“¿En qué circunstancias estaba el hombre que mató a mi hermana?”

Los conductores mayores de 65 años están implicados en uno de cada tres accidentes mortales en la carretera en Cataluña

Un vehículo se estrella contra un árbol en Sant Julià de Ramis (Girona)©Toni Ferragut (EL PAÍS)

Montse Garcia no se quita la pena de encima desde que, el último domingo de noviembre, una patrulla de Mossos d’Esquadra llamó a su puerta para comunicarle que su hermana Mónica había muerto atropellada. Tenía 43 años y fue arrollada por un coche mientras pedaleaba por el arcén de la carretera C-1413a, en El Papiol. Rodaba en compañía de Jesús, su pareja, de 66 años, igualmente fallecido. ...

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Montse Garcia no se quita la pena de encima desde que, el último domingo de noviembre, una patrulla de Mossos d’Esquadra llamó a su puerta para comunicarle que su hermana Mónica había muerto atropellada. Tenía 43 años y fue arrollada por un coche mientras pedaleaba por el arcén de la carretera C-1413a, en El Papiol. Rodaba en compañía de Jesús, su pareja, de 66 años, igualmente fallecido. Al volante del coche que los embistió iba un hombre de 80 años, que también se llevó por delante a un tercer ciclista, al que dejó herido de gravedad. El conductor declaró haber tomado medicamentos antes de ponerse al volante, por lo que pudo tener alterados sus reflejos y la capacidad de reacción. “¿En qué circunstancias estaba el hombre que mató a mi hermana? Si con 80 años las facultades para conducir ya están disminuidas”, razona Montse.

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Aquel domingo, Mónica y Jesús pedalearon por un tramo de carretera que, normalmente, recorrían en coche y con las bicis dentro del maletero. Les gustaba salir a pedalear semanalmente y solían repetir siempre la misma excursión, desde Molins de Rei hasta el Prat, siempre pegados a la vera del Llobregat a través de caminos de tierra con poco tráfico. El día del accidente, para respetar la restricción que solo permitía salir del municipio para hacer deporte, partieron con las bicis desde su casa, en Rubí. El conductor que los arrolló se había saltado las restricciones. “Ellos fueron prudentes y el otro se saltó la ley, qué injusta es la vida”, lamenta Montse.

El pasado miércoles, los Mossos d’Esquadra detuvieron en l’Estartit a un hombre de 89 años sospechoso de haber atropellado a un operario de carreteras en la C-31, en el Empordà. Tras arrollarle mortalmente, el conductor, de nacionalidad francesa, huyó del lugar sin prestarle auxilio.

Este último siniestro reactiva el debate que se abrió tras el triple atropello de El Papiol, sobre si es menester someter a un control más riguroso a los conductores de edad avanzada antes de renovarles el permiso de circulación. Según datos del Servicio Catalán del Tráfico (SCT), desde 1 de enero hasta principios de diciembre, los conductores mayores de 65 años estuvieron implicados en 24 accidentes mortales, más de un tercio de todos los siniestros con víctimas. La proporción es casi idéntica a la del año pasado.

Raül Viladrich, presidente de la Federación de autoescuelas de Cataluña, propone que hay que promover un aprendizaje contínuo: “las autoescuelas siempre hemos reivindicado la necesidad de una educación viaria durante toda la vida”, apunta. “No tiene mucha lógica que te puedas sacar el carné con 18 años y que no recibas ninguna otra formación hasta el final de los días”, señala. Solo aquellos conductores que, por culpa de alguna infracción, han perdido puntos de su carné, vuelven a poner los pies en una aula de autoescuela. “Sucesivamente se introducen cambios en la normativa de circulación”, recuerda Viladrich, y pone como ejemplo la modificación que limita a 30 kilómetros por hora, y no a 50, la circulación urbana.

Lluís Puerto, director de la Fundación RACC, manifiesta que “exigir exámenes periódicos, y supeditar al aprobado la renovación de la licencia, no es ninguna solución”, defiende. “Con el paso de los años tal vez se pierden facultades y reflejos pero se adquiere una experiencia que permite percibir los riesgos”, razona. Puerto, además, apunta que el permiso de conducir ya está sujeto a unas restricciones, “por ejemplo, exige el uso de gafas a quien tiene problemas de vista”, dice, y manifiesta que los años del conductor no pueden ser una limitación extra: “no es justo que al llegar a una edad una persona ya no pueda conducir”.

Las autoescuelas son partidarias de fijar un reciclaje periódico. “Se podría aprovechar la renovación del permiso para refrescar y poner al día actualizaciones y cambios en materia de seguridad viaria”, indica Raül Viladrich. El periodo de vigencia de los permisos para conducir turismos y motocicletas es de diez años hasta los 65 años de edad y, a partir de esa edad, la renovación se realiza cada cinco años. En el caso de los mayores de 70 años, se les puede imponer una renovación anual siempre que se esgriman razones médicas. “Es delicado retirarle el carné de conducir a una persona por motivos de edad, supone un hecho traumático para su autoestima”, manifiesta Raül Viladrich.

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