La 080 encara el segundo día de forma más festiva

Brain & Beast, Guillem Rodríguez y Txell Miras ponen color y creatividad a la pasarela catalana

El show de Brain & Beast en la 080.080 Barcelona fashion

No podemos decir que la 080 era una fiesta, porque sería exagerar, pero el segundo día de la pasarela de moda catalana sí que tuvo momentos más lúdico-festivos a través de la pantalla. Empezando por la sesión de club que montó Ángel Vilda con su marca Brain&Beast. Cumple 10 años y tenía claro que tenía que celebrarlo. Así que sirvió bebida, puso música y sus modelos se movieron por el pabellón del Convent del Recinto Modernista de Sant Pau como si estuvieran en una discoteca. De hecho, no era tan diferente de ot...

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No podemos decir que la 080 era una fiesta, porque sería exagerar, pero el segundo día de la pasarela de moda catalana sí que tuvo momentos más lúdico-festivos a través de la pantalla. Empezando por la sesión de club que montó Ángel Vilda con su marca Brain&Beast. Cumple 10 años y tenía claro que tenía que celebrarlo. Así que sirvió bebida, puso música y sus modelos se movieron por el pabellón del Convent del Recinto Modernista de Sant Pau como si estuvieran en una discoteca. De hecho, no era tan diferente de otros desfiles de la marca, que se caracteriza por su irreverencia y una estética transgresora de noches que nunca acaban. Los modelos sexys de Guillem Rordíguez también acabaron bailando en la pista. Txell Miras ofreció el vídeo más creativo y elaborado, en el que presentó una relectura de su trayectoria.

Los desfiles de Brain & Beast siempre son de los que generan más colas de fans y curiosos que quieren ver con qué diseños sorprenderá la marca barcelonesa. Después de haber dado el salto a Madrid, donde desfiló hace unos días, Vilda tenía claro que celebraría su décimo aniversario en casa. Y así fue, en su particular fiesta virtual se pudieron ver muchas sudaderas corrompiendo reconocidos logos, en que, por ejemplo, la marca Levi’s se convierte en un Evil’s. Faldas de tubo y mucho denim hecho a base de patchwork completaban los looks de modelos -entre los cuales había amigos de la marca, como siempre- con peinados y maquillajes carnavalescos.

En el mismo escenario, Guillem Rodriguez montó una fiesta más reposada para presentar la colección Dreamboy. Sus modelos vestían una moda masculina que toma muchas referencias de la femenina. Muchas cazadoras cortas y entalladas y pantalones que estrechan la cintura y marcan las caderas para realzar la figura de su cuerpo. Además de negros, dorados y plateados, la paleta de colores incluye azul eléctrico y fucsia. Sus hombres sexys acabaron el show bailando en la pista, convertida en un escenario de aires retrofuturistas.

Desfile de Guillem Rodríguez.080 Barcelona Fashion

Mucho más allá fue Txell Miras, quien se tomó las posibilidades que abre el mundo digital con más decisión. Bajó a los túneles del antiguo hospital de Sant Pau, largos pasillos de blanco inmaculado. Allí presentó Unarchiving, un trabajo de reabrir cajones y poner orden a lo que ha hecho hasta ahora. Combinó piezas icónicas de su carrera, como el retrato de mujer que ha convertido ahora en una enfermera con mascarilla. Este último complemento de moda se ha convertido en sus manos en un sujetador, que lucían varias modelos. El vídeo, con postproducción añadida, guardaba la estética de los momentos asépticos que vivimos.

Propuesta de Txell Miras.080 Barcelona Fashion

En otro plano, se presentaron las propuestas de dos consolidadas firmas, Escorpion y Guillermina Baeza. La primera, fiel a su ADN desde 1929, tiene el punto como marca de la casa y el jersey como objeto de deseo. La colección que presentó, inspirada en los años setenta, da una vuelta al knitwear estival a través de materias naturales, volúmenes amplios y una paleta de colores que va desde los crudos y tostados hasta tonos más intensos, y no descuida las clásicas rayas marineras, que combina de forma más original.

La moda de baño y lencería la puso Guillermina Baeza, con unos diseños inspirados por la luz y los colores de Tánger que se mostraron en los jardines del Sant Pau. Brillantes y llamativos, pero también crudos y malvas configuran los tonos de sus bañadores y biquinis, que se caracterizan por la calidad de los tejidos. A pesar de las circunstancias de una edición digital, la diseñadora no quiso renunciar al contacto con sus clientas y montó su pequeña fiesta, con un número muy reducido de personas, en el Hotel Cotton House de Barcelona.

Modelos de Guillermina Baeza.080 Barcelona Fashion

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