En estado crítico el ‘sin techo’ armado con un cuchillo al que la Guardia Urbana redujo con dos disparos en Barcelona
El sindicato mayoritario de la policía de la ciudad reclama la pistola eléctrica para actuaciones similares
El hombre reducido ayer por la Guardia Urbana de Barcelona con dos disparos en el paseo de Sant Joan se encuentra en estado crítico después de ser operado, según fuentes al corriente de su estado de salud. El hospital de Sant Pau ha declinado facilitar cualquier información, alegando que está bajo investigación. Los agentes aseguran que dispararon en defensa propia, después de que el hombre, que vive en la calle en Barcelona, les amenazase con un cuchi...
El hombre reducido ayer por la Guardia Urbana de Barcelona con dos disparos en el paseo de Sant Joan se encuentra en estado crítico después de ser operado, según fuentes al corriente de su estado de salud. El hospital de Sant Pau ha declinado facilitar cualquier información, alegando que está bajo investigación. Los agentes aseguran que dispararon en defensa propia, después de que el hombre, que vive en la calle en Barcelona, les amenazase con un cuchillo de grandes dimensiones. En un vídeo del momento, se ve a un hombre con un chaleco reflectante y un gorro seguido por varios agentes de la Guardia Urbana, una furgoneta que le corta el paso, el hombre que gira, que se dirige hacia un policía, que le apunta, y como este le dispara dos veces.
El herido, Marjan C., de 43 años, originario de Hungría, vive desde junio aproximadamente en la calle en Barcelona. Los vecinos le conocen de verlo en la zona, vestido con el chaleco reflectante, el gorro y unos vasos, y durmiendo en un banco de paseo de Sant Joan. Todos los consultados ayer por este diario lo definían como una persona pacífica, con evidentes señales de padecer algún tipo de trastorno psicológico. Testigos de lo sucedido relatan una persecución primero de un lado del paseo Sant Joan, hasta la otra acera, a la que se iban sumando policías que seguían a Marjan C. a cierta distancia y apartando a la gente, hasta llegar al número 44 del paseo, donde una furgoneta el cortó el paso. “Tira el arma, tira el arma”, oyeron gritar al policía antes de disparar, aunque ninguno de los consultados pudo ver con claridad el cuchillo.
El sindicato mayoritario en la Guardia Urbana, CSIF, ha defendido la actuación de los policías y ha pedido que se les dote de más material, como la pistola eléctrica Taser, que consideran que podría ser útil en situaciones similares a la de ayer para no tener que usar la pistola. Una petición a la que se suma Fepol, que considera “impoluta y en defensa propia” la intervención de los agentes, en palabras de su portavoz, Toni Castejón. El Ayuntamiento ha abierto una información reservada a cargo de la unidad de Asuntos internos de la policía local de Barcelona.
Uno de los puntos que deberán aclarar los Mossos, que investigan lo sucedido, es el origen de la intervención policial. CSIF asegura que el hombre estaba “amenazando con el arma a los transeúntes”, y que cuando la policía “interviene para preservar la vida de los ciudadanos”, él “arremete contra los agentes obligando a hacer uso de su arma reglamentaria”. La versión del sindicato policial difiere de la que mantuvo el concejal de Seguridad, Albert Batlle, que aseguró que “no le constaba” que el hombre estuviese amenazando con el cuchillo a transeúntes, que el aviso fue porque estaba “causando molestias”. Fuentes policiales explican que el incidente empieza porque un coche quiere entrar en un aparcamiento donde habitualmente se coloca el sin techo, él está en medio y se genera un conflicto. El resto del relato de sindicatos y Ayuntamiento sí coincide: el hombre se “abalanzó” sobre los agentes que fueron a identificarlo, con un cuchillo de grandes dimensiones.
La concejal de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona, Laura Pérez, ha mostrado este domingo su inquietud por lo sucedido. “Obviamente, nos preocupa y nos preocupan las imágenes de ayer”, ha dicho en declaraciones a los medios, sobre la secuencia de los hechos. El Ayuntamiento conocía a Marjan C. gracias a la Fundación Arrels, que lleva años dedicada a la ayuda de personas que viven en la calle. “Es una persona solitaria, pero tranquila”, explicó ayer uno de los educadores de calle de la fundación que hacía tiempo que trataban con él. Entre el equipo de Arrels reinaba ayer la sorpresa ante una reacción violenta que dicen que jamás le han visto.
“Lamentamos el desenlace de los hechos”, ha indicado Pérez, que ha pedido que la investigación se haga “con celeridad”, pero también con “seriedad” para poder conocer qué ocurrió. “Seguiremos dando seguimiento a esta persona”, ha insistido Pérez, sobre ofrecerle algún tipo de ayuda, y de gestionar su situación en España. Y ha explicado que, hasta donde sabían, Marjan C. había llegado a Barcelona desde otro país comunitario. También ha contado que no estaba siendo fácil establecer un “vínculo” con él por los problemas del idioma y las “características de la persona”.