Un jurado popular considera culpable de asesinato al padre de un bebé

El menor falleció en enero de 2019 en el hospital Vall d’Hebron, donde había ingresado tras ser sacudido violentamente por su progenitor

Vista general del Hospital Vall d'Hebron, en Barcleona.Albert Garcia

Un jurado popular de la Audiencia de Barcelona ha declarado este martes, por unanimidad, culpable de asesinato al padre del bebé de Pineda de Mar (Maresme) que falleció en enero de 2019, con tan solo dos meses, a consecuencia de los malos tratos físicos que sufrió. El tribunal ha hecho público su veredicto este martes después de que el imputado, sobre el que pesa el agravante de parentesco, confesara durante el juicio haber sacudido al menos en una ocasión a su hijo cuando la madre no estaba presente, lo que propició que las...

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Un jurado popular de la Audiencia de Barcelona ha declarado este martes, por unanimidad, culpable de asesinato al padre del bebé de Pineda de Mar (Maresme) que falleció en enero de 2019, con tan solo dos meses, a consecuencia de los malos tratos físicos que sufrió. El tribunal ha hecho público su veredicto este martes después de que el imputado, sobre el que pesa el agravante de parentesco, confesara durante el juicio haber sacudido al menos en una ocasión a su hijo cuando la madre no estaba presente, lo que propició que las acusaciones rebajaran la petición de pena de los 25 a los 15 años de cárcel por la confesión.

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A raíz de los malos tratos sufridos, el menor tuvo que ser atendido en tres centros médicos distintos, en Calella, Premià de Mar y Mataró, hasta que finalmente fue ingresado de urgencia en la Unidad de Cuidados Intensivos de neonatos del Hospital Vall d’Hebron, donde falleció el 21 de enero de 2019 a consecuencia de las lesiones causadas por su padre, que ahora está en prisión preventiva.

De acuerdo con la tesis de la Fiscalía, entre los meses de noviembre y enero el acusado, aprovechándose de los momentos en los que se encontraba a solas con el bebé en el domicilio familiar, y sin que la madre tuviera conocimiento, lo sacudió “con extrema violencia” y reiteradamente. El condenado actuó de esta forma, apunta el ministerio público, “movido por la intención de acabar con la vida” del menor o, en todo caso, “siendo consciente del riesgo que creaba para la misma y de las altas probabilidades de producir su óbito”, lo que “le resultaba indiferente y siendo plenamente consciente de la corta edad de su hijo y de su debilidad física innata”.

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