El teatro de proximidad aguanta la crisis
Las salas pequeñas de Barcelona plantean una temporada ambiciosa aunque coartada por las medidas de seguridad
Tras la temporada más atípica, extraña y dura (probablemente) de su historia, las salas de teatro ya tienen preparada la segunda temporada más atípica, extraña y dura (probablemente) de su historia. Algunos espacios ya han reabierto, coartados por las restricciones para controlar los rebrotes y bajo la etiqueta Espai segur, que los compromete obligar al uso de mascarilla, suministrar gel hidroalcohólico, garantizar distancias de seguridad tanto en las salas como en los accesos y, en algunos casos, tomar la temperatura al espectador antes de entrar. Alguno, como la sala Badabadoc, inclus...
Tras la temporada más atípica, extraña y dura (probablemente) de su historia, las salas de teatro ya tienen preparada la segunda temporada más atípica, extraña y dura (probablemente) de su historia. Algunos espacios ya han reabierto, coartados por las restricciones para controlar los rebrotes y bajo la etiqueta Espai segur, que los compromete obligar al uso de mascarilla, suministrar gel hidroalcohólico, garantizar distancias de seguridad tanto en las salas como en los accesos y, en algunos casos, tomar la temperatura al espectador antes de entrar. Alguno, como la sala Badabadoc, incluso, ya ha anunciado que esta próxima temporada eliminan la compra física de entradas, que se deberán adquirir de forma digital.
La celebración del Grec, aunque cogido con pinzas, ha sido una bocanada de oxígeno para el teatro en Barcelona. El balance fue positivo, pero dentro de los parámetros de la crisis. Tanto el director del festival, Cesc Casadesús, como el concejal de Cultura, Joan Subirats, advirtieron al pasar balance que era inútil comparar las cifras con festivales anteriores. Tampoco admitía comparación una de las cosas buenas que ha reportado la situación de emergencia, las nuevas iniciativas que han demostrado que el sector no desfallece: sesiones por streamig, retransmisiones televisivas y mil y una acciones online como debates, talleres, cursos, demostraciones, críticas, entrevistas… Agrupados bajo el lema On el teatre batega, 10 teatros de proximidad de Barcelona -La Badabadoc, El Maldà, Flyhard, Fènix, Versus, Tantarantana, Akadèmia, Antic Teatre, La Gleva y Atrium- han plantado cara a la crisis con atrevidas e interesantes iniciativas. A grandes males, grandes remedios: “Nos hemos tenido que reinventar”, comenta Felipe Cabezas, de la Sala Fènix, que repescó un viejo género, el radioteatro, para adaptar lo que debía haber sido su primera obra en un Grec, Bitácora de ida y vuelta, sobre la vida y la huida de Miguel de Molina.
La obra de la Fènix, ideada para siete personajes, ya no se representará sobre un escenario por ser demasiado costosa para una sala sin el apoyo de un festival como el Grec, pero muchas otras funciones previstas en salas pequeñas de Barcelona sí tendrán su oportunidad en esta coletilla que se ha inventado el festival de teatro de referencia de Barcelona, De Grec a Grec, que permitirá a lo largo de la temporada la representación de muchas de las piezas que, debido a las medidas sanitarias, no se han podido estrenar como estaba programado.
Reposiciones, claro
El Teatre Akadèmia abrirá la temporada el 23 de septiembre con el espectáculo Winnipeg, escrito por Laura Martel, dirigido por Norbert Martínez e inicialmente programado este julio en el Grec. La obra explica la historia del Winnipeg, el barco que Pablo Neruda fletó, como cónsul de Chile en Francia, para salvar a más de 2.000 exiliados republicanos españoles de la Guerra Civil española.
La Flyhard celebrará esta temporada sus 10 años de existencia. La sala de Sants abrirá la temporada a mediados de septiembre con Instruccions per enterrar un pare, de Yago Alonso y Carme Marfà, que se tuvo que suspender debido a la pandemia. La Badabadoc, también está de aniversario, ya que esta temporada pandémica ha cumplido cinco años. Ya tiene organizada la siguiente, la de 2020-2021, con un lema: Un pequeño teatro. Una gran experiencia: serán 22 espectáculos, de los cuales cuatro serán coproducciones y una, producción propia. Entre las otras 17, se incluyen siete reprogramaciones de obras canceladas durante la covid.
La compañía mexicana Vaca 35, que ya ha visitado anteriormente la sala Atrium, no pudo representar su espectáculo Lo único que necesita una actriz es una gran obra y las ganas de triunfar. También lo podremos ver durante la temporada 2020-21.
El Antic Teatre recupera en septiembre su programación “normal” con las “nuevas esquizofrenias escenificadas” de Roger Peláez, Mandonguilles de frenillo, un monólogo marca de la casa de “psicoanálisis del fascismo de masas”. También siguen en cartel la danza, nuevas dramaturgias, “micropoesía electrónica”…
En el Tantarantana ya avisan de que será una temporada “extraña” pero subrayan que “la cultura no se para”: los espectáculos suspendidos también tienen nueva fecha en la temporada que presentarán el 9 de septiembre y en la que tendremos, como ya es habitual, el Cicló, programa de apoyo a las compañías en residencia.
El Maldà arrancará también a partir de septiembre con cuatro espectáculos de dramaturgia contemporánea: dos estrenos, El silenci dels telers y Una galaxia de luciérnagas, y dos serán reposiciones de éxitos consagrados, Barbes de balena y Akelarre. Y 200.000 mujeres abrirá la temporada en la sala Fènix. Una sola actriz dará voz a algunas de aquellas mujeres acusadas de brujería en la Cataluña del siglo XVII, un feminicidio durante el tránsito del feudalismo al nuevo sistema que desembocaría en el capitalismo.
Ya reabre sus puertas la Versus, este miércoles 19 de agosto, después de cinco meses con el telón bajado, con GustafssonR60, un montaje de su compañía residente, La Trama Produccions, que debía haberse estrenado en mayo. Y el Aquitània ya presenta el musical La canción de Ipanema, con Assumpta Serna y Toni Sevilla, después de Likes, de Roc Esquius, que hemos podido ver este agosto.