Opinión

TV3, los rusos y el ‘procés’

A cuatro meses de las elecciones autonómicas y con la ley de la CCMA aprobada hace un año, nadie mueve un dedo para democratizar los medios públicos catalanes

Vicent Sanchis entrevista a Quim Torra en TV3.TV-3

Octubre ha sido un mes de sobresaltos. Primero trascendió la historia de los 10.000 soldados rusos que Víctor Terradellas —exresponsable de relaciones internacionales de Convergència— tenía prácticamente apalabrados para apuntalar, llegado el momento (que no llegó), la independencia de Cataluña. Luego, Eduard Pujol, exportavoz de Junts per Catalunya y presunto acosador sexual, se exculpó a través de un vídeo de sus supuestas actividades delictivas. El documento autoexculpatorio fue televisado en los Telenotícies de mediodía, noche y remachada por Més 324.

Con estos mimbres no es extraño...

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Octubre ha sido un mes de sobresaltos. Primero trascendió la historia de los 10.000 soldados rusos que Víctor Terradellas —exresponsable de relaciones internacionales de Convergència— tenía prácticamente apalabrados para apuntalar, llegado el momento (que no llegó), la independencia de Cataluña. Luego, Eduard Pujol, exportavoz de Junts per Catalunya y presunto acosador sexual, se exculpó a través de un vídeo de sus supuestas actividades delictivas. El documento autoexculpatorio fue televisado en los Telenotícies de mediodía, noche y remachada por Més 324.

Con estos mimbres no es extraño que el pasado y agitado mes nadie reparara en que el día 23 se cumplía un año de la unánime aprobación por el Parlament de la ley para volver a las mayorías cualificadas en la elección del gobierno de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA): TV3 y Catalunya Ràdio. Si la pandemia lo permite, faltan cuatro meses para la convocatoria electoral catalana, pero no hay ganas ni prisa para democratizar los medios públicos catalanes. Los partidos políticos, tan unánimes a la hora de aprobar la ley, no se ponen de acuerdo para desactivar ese magnífico altavoz de propaganda en que el Govern ha convertido a TV3.

La mayoría independentista ya está satisfecha —siempre hay matices— con el actual funcionamiento de los medios públicos. Y la oposición parece haber dimitido de su papel. Ciudadanos cree que la CCMA no tiene solución y estaría mejor parcialmente privatizada y con el presupuesto recortado un 50%. El PSC ve razonable aguardar a las nuevas elecciones y mayorías. Y comunes, PP y CUP, por motivos diversos, parecen resignados a esperar.

Mientras llega el futuro, el presente es como es. Y en programas como Tot es mou —que al no ser informativo no pasa el análisis del Consejo del Audiovisual— hace unos días se han podido escuchar preguntas de enjundia periodística como esta a la consejera de Justicia, Ester Capella: “Ustedes querrían aprobar muchas medidas contra los desahucios, pero no tienen competencias, ¿verdad?”.

Minucias aparte, uno de los recientes platos fuertes ha sido la información facilitada por los Telenotícies sobre el caso Voloh, que en un primer momento giró en torno a la ensoñación rusa. Hasta el miércoles pasado, y gracias a una crónica parlamentaria sobre la sesión de control, no se mencionaron en los informativos los presuntos negocios que tanto Xavier Vendrell, exconsejero de Esquerra, como David Madí, exasesor de Artur Mas, pretendían llevar a cabo a la sombra de la “revolución desde abajo”. En el canal público no han aflorado, por supuesto, las conversaciones entre Madí y Pilar Rahola sobre el presunto control que los “estalinistas” de Esquerra —según la periodista— mantienen sobre TV3. Rahola se lamentaba de que el director del canal autonómico —"vendido" al caballo ganador de ERC— quisiera eliminar una de sus tres apariciones semanales en la televisión pública, lo que finalmente evitó la providencial y democrática intervención de Carles Puigdemont.

Según los investigados, no hay ningún “Estado mayor” del procés, pero en esa revolución “desde abajo” algunos actúan como auténticos mariscales soviéticos. Para soslayar ese engorro jerárquico, la presentación del caso Voloh en los informativos del canal autonómico ha abundado en la tesis de la causa general contra el independentismo. A ello ha contribuido la deficiente investigación del caso, plagada de lagunas y despropósitos, y liderada por Daniel Baena, teniente coronel y jefe de la unidad judicial de la Guardia Civil en Cataluña. El guion servido por Baena —sin pruebas concluyentes y con más estómago que cerebro— ha desembocado en la puesta en libertad de todos los detenidos y ha constituido una aportación fundamental para el triunfo del libreto “España nos persigue”.

Está prevista la emisión de ocho programas sobre el procés comprados por unos 800.000 euros a Mediapro. La parrilla de TV3 quedará alterada. Los documentales llegarán, si se siguen los planes previstos, en lotes dobles cuatro martes consecutivos. La CCMA ya adquirió a la productora de Jaume Roures y Tatxo Benet tres reportajes sobre los hitos del procés que se emitieron en enero, junio y diciembre de 2018. No fueron de encargo. El director de TV3, Vicent Sanchis, los visionó ya terminados y los encontró tan buenos que los compró y los emitió. La parrilla se gestiona a gusto del director y sus amigos, por eso no debe extrañar que en ella no encuentren acomodo platos indigestos como la corrupción del caso 3% o la familia Pujol.

El ecosistema procesista tiene a lo visto un brillante presente y un prometedor futuro preelectoral en la televisión de todos los catalanes. La ley aprobada hace un año duerme un plácido sueño de los justos.

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