Uno de cada tres jabalíes de Collserola puede transmitir la hepatitis E

Los investigadores admiten que les preocupa la incursión de estos mamíferos a parques infantiles al poder transmitir la enfermedad a humanos a través de contacto bucal con heces

Tres jabalíes cazados en 2011 en Collserola en una batida autorizada.Massimiliano Minocri

A parte de destrozar mobiliario urbano, jardines y causar accidentes de tráfico, las recurrentes incursiones de jabalíes a Barcelona podrían acarrear un problema de salud pública. Un equipo de científicos ha detectado que uno de cada tres jabalíes del Parque Natural de Collserola padece o ha padecido en algún momento la Hepatitis E, una enfermedad hepática transmisible por el virus VHE. Los jabalíes realizan incursiones en parques infantiles y los investigadores no ocultan su inquietud porque la enfermedad se puede transmitir a ...

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A parte de destrozar mobiliario urbano, jardines y causar accidentes de tráfico, las recurrentes incursiones de jabalíes a Barcelona podrían acarrear un problema de salud pública. Un equipo de científicos ha detectado que uno de cada tres jabalíes del Parque Natural de Collserola padece o ha padecido en algún momento la Hepatitis E, una enfermedad hepática transmisible por el virus VHE. Los jabalíes realizan incursiones en parques infantiles y los investigadores no ocultan su inquietud porque la enfermedad se puede transmitir a humanos a través de contacto bucal con heces. Según el último censo, en 2018, en el parque vivían 1.500 jabalíes.

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”Preocupan especialmente las incursiones de los jabalíes en parques infantiles”, afirma Jorge R. López, veterinario y miembro del equipo de los Servicios de Ecopatología de la Fauna Salvaje (SEFaS) de la Universidad Autónoma de Barcelona. En un amplísimo trabajo aún pendiente de publicar, el equipo de SEFaS analiza 637 muestras de las cuales 230 resultan positivas en anticuerpos por VHE (36%). Los datos fueron recabados entre el verano de 2015 u el otoño de 2019.

Otra de las conclusiones a la que llega el estudio, avanza López a EL PAÍS, es la mayor prevalencia del virus entre los animales en verano, cuando su presencia en la ciudad es más común. “Lo que aumenta el riesgo de transmisión a personas”, precisa. Con todo, se trata de una enfermedad que en raras ocasiones presentan síntomas más graves que fiebre, disminución de apetito y náuseas, según la OMS.

Los datos del nuevo estudio actualizan los recabados por otro trabajo elaborado entre abril de 2015 y septiembre de 2016 a partir de 264 muestras. Por entonces, el estudio publicado en 2018 por el SEFaS junto al Departamento de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Gotemburgo y el Institut de Recerca de la Biodiversitat de la Universidad de Barcelona concluyó que uno de cada cinco jabalíes de Collserola (20%) estaba infectado cuando se tomaron las muestras y tres de cada cinco (59%) poseían anticuerpos.

Los cazadores son el colectivo con más peligro de contraer la enfermedad. “Con los niños también hay que ir con cuidado. A veces observamos incursiones en parques infantiles en busca de comida. Los animales defecan en la zona de juegos y luego los menores pueden contaminarse por contacto directo con las heces”, añade el veterinario, quien advierte que el virus puede saltar de jabalíes a otros animales. “Su presencia es mayor en puntos de alimentación para gatos callejeros”. A parte de hepatitis E, los investigadores han detectado la presencia de salmonella, peste porcina africana o triquinosis, enfermedades compartidas con los humanos.

Una plaga con riesgos

Las enfermedades de la que es portador agravan aún más el problema que Barcelona padece con este mamífero. Según el último censo municipal, en 2018, en Collserola vivían unos 1.500 jabalíes, cuando el parque puede soportar unos 600. Sus incursiones en busca de comida en los distritos de Les Corts, Sarrià-Sant Gervasi, Gràcia, Horta-Guinardó y Nou Barris se han convertido en un quebradero de cabeza para vecinos y comerciantes. Vuelcan contenedores y se cuelan en jardines particulares pero también atacan a personas.

“El problema es peor si se tiene en cuenta que desde Collserola tienen acceso a un núcleo de población de dos millones de personas”, dice el investigador. Su progresiva habituación a entornos urbanos ha hecho que el animal pierda el miedo y sus incursiones sean más agresivas. La mayoría de incidencias suceden entre marzo y noviembre, cuando las hembras van acompañadas de crías y su alimentación principal, la bellota, abunda menos por falta de lluvia.

En 2016 las incursiones alcanzaron su pico en Barcelona con 1.187 casos (“estábamos desbordados”, dice López) y el Consistorio instauró un plan de acción. Entre las medidas, se reforzaron contenedores y se impulsaron campañas de sensibilización para alertar a los vecinos de que no facilitaran el acceso a la basura. Con todo, el problema podría agravarse en el futuro debido “a la adaptación de las nuevas generaciones a la presencia del humano, al que ven como una fuente de alimento”, dice el científico. En octubre de 2018, tres ejemplares fueron vistos en la plaza Virrei Amat y otros tres se aventuraron hasta el Hospital de Sant Pau. En pleno confinamiento por la pandemia, un vídeo de un ejemplar por la Diagonal se hizo viral en la red.

La sobrepoblación de Collserola se debe a que el jabalí no tiene un depredador natural. Por esto, el científico considera que hoy por hoy la caza es la vía más útil para controlar la plaga. En 2019, el Ayuntamiento pagó 52.000 euros a la empresa Estratekko para capturas. Este otoño, el Consistorio invertirá menos, 35.000 euros. La partida podría subir si los cazadores mantienen la huelga indefinida que iniciaron en junio en rechazo a la ley 5 / 2020, que agrava sanciones con multas de hasta 120.000 euros. “Sin nosotros la sobrepoblación podría subir un 40%”, dice Joaquim Zarzoso, presidente de la representación territorial de la Federación Catalana de Caza en Barcelona. En 2019, los cazadores de Collserola mataron 86 jabalíes en 17 batidas programadas, cifra que asciende a más del doble si se le suman los animales abatidos en permisos excepcionales.

Barcelona se queda sin vacuna contraceptiva

En 2018, el comisionado de Ecología del Ayuntamiento de Barcelona, Frederic Ximeno, anunció que el Consistorio estudiaba aplicar una vacuna contraceptiva en desarrollo por los Servicios de Ecopatología de la Fauna Salvaje (SEFaS) de la UAB para acabar con la plaga. Dos años después, la vacuna ha demostrado por el momento ser ineficaz y el aproximado millón de euros anuales que el Ayuntamiento debería invertir para suministrarla a más de un 70% de las hembras del Parque Natural hacen inviable su aprobación. “Aunque en el futuro puede que se encuentre otra fórmula”, explican desde el SEFaS.

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