede con mucho el número estricto que marca la ley y en Badalona ya se ha empezado a notificar a más suplentes a medida que la Junta acepta las excusas. En Barcelona han sido más de 8.000 alegaciones. El operativo prevé que se constituyan 9.117 mesas en toda Cataluña y como media cada una maneja un censo de entre 800 y 1.000 electores.

Los escenarios son muy diversos, pero, por ejemplo, Peña-López dibuja estos dos: si no se han constituido dos mesas el impacto de ese resultado, en principio, puede ser irrelevante porque puede afectar a un universo de entre 500 o 2.000 personas y un escaño en Barcelona vale 50.000 votos y en Lleida, 20.000. Pero advierte de que el problema será si se dejan de constituir 300 mesas en el área metropolitana que pueden llegar a representar a 300.000 personas. “Y eso sí puede cambiar escaños. Hay tres partidos en liza y está muy repartido”, afirma Peña-López que advierte del riesgo de que si al final la disputa es entre dos un elector podría actuar como si se tratara de una segunda vuelta y renunciar a su intención inicial de votar a un tercero. “Es lícito pero no deja de ser una adulteración de las elecciones”, añade.

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